Jessica Chastain: éxito comprometido
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En solo cinco años se ha convertido en uno de los rostros más codiciados de Hollywood y en una de las voces más implicadas contra la desigualdad en el cine
MADRID.- Un atrevido y vaporoso vestido amarillo, melena corta pelirroja, Sean Penn a un lado; Brad Pitt, al otro; y una gran sonrisa que decía “no me lo creo”. Hace solo cinco años, Jessica Chastain paseaba por primera vez en la alfombra roja del Festival de Cannes ante la mirada de periodistas y espectadores curiosos que se preguntaban quién era. Entró en el Palais de La Croisette como una desconocida y salió convertida en una estrella.
“2011”, suspira y se ríe. “Aquello fue una experiencia irreal para mí. Recuerdo desfilar por la alfombra con ellos y estar muy asustada. Creo que era miedo a lo desconocido, a no saber el futuro que me esperaba, lo que aquello significaría en mi vida. Pero para ser sincera solo he vivido cosas maravillosas en los últimos cinco años”, dice.
Aquel año, la intérprete, de 39 años, estrenó las cinco películas que había rodado anteriormente, El árbol de la vida, Coriolanus, La deuda, Take Shelter y Criadas y señoras. Sus años de frustrantes audiciones se habían acabado. Pronto se convirtió en la chica de moda en Hollywood, la estrella que todos buscaban. Y lejos de sentirse sobrepasada por el camino al que le llevaba la fama repentina, ella aprendió a vivir con ella, a utilizarla a su favor.
“El miedo te empuja hacia delante. Vivir sin miedo no es necesariamente bueno”, reflexiona. “El miedo genera adrenalina. Y en mi caso sé que me anima a hacer cosas diferentes. Como actriz, sigo sintiéndolo. Hoy, por ejemplo, me he levantado con dolor de estómago porque mañana empiezo un nuevo rodaje [Miss Sloane, de John Madden] y aún no sé muy bien cómo lo haré”.
Entrevistar a la estrella californiana es fácil. Abierta y dedicada a promocionar todas sus películas, siempre recibe con grandes sonrisas y palabras amables. Pero también es complicado. Es difícil sacar a la actriz de su discurso muy pensado, elaborado y protector de su intimidad. “Profunda intimidad”, matiza. “Tengo unas cuantas personas muy cercanas que saben todo de mí. Pero no mucha gente”. Su novio, Gian Luca Passi de Preposulo, embajador de la marca Moncler, y a quien conoció en Cannes en 2012, es una de ellas. “Cuando conozco a alguien me lleva mucho tiempo coger confianza, y compartir. Siento que al ser actriz, si comparto demasiado, todo eso se pierde”, dice.
Cree que parte del éxito que le ha llevado a no parar de trabajar en el último lustro radica en su misterio. “Todo el mundo me dice: ‘Qué reservada eres’. Pero siento que si ves mis cintas y mis personajes, aprenderás de mí mucho más de lo que imaginas, porque lo que doy con cada personaje es personal, es real, son cosas que siento y experimento. Así es como me gusta mostrarme. Me hace sentirme más cerca de la gente”, confiesa.
En su último largometraje Las crónicas de Blancanieves: el cazador y la reina de hielo, por ejemplo, Chastain desvela su pasión por los filmes de aventuras y su admiración infantil por las guerreras y no por las princesas. “De pequeña era una gran fan de Willow, me encantaba el personaje de Sorsha, porque era una guerrera increíble y pelirroja”, explica. Como ella. “Cuando leí el guion me acordé, y me apeteció. Pero también llevaba un tiempo de muchos dramas y mucha oscuridad y quería hacer algo divertido, ligero y luminoso”.
Si algo ha aprendido Chastain en estos cinco años es a tomar descansos. Siempre que puede. “Soy una adicta al trabajo, sí, pero porque hay demasiados proyectos atractivos ahí fuera”, dice. Películas como El cazador y la reina de hielo suponen un cierto descanso y alivio entre sus habituales papeles intensos, pero hasta la elección de un personaje como este la hace pensar sobre cómo su trabajo afectará al espectador. “Te dediques a lo que te dediques, actuación, música, política, tienes que saber el impacto de tu trabajo, y si estás haciendo algo positivo o negativo para el mundo. Ese es mi mantra”, confiesa.
Vegana convencida, profunda defensora de los animales y la naturaleza, la actriz ha tomado una posición muy visible en la lucha contra la desigualdad de género y diversidad en Hollywood. En función de esa batalla, elige ahora sus proyectos apostando por la diversidad.
SALTO A LA PRODUCCIÓN
> Convencida del cambio profundo que necesita Hollywood con respecto a la diversidad, Jessica Chastain decidió pasar a la acción y en febrero anunció la creación de su productora, Freckle Films. Una compañía en la que se ha rodeado de mujeres, y desde la que apoyará proyectos que apuesten por la diversidad racial y de género. Después de producir la cinta “La
Desaparición de Eleanor Rigby”, la actriz quería seguir experimentando en el campo de la producción. Además, sigue así el camino marcado por otras actrices de su generación, como Reese Witherspoon.“Quiero celebrar diferentes voces y puntos de vistas. Artistas a los que no vemos. Quiero aprender sobre el mundo que me rodea y con suerte Freckle Films me ayudará”.