Watly 3.0, ¡la máquina que cambiará el mundo!
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Watly 3.0 es una mezcla de ordenador y generador alimentado por energía solar y de tamaño gigantesco, permite purificar el agua, produce electricidad y suministra acceso a Internet en cualquier lugar remoto del planeta.
Parece una nave de 'Star Wars' con la forma de una letra ‘H’ pero no levanta el vuelo ni surca el espacio, sino que permanece en tierra ayudando a mejorar la calidad de vida de quienes habitan en las regiones más remotas y menos desarrolladas del planeta, sin infraestructuras ni servicios modernos, o en zonas de países desarrollados donde abunda el sol pero escasea el agua.
Este sistema llamado Watly (https://watly.co) es definido por sus creadores como “la primera computadora alimentada por energía solar, que purifica el agua de cualquier tipo de contaminación, genera corriente eléctrica fuera de la red convencional y permite conectarse a Internet desde cualquier parte”.
Después de construir y ensayar el primer modelo (1.0) en 2013, los desarrolladores de Watly fabricaron un segundo prototipo de esta máquina, el 2.0, que tiene el tamaño de un coche pequeño y ha sido probado con éxito en 2014 en la pequeña aldea de Abenta, en Ghana (Africa) , proporcionado agua potable, electricidad y conexión 3G (voz y datos) a unas 750 personas.
Ahora sus desarrolladores están recaudando financiación para construir y poner en marcha la tercera versión este sistema, la 3.0, de un tamaño similar al de cuatro autobuses urbanos, destinado a dar servicio a 3,000 personas, con capacidad para entregar unos 5,000 litros de agua diarios durante 15 años de vida útil y que se prevé que se instalará en África en 2016.
Durante una década y media de servicio, el funcionamiento de una unidad 3.0 puede evitar que se emitan a la atmósfera 2.500 toneladas de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono o CO2), el equivalente a 5.000 barriles de petróleo, según los impulsores del proyecto, liderado por el emprendedor e ingeniero italiano Marco A. Attisani y con sede en Barcelona (España).
El modelo Watly 3.0, cuyas localizaciones previstas son Ghana, Nigeria o Sudán, es solo otro paso dentro del objetivo global del proyecto: transformar las vidas de millones de personas que todavía carecen de electricidad y de acceso a internet, lo que les permitirá acceder a esta fuente de educación y entretenimiento, según los creadores de esta máquina ‘3 en 1’.
Este sistema utiliza la energía térmica (calor de los rayos solares) y la electricidad fotovoltaica (generada a partir de la luz del sol) para producir vapor y poner en marcha un proceso que potabiliza el agua, denominado de ‘destilación por compresión de vapor’, de acuerdo a los autores de este proyecto.
AGUA PURA CON EL ‘PH’ MÁS ADECUADO
El agua contaminada entra al sistema impulsada por unas bombas, atraviesa un sistema con grafeno que separa los jabones, solventes e hidrocarburos, es precalentada y, después, puesta en ebullición. El vapor es condensado al pasar por un circuito que le extrae el calor y reaprovecha su energía térmica, según explican sus creadores a Efe.
“Finalmente, el líquido así obtenido, pasa por un sistema que le aporta minerales y le quita acidez, dejando el pH (equilibrio ácido-alcalino) en su nivel óptimo y consiguiendo un agua pura y potable, que se almacena en grandes depósitos, conectados a unos dispensadores situados en la parte central de la unidad, desde donde lo recogen sus usuarios finales”, informa a Efe Suhan Checuz, gerente de tecnologías de la información (TI) de Watly.
Este método permitiría desalinizar agua del océano, eliminar los agentes patógenos del agua contaminada, quitar los compuestos tóxicos y, además, desde Watly indican que “ no requiere el reemplazo de filtros ni membranas”.
La megamáquina no necesita conectarse a la red eléctrica convencional para funcionar ya que aprovecha la electricidad generada por sus 40 paneles solares para abastecer, tanto a sus propios sistemas electrónicos, como a los aparatos externos, como ordenadores portátiles, teléfonos móviles y lámparas recargables, que alimentan sus pequeñas baterías con la corriente eléctrica almacenada en la gran batería interna del sistema .
