Acompañar en la enfermedad: hacen a un lado las fiestas y llevan comida a familiares de internos en hospital de Saltillo
Es en el Hospital General de Saltillo uno de los lugares donde las ansias por la llegada de la Navidad y los gastos de las fiestas se desvanecen. Y también es donde la generosidad, solidaridad, gratitud, empatía y amor al prójimo alcanza su máximo desarrollo.
Al pasar por la calle Carlos Abredop apenas sí se distingue el contorno de un hospital fuera de hora de servicio. Pasaban las 20:00 horas del lunes 18 de diciembre. Al acercarse, en medio de la oscuridad, se alcanzan a distinguir personas que vienen y van de un lugar a otro.
Hay poco más de 100 en la explanada. A ellas se suman otras más que se encuentran recostados en sus vehículos o sobre la banqueta en casas de campaña.
Al llegar a la explanada se pueden clasificar a estas personas en dos tipos: los que están intranquilos, y los que acompañan.
Los primeros están a la espera de noticias de su familiar. No lo dicen, pero apenas te detienes a observar, es inevitable ser partícipe de las conversaciones. “Es mejor estar afuera en espera de noticias que regresar (a casa)”. La mayoría vienen de otros municipios o de ejidos cercanos. Se relevan para cuidar a sus familiares internados.
El otro tipo de personas son de Saltillo. No tienen familiares internados, ni conocen a los que están ahí, pero acuden a acompañarlos. Unos lo hacen por el impulso de la fe, otros por agradecimiento.
TE PUEDE INTERESAR: Coahuila: ¿cuánto cuesta atenderte en el IMSS si no eres derechohabiente?
Un ejemplo de agradecimiento es la señora Patricia Hernández, quien acompañada de su esposo Luis Enrique y su hija Kareli, acudió este lunes a la explanada del hospital.
“Me hicieron una cirugía de histerectomía y desde que me dijeron yo prometí que si todo salía bien, como agradecimiento iba a venir a compartir algo (de comida) porque solo uno sabe lo que se siente estar dentro de un hospital o estar acompañando a un familiar”, platicó.
Aunque ella fue operada el pasado mes de agosto en la clínica 1 del IMSS, sabe que quienes acuden a este hospital son, en su mayoría, foráneos.
En medio de la oscuridad y desafiando al frío, instaló una mesa blanca y sobre ella se apresuraron a colocar pan dulce, y una olla de café.
Poco a poco, las personas se acercaban para calentarse.
A poco más de 10 metros, estaba Nancy Guadalupe Salas. “Yo hice una promesa. Yo prometí venir a regalar unos taquitos si me aprobaban mi visa y hoy me la aprobaron”.
TE PUEDE INTERESAR: ¿No encuentras qué hacer en Saltillo este 25 y 1? Luztopía, Fundidora y Chipinque, opciones en Monterrey
La cita estaba programada para junio del 2024, pero se adelantó. Fue gustosa con su hermano José Salas, así como Olivia y Guadalupe Martínez, ellos prepararon tacos de harina y café.
A un par de metros, en medio de la noche, de la falta de luz, y del aire frío, estaba el grupo Vida Abundante.
A ellos los mueve la fe. “Es una labor que hacemos porque creemos que debemos abrazarnos, fomentar el amor al prójimo y que sepan (los familiares de personas internadas) que hay gente que se preocupa por ellos”.
“Más que un café y un taquito es lo que se puede hacer por ellos”, dijo un hombre que se encontraba en el lugar entregando comida, pero pidió que se indicara el nombre de la congregación.
Mientras las personas acuden por tacos y café, un grupo de jóvenes tocan música religiosa. Para los que comparten la fe, también se realiza oración para pedir que los médicos tengan lucidez y las personas hospitalizadas disposición para recibir tratamientos y sanar.
“Lo que vemos es que muchas veces viene gente de afuera y no pueden salir porque el paciente no puede estar solo, a veces también vemos que hay necesidad porque andan gastados por los medicamentos y es la manera en que los podemos ayudar es ofreciendo de comer”.