Arabia Saudí, Rusia, Venezuela y Qatar congelan producción de crudo

Dinero
/ 16 febrero 2016

El mercado petrolero reacciona con tímidas subidas y los analistas restan importancia al esperado pacto

En el último año y medio, el crudo se ha desplomado un 70%

Madrid.- Cuatro de las mayores potencias petroleras del mundo, Arabia Saudí, Qatar, Venezuela y Rusia, han anunciado este martes un acuerdo para congelar la producción de crudo en los niveles de enero, según ha indicado el ministro catarí de Petróleo, Mohammad bin Saleh al-Sada, a la conclusión de la reunión mantenida en Doha, la capital del país. En las últimas semanas había habido voces discordantes sobre la posibilidad de un acuerdo para reducir el bombeo de crudo y así estabilizar el mercado petrolero, en el que la sobreoferta ha hecho estragos sobre los precios. Es el primer pacto en 15 años entre países pertenecientes (Arabia Saudí, Qatar y Venezuela) y no pertenecientes (Rusia) al cartel de la OPEP, pero la congelación del nivel de oferta se produce en un momento en el que la producción mundial —y la de los cuatro países firmantes del acuerdo— se encuentra cerca de máximos históricos. El escepticismo sobre su viabilidad es generalizado entre las principales casas de análisis, que destacan que la oferta mundial de crudo está cerca de niveles récord.

En el último año y medio, el crudo se ha desplomado un 70%. Arabia Saudí y Rusia son, respectivamente, el segundo y el tercer mayor productor mundial de crudo, solo por detrás de Estados Unidos. Pero el acuerdo no incluye a dos países clave en el mercado petrolero: Irán e Irak. De hecho, el ministro de Petróleo de la República Islámica ha remarcado poco después de que se hiciese público el pacto que su país no renunciará a su cuota de mercado, lo que complica aún más el éxito de un acuerdo que los firmantes consideran "abierto" a todos los grandes productores.

"Es el principio del proceso", ha subrayado el ministro saudí del Petróleo, Ali Al-Naim. A su juicio,la medida "es adecuada" para el mercado y será secundada, en los próximos meses, por otros "pasos para estabilizar el mercado". Al término del encuentro, la delegación saudí ha incidido en su compromiso con la "satisfacción" de sus clientes de forma que, implícitamente, descartaba una potencial reducción drástica en la producción que desembocase en un aumento de los precios.

Pese a las subidas de los últimos días al calor de un posible acuerdo en aras del reequilibrio entre oferta y demanda, en lo que va de año el barril de crudo brent —el de referencia en Europa— cae un 5%. Este martes, la acogida en el mercado también ha sido negativa: pese a haber llegado a repuntar un 6,5% justo después de que se conociese el acuerdo, al filo de las 17.00 el petróleo bajaba un 2%.

"La congelación no tendrá efectos drásticos, pero crea un entorno más favorable para una recuperación de precios en la segunda mitad del año", subrayaba Olivier Jakob, jefe de la consultora Petromatrix, en una nota remitida a clientes minutos antes de que la reunión concluyese. Mucho más pesimistas se muestran el resto de analistas: "El mercado necesita algo más que una congelación de la producción, necesita un recorte", expone Ralf Zimmermann, estratega de Bankhaus Lampe, en declaraciones a Bloomberg. "Si Irán e Irak no participan del acuerdo, no es tan importante", cierra Eugen Weinberg, máximo responsable de materias primas de Commerzbank.

El regreso de Irán al mercado petrolero tras el levantamiento de las sanciones internacionales —el pasado fin de semana partió de la República Islámica el primer buque petrolero en dirección a Europa— había añadido un punto más de presión por el lado de la oferta. Este año, el país persa está bombeando 2,9 millones de barriles diarios, la cifra más alta en tres años y medio, y trata de recuperar la cuota de mercado perdida tras casi un lustro de veto. Sus vecinos iraquíes, por su parte, están tratando de fortalecer su industria petrolera tras años de conflicto armado.

En paralelo, en los últimos años el desarrollo de la tecnología fracking ha provocado una auténtica revolución en el sector que ha abaratado la extracción en EE UU y ha añadido más barriles al mercado. Actualmente, el desequilibrio entre el volumen de crudo que se bombea y el que se consume en todo el mundo asciende a un millón de barriles diarios, casi la mitad de la producción total de un país como Venezuela.

En los últimos meses, los 19 Estados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han defendido su menguante cuota de mercado —ligeramente inferior al 40%— con mayores bombeos, para expulsar a los productores con costes de extracción superiores, como Brasil. En enero, Arabia Saudí —el mayor productor del cartel— produjo 10,2 millones de barriles al día, la cifra más alta desde principios de la década de los 80. En el caso de Rusia —un actor clave más allá de la OPEP y de Estados Unidos—, la producción se disparó hasta los 10,9 millones de barriles diarios, la cifra más alta desde la caída de la Unión Soviética en 1991, pero empieza a acusar algunos problemas logísticos que le obligarán a moderar el ritmo de extracción este año.

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