Grato recuerdo deja doña Margarita Talamás
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Saltillo,Coah.- A lo largo de su vida, desde su nacimiento el 21 de julio de 1918 hasta su muerte ocurrida la noche del miércoles 9 de enero, doña Margarita Talamás transitó la vida con los más altos valores del espíritu y los aplicó a todos los ámbitos de su vida: la ciencia, la educación, la política y la familia.
Para doña Margarita Talamás de Gutiérrez fueron las zonas rurales y los campesinos los motores de su adhesión a las causas sociales. Los recorridos por el campo coahuilense, al lado de su esposo, el gobernador también ya fallecido, Eulalio Gutiérrez Treviño, forjaron su carácter, solidario con los que menos tienen.
Al tiempo que contrajo matrimonio en noviembre de 1942, obtiene su título universitario con una tesis de Filosofía Matemática. En el 43 funge como maestra de la Benemérita Escuela Normal Superior de Coahuila, de la cual fue miembro fundador e imparte Historia de la Educación y Psicología de los Adolescentes.
Aun así, se da tiempo para formar una familia y acunar a sus 13 hijos: Mario Eulalio, quien fuera dos veces alcalde de Saltillo, Jaime Luis, Magdalena, Margarita Leticia, Graciela, Patricia, Laura Elena, Corina María, Martha Elisa, Bettina Elizabeth, José Luis, Javier Eduardo y Norma Estela.
Todos ellos, participando en el servicio público, la academia y la iniciativa privada.
Maestra, educadora y licenciada en Filosofía y Letras, doña Margarita sabía que la educación es la llave para abrir las puertas a una mejor calidad de vida.
Siendo primera dama del estado, volcó sus esfuerzos a la creación de albergues rurales para atender a los jóvenes campesinos que deseaban continuar con su educación.
Fue pionera en el país en la rehabilitación física. Su "Plan Saltillo", de educación especial, fue el primero en México en ayudar a atender las secuelas físicas de enfermedades y accidentes con la instalación de centros especializados.
Bajo su dirección se instrumentaron medidas para recuperar a los niños con problemas de aprendizaje. Impulsó la profesionalización de los maestros en el área de Educación Especial y durante los veranos se capacitaron para atender a los niños con alguna discapacidad.
Su solidaridad para con estas causas la llevaron a coordinar múltiples programas e instituciones que contribuyeron al bienestar de las familias coahuilenses.
Cuando Coahuila caminó vacilante ante las tragedias como el accidente de tren en el Puente Moreno y las inundaciones en la Laguna, su presencia dio apoyo y valor a las familias coahuilenses ante la desgracia.
Los valores e ideales del servicio comunitario la llevaron, durante 15 años, de la mano de su esposo en las tareas públicas. Se propuso la protección del menor y la familia.
Su entrega desde el Instituto de Protección a la Infancia, ahora Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) la llevó a iniciar el programa de desayunos escolares, aún vigente en las administraciones estatales como parte fundamental de la asistencia social.
Asimismo, dotó al Instituto de una ley orgánica para su regulación e impulsó las reformas legales a favor de la mujer y de los menores infractores con la Ley Tutelar de Menores.
Creó además la Procuraduría de la Defensa del Menor y sus delegaciones.
En 1993 es objeto de un reconocimiento a su trayectoria a favor de la Educación Especial en Coahuila, el Centro de Atención Múltiple anexo a la Escuela Normal de Especialización es designado con su nombre.
En 1998, doña Margarita Talamás fue galardonada con la Presea Saltillo, que es el máximo reconocimiento que desde 1977 otorga el Municipio de Saltillo a las personas que con su dedicación, trabajo y trayectoria han apoyado el desarrollo de la ciudad.
En ese mismo año, su presencia en el aniversario número 75 de la Universidad Antonio Narro fue el centro de atención cuando develó el busto del ex presidente Luis Echeverría Alvarez, quien al igual que don Eulalio Gutiérrez fue de los principales benefactores de la institución.
La noche del miércoles falleció doña Margarita Talamás de Gutiérrez, dejando un legado de vida en armonía y servicio. Sus restos mortales fueron velados en el Templo de Fátima, cercano a su domicilio en la colonia República, y sepultados en el panteón Jardines del Santo Cristo.