Más discriminación que nunca

Hace justamente una semana, hablábamos del racismo de Bárbara de Regil y no podíamos ni siquiera imaginar que en pocas horas iba a desatarse el escándalo racista más grande de la temporada en nuestro país. Tanto así, que lo de esta muchacha pasó a ser una “colorida anécdota” en comparación con el diluvio de discusiones y polémicas que estábamos a punto de vivir respecto a este tema. Se destapó por fin la cloaca de discriminación e intolerancia que tenemos (y vivimos todos) en México.

Todo empezó con la invitación al evento “¿Racismo y/o clasismo en México?” que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, mejor conocido como CONAPRED, hizo al comediante Chumel Torres y a los actores Maya Zapata y Tenoch Huerta para que compartieran sus puntos de vista respecto al tema. El foro también tendría la participación de Mónica Maccise Duayhe quien, en ese momento, ocupaba la presidencia del mencionado Consejo.

Después, la señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador y quien no usa el título de Primera Dama, publicó una queja en su cuenta de Twitter, refiriéndose a la participación de Chumel Torres. “¿A este personaje invitan a un foro sobre discriminación, clasismo y racismo? Sigo esperando una disculpa pública de este individuo sobre los ataques a mi hijo menor de edad”. La señora se refiere al apodo que Torres puso a Jesús Ernesto López Gutiérrez, de 13 años, a quien el comediante llama “Chocoflan”.

Más rápido que las balas del Llanero Solitario, CONAPRED canceló el evento, aparentemente sin avisar a los ponentes. Y las consecuencias sucedieron con rapidez. Chumel se declaró discriminado y acusó al presidente de censura. La señora Gutiérrez se lavó las manos. El portal Racismo MX organizó un evento idéntico al cancelado e invitó a Torres, Zapata y Huerta a participar. El presidente López Obrador desconoció al CONAPRED y propuso su desaparición. Al final, Maccise renunció. La mesa estaba puesta para la polarización nacional.

El pasado jueves 18, efectivamente se reunieron los tres invitados, junto a otros más, para discutir sobre el tema. Tenoch Huerta apareció indignado todo el tiempo, haciendo incluso ataques directos contra Chumel Torres quien, por cierto, se vió muy desprotegido sin su talentoso equipo de guionistas. Maya Zapata trató de ser más conciliadora pero Huerta neutralizó todos sus esfuerzos. El moderador trató de contener las pasiones pero, por momentos, no lo logró. Mexicanos contra mexicanos, un espectáculo sumamente penoso.

Horas después, en viernes por la tarde, para que Chumel Torres no pudiera quejarse en su espacio radiofónico de las 13:00 horas, HBO canceló “hasta nuevo aviso” el programa que Torres tenía en esta cadena. La justificación fue que “estaban analizando” las decenas de miles de acusaciones de racismo que el comediante recibió en redes sociales. La sensación final es que se está restringiendo gravemente la libertad de expresión en nuestro país. Como si hubiéramos regresado a los años 60 y 70 del siglo pasado, tiempos en los que te alineabas o te alineaban.

Es muy importante acabar –de raíz– con la discriminación de inmediato. Eso no está en la mesa de las discusiones. Pero debemos hacerlo con las voces de todos y sin apasionamientos que ciegan y ensordecen. Mostrar empatía al punto de vista del otro y exponer el nuestro. Así aprendemos y crecemos juntos. Para visibilizar a los indígenas no hay que “acabar con los blancos”; para empoderar a los necesitados no hay que “hacernos todos pobres”. Un México –y un planeta– diverso es aquel en el que todos cabemos, contamos y valemos.