“Los paneles fotovoltaicos generan más de 70 kilovatios hora (kWh) y la electricidad generada y almacenada por una sola unidad de este sistema será suficiente como para recargar a diario 20,000 teléfonos o 5,000 lámparas recargables (luces LED con una batería incorporada), y la batería tiene capacidad como para abastecer este consumo durante 5 a 7 días”, según Checuz.
En lo que respecta a la conectividad, Watly es un potente aparato electrónico que puede recoger y enviar todo tipo de datos (videos, imágenes, textos, audios, radio) a través de Internet, con tanta eficacia como la de cualquier otro dispositivo de telecomunicaciones, de acuerdo a sus creadores.
Cada unidad 2.0 o 3.0 puede comunicarse con una plataforma central de gestión de redes, así como otras unidades Watly, a través de un enlace de radio, de las redes de telefonía móvil 3G y 4G, así como mediante las conexiones vía satélite, y dispone de un sistema wifi de 500 metros de alcance, según su ficha técnica.
UNA ESTRUCTURA CON FORMA DE ‘H’ GIGANTE
Visto desde arriba, el sistema Watly 3.0 tiene la forma de una gigantesca letra ‘H’, cuya estructura tiene de 2.4 metros de altura y está formada por un zona central aproximadamente cuadrada de unos 12.5 por 12.5 metros, de la que salen cuatro extremidades semitubulares de 11 metros de largo cada una.
El conjunto completo mide 35 de largo por 12.5 metros de ancho, y según el diario británico ‘The Telegraph’ pesa unas 15 toneladas.
“La parte central del modelo 3.0 se compone de una serie de paneles fotovoltaicos (que convierten la luz solar en electricidad) situados en la parte superior o tejado solar y de una serie de interfaces (conexiones) que interactúan con un dispensador o grifo de agua y con un cargador de baterías, sencillos de operar para el usuario”, de acuerdo a Checuz.
Las cuatro unidades o ‘alas’ de los extremos recogen la energía calorífica para depurar el agua y su parte superior tiene forma de arco para captar la mayor cantidad posible de radiación solar a lo largo del día y evitar que se produzcan sombras en los tubos paralelos denominados “aspiradores de calor”, que recorren su superficie a lo largo y captan el calor del sol, según esta fuente.
Para Attisani y su grupo, la belleza de este sistema radica en que todos su servicios se generan a partir de la ‘cosecha‘ de la energía solar, ya que proporciona agua pura aprovechando el efecto térmico de la irradiación del sol, genera electricidad a través de la tecnología fotovoltaica y, con dicha corriente, alimenta los sistemas internos de telecomunicaciones.
Recalcan que Watly proporciona servicios múltiples porque cada uno de ellos es una consecuencia del otro: es un ‘hub’ (centro de operaciones y de conexión) solar y multipropósito, “que ofrece un nuevo paradigma tecnológico, del que no hay precedentes, y por el que ya han mostrado su interés personas y autoridades de África, India, Oriente, Medio Australia y California (EU)”, según indican desde la empresa.
También concluyen asegurando que este sistema no está concebido solo para los países en vías de desarrollo, sino que además “puede ser útil para aquellas zonas de países desarrollados que reciben mucha luz solar, pero tienen problemas para abastecerse de agua limpia”.
DESTACADOS:
-- “Es un sistema que depura el agua convirtiéndola en vapor, quitándole los elementos tóxicos, condensándola y, finalmente, remineralizándola y reduciendo su acidez, aprovechando el calor y la electricidad producidos a partir de la energía solar”, informa a Efe, Suhan Checuz, de Watly.
-- La electricidad producida por los paneles solares, sirve para alimentar el funcionamiento de la propia máquina, para recargar teléfonos móviles, ordenadores portátiles y lámparas con batería, y para conectarse a redes de antenas 3G y 4G y a satélites y proporcionar una conexión a Internet a través de wifi, según sus creadores.
-- Durante sus 15 años de vida útil, el funcionamiento de una unidad 3.0 de este sistema puede evitar que se emitan a la atmósfera 2,500 toneladas de dióxido de carbono, según los impulsores del proyecto, liderado por el emprendedor e ingeniero italiano Marco A. Attisani.
Por Ricardo Segura/EFE-Reportajes