Rod Laver "The Rocket", primera superestrella del tenis, cumple 80

Tenis
/ 9 agosto 2018

A pesar de la edad, "The Rocket" sigue tan apegado al tenis como en su años de gloria en la década de los 60, cuando ganó once títulos de Grand Slam.

¿Roger Federer? ¿Rafael Nadal? ¿Pete Sampras? ¿Björn Borg? La pregunta sobre quién fue el mejor tenista de la historia entretiene a hinchas y expertos como ninguna otra cuestión.

Más allá del hecho de que tiene poco sentido comparar jugadores de diferentes épocas, generalmente se olvida un nombre que tiene méritos más que suficientes para estar incluido en esa discusión: Rod Laver.

El australiano, que hoy celebra su cumpleaños 80, fue la primera superestrella de su tiempo, cuando el tenis todavía era completamente el deporte blanco. Laver ganó dos veces el Grand Slam -los cuatro torneos más importantes en un año natural-, dominando el juego a voluntad.

A pesar de la edad, "The Rocket" sigue tan apegado al tenis como en su años de gloria en la década de los 60, cuando ganó once títulos de Grand Slam. Desde el año pasado hay incluso un torneo que reúne a los mejores jugadores del mundo que lleva su nombre.

El estreno de la llamada Laver Cup en Praga en 2017 fue un gran éxito, con los mejores profesionales de Europa enfrentándose a las estrellas del resto del mundo.

Federer, Nadal y los restantes héroes de la época actual aprovecharon para divertirse en un fin de semana diferente, pero también para honrar a Laver. "Fue un gran evento", dijo el australiano. La segunda edición del formato se llevará a cabo en Chicago después de la disputa del US Open.

No se puede dar por sentado que Laver pueda seguir volando alrededor del mundo y continuar con su tarea como embajador del tenis. Hace 20 años sufrió un derrame cerebral que le obligó a tener que aprender a caminar y hablar correctamente de nuevo.

Los diagnósticos de los médicos no parecían alentadores al principio, ya que parecía imposible una recuperación completa. Pero incluso en su momento más difícil, Laver encontró en el tenis la motivación necesaria. "Me dijeron que probablemente nunca podría volver a jugar, pero el tenis fue una de las razones por las que pude recuperarme", recordó Laver con el paso de los años. "Fue maravilloso la primera vez que volví a una cancha”.

En su tiempo de jugador, Laver dominó los secretos del tenis como nadie lo había logrado antes. En 1962 ganó los cuatros grandes. Y que su impresionante currículum no cuente con más títulos de Grand Slam se debe únicamente a la circunstancia de haberse convertido en profesional en 1963. En aquella época, el tenis seguía estando estrictamente separado entre profesionales y aficionados. Aquellos que querían ganar dinero con este deporte eran mal vistos y ya no se les permitía participar en los cuatro torneos de Grand Slam.

Recién en 1968, con el comienzo de la Era Abierta, esta situación cambió. Un año más tarde, Laver ganó otra vez los cuatro grandes, el Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open por segunda vez. Es el único hombre que lo ha logrado en la Era Abierta.

Con una altura de 1.73 metros y un peso de 68 kilogramos, Laver no tenía precisamente la figura para convertirse en el mejor tenista de su época. "Yo era un niño pequeño, flaco, tímido, con muchas pecas y piernas arqueadas", se describió una vez el zurdo.

Pero el pequeño gigante de Rockhampton se convirtió en un gran ejemplo para muchas estrellas que lo precedieron. "Hay mucho que sugiere que Rod es el mejor de la historia. Ganó el Grand Slam", reconoció en su momento Nadal.

"Jugar con Rod fue un sueño para mí", dijo Federer después de compartir un peloteo breve entre ellos en Brisbane en 2014.

¿Y qué dice el mito de 80 años sobre la madre de todas las preguntas para los aficionados del tenis?

"No creo que podamos comparar las diferentes épocas. Tú puedes ser el jugador más dominante de tu tiempo, pero no creo que alguien merezca el título del mejor de todos los tiempos", sentenció Laver, dejando claro que además de un eximio tenista, podría haber hecho carrera como diplomático.

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