El extraño caso de TikTok suspendiendo a Latinus
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Lo más paradójico es que Trump y Musk están salvando TikTok con el argumento de defender la libertad de expresión
Desde que empezó a ser relevante la cuenta de Latinus en TikTok, el obradorato hizo un esfuerzo por tumbarla: de manera coordinada, enviaban cientos de quejas reportando los contenidos más populares y los reportajes más reveladores. Decían que se trataba de propagación de mentiras, difamaciones, violencia y hasta pornografía. TikTok bateó todos esos embates del régimen y permitió el ejercicio de la libertad de expresión. La cuenta rebasó los diez millones de seguidores superando no sólo a los medios de comunicación mexicanos, sino también a los internacionales como CNN y Fox News y otras televisoras norteamericanas.
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En los cinco años que lleva activa la cuenta de TikTok de Latinus, cada vez que había alguna controversia sobre todo por el tema de derechos en el uso de imagen, TikTok y Latinus se comunicaban vía WhatsApp y el asunto se remediaba de inmediato. Ningún tema de fondo: una vez NBC pidió no reproducir un fragmento de la entrevista de Peso Pluma con Jimmy Fallon, otra vez por el tema de los Juegos Olímpicos de París, cosas así, que Latinus bajaba de inmediato. Los reportajes sobre la gestión de López Obrador, las críticas al gobierno de Sheinbaum, los programas de Brozo y un servidor, han tenido millones de reproducciones y jamás hubo ningún problema. Es lógico: la inmensa mayoría de lo que difunde Latinus en su cuenta es contenido propio, creado en Latinus. Por su parte, Latinus contactaba a TikTok cuando consideraba que alguien usaba el contenido de sus programas sin dar el crédito correspondiente, y se resolvía.
Por eso fue tan extraño, tan sospechoso, lo que pasó el viernes de la semana pasada. TikTok suspendió la cuenta de Latinus. Argumentó que en el 2022 se usaron imágenes de la Fórmula 1 para las que no tenía derechos. Ni siquiera del Checo Pérez. Una cosa de Charles Leclerc. El equipo de redes de Latinus revisó los antecedentes del caso y expresó que nunca se recibió ninguna queja ni notificación de eso. Y, sobre todo, existiendo una comunicación tan cotidiana y un método de solución de controversias tan fluido, resulta doblemente extraño apelar a una supuesta violación de uso de imagen sin derechos del 2022 para cancelar la cuenta.
¿Qué fue entonces lo que cambió? Sólo una cosa: la semana pasada, los contenidos difundidos en TikTok por Latinus se centraron en la toma de posesión de Donald Trump y en el controversial papel de Elon Musk. Esto sucede en un momento en que Trump y Musk encabezan un esfuerzo para librar a TikTok de la prohibición que les recetó el expresidente Joe Biden, acusándolos de espiar para el gobierno chino.
¿Se programó al algoritmo para detectar contenidos adversos al trumpismo y diluirlos o apagarlos? ¿Hay una censura abierta? ¿TikTok no quiere incomodar al presidente que lo puede salvar? ¿TikTok no quiere tocar ni con el pétalo de un video al empresario que los puede comprar... y salvar?
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Lo más paradójico es que Trump y Musk están salvando TikTok con el argumento de defender la libertad de expresión.
Por ello, la censura a la cuenta de TikTok de Latinus sucede mientras existe un debate mucho más amplio sobre los dueños de la libertad de expresión, ya no sólo en países latinoamericanos, sino en la nación considerada santuario del periodismo libre.
Desde que Elon Musk compró Twitter, a cualquier usuario le aparecen más y más tuits del empresario y la gente que piensa como él... y como Trump. Jeff Bezos ordenó al Washington Post no publicar un editorial de apoyo a Kamala Harris. Lo mismo hizo Patrick Soon-Shiong en Los Angeles Times. Mark Zuckerberg cambió de opinión después de las elecciones y diluyó en Facebook e Instagram los mensajes críticos a las teorías de la conspiración sin pruebas de Trump y los suyos. Y el negocio de TikTok en el mercado americano está a merced del nuevo presidente.
Estas mismas redes sociales que hoy se rinden ante Trump hasta hace unos meses bloqueaban cualquier contenido que tuviera que ver con él. ¡Lo sacaron de las redes y hasta tuvo que crear una propia! Pasaron de censurar a Trump a censurar la crítica a Trump.
Que en los medios de comunicación existan ajustes editoriales no debería escandalizar a nadie, siempre y cuando éstos sean fruto de debates periodísticos internos, y no como ofrenda de rendición ante un gobierno para cuidar los intereses económicos de los dueños.
Lo otro es que aceptemos sin chistar que la libertad de expresión tenga dueños.
Ojalá TikTok rectifique, pronto.