El oso solitario que vaga por los parques industriales de Derramadero, Región Sureste de Coahuila
No vino al turno nocturno, pero aquí está buscando comida en un rincón de la zona industrial de Derramadero, oculto en la oscuridad, entre metales y autopartes. No hace ruido y sus más de 200 kilos de pelambre, músculo, grasa, vísceras, colmillos, garras y quizás alma no aparecen por ningún lado. Las dos unidades de la Policía Ambiental recorren las naves industriales sin éxito: una hora y no encuentran al oso negro que fue visto por trabajadores.
¿Cómo se puede perder un oso entre humanos y máquinas? La noche tiene la respuesta. Los agentes, desconcertados, iluminan algo que parece un ser vivo pero es solo carcasa automotriz. Uno de los inspectores arroja luz unos metros más arriba y encuentra, al fin, al oso sobre un muro en el patio de una empresa en el Parque Industrial Santa Mónica, frente a la Estación de Bomberos. Buscaban en el suelo lo que ya había trepado a las alturas.
Quince minutos después llegan agentes de la Policía del Estado, con equipo especializado para dormir al oso, resguardarlo y revisar su salud. El inconveniente: a esa altura, el oso puede sufrir una caída y resultar herido. Un policía dispara. El oso no cae. ¿Fue suerte o cálculo preciso? El oso queda ganchado en un chasis.
“Lo más difícil fue la bajada porque era un animal que pesaba 200 o 250 kilos”, dice Luis Antonio Castillo Flores, inspector de la Policía Ambiental de Saltillo, y recuerda el olor intenso del oso cuando se acercó para bajarlo con otros compañeros y equipo de Bomberos. “Te podría decir es que entre un perro mojado y almizcle”.
Entre varios policías cargaron al oso que resultó ser un joven, ni cachorro ni adulto. Y Luis Antonio recuerda cómo apretaba la piel peluda del animal dormido y sus extremidades que terminaban en una especie de navajas largas y afiladas, y tan cercanas. Lo sacaron del patio, pasaron por la calle y lo subieron a la traila de la Policía del Estado.
“Nos llevamos prácticamente dos o tres horas, hasta las 4 de la madrugada”, explica el inspector Castillo Flores. “Fue en octubre de 2019, hubo una temporadita en que nos llegaron muchos reportes”, complementa Juan Carlos Guerrero, compañero inspector de la Policía Ambiental.
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En 2018 y 2019 aumentaron los avistamientos de osos en la Región Sureste y en Coahuila, no solo por parte de comunidades rurales, sino en zonas urbanas que se adentran en el hábitat natural de los mamíferos terrestres más grandes del país, como las colonias del sur de Saltillo.
“Fueron años secos, no hubo comida en la sierra, los osos bajaban; entre más difícil sea en la sierra, se atreven a bajar más, bajaron tanto que incluso llegaron aquí a las Tetillas a la zona del Biblioparque Nogales”, explica Daniel Aguirre, coordinador de la Policía Ambiental.
El oso solitario de Derramadero fue liberado días después, luego de haber sido resguardado y valorado físicamente para comprobar su estado de salud.