En Saltillo, Doña Rosy y su tiendita enfrentan a Oxxo con su amabilidad y ‘el cartoncito’
3 de 4 tiendas de abarrotes en México cierran cuando se instala en la zona una cadena de conveniencia. Rosy de la Peña tiene de vecino a un Oxxo y asegura que su venta no ha disminuido
Desde hace más de 30 años, Rosa Elena de la Peña mantiene una surtida tienda de abarrotes sobre la calle José María La Fragua, Zona Centro de Saltillo, mismo que heredó de unas tías que la abrieron años antes.
En la casa -posterior local- colindante que se ubica en el cruce de Fragua y Otilio González, desde hace 12 años se instaló una tienda de conveniencia Oxxo, misma que no ha afectado las ventas de la tienda de doña Rosy.
Declaró que la llegada de la cadena comercial no cambió la dinámica que ha tenido con sus vecinos e incluso, las empleadas de la cadena son sus clientas frecuentes.
A Doña Rosy la visitan y le compran adolescentes de la secundaria Humberto Elizalde Jasso, vecinos y conocidos a los que les tiene tanta confianza, que aún les fía por medio del “cartoncito”.
TIENDAS CIERRAN POR OXXOS
La permanencia de la tienda de Rosy parece pasar inadvertida hasta que se toma en cuenta que, de acuerdo con El Economista, tres de cuatro tiendas de abarrotes cierran en el país cuando en una colonia se instala una de conveniencia como Oxxo o 7-Eleven.
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En 2021, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), declaró para el mencionado medio que la mayor afectación de este tipo de cadenas se da hacia negocios que están en la primera o segunda manzana más próxima.
Rosy ofrece todo tipo de productos para cocina u hogar, desde latas, pan de pulque, croquetas para mascota, condimentos grapados en cartón y todo tipo de bebidas. Los motivos patrios y una colección de antiguas botellas de Coca-Cola adornan su mostrador.
CASAS CERCA DE LOS 100 AÑOS
Rosy contó que nació hace casi 82 años en la casa donde se mantiene su tienda de abarrotes, que mantiene la distribución y la fachada original.
La propiedad donde se instaló el Oxxo colindante, también perteneció a su familia, particularmente a sus tías. También mantiene los arcos originales y a recuerdo de doña Rosy supera los 100 años de haberse construido.
“Hubo un tiempo que me casé y me fui un ratito, pero no, preferí regresarme a mi tierra”, declaró Rosy.
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SE LOS GANA CON AMABILIDAD
“Por mi carácter y la atención. Me gané a los niños, vinieron y me abrazaron ahora que regresaron de las vacaciones”, mencionó Rosy en entrevista para VANGUARDIA como explicación de por qué le siguen prefiriendo.
Antonio Bello Márquez, es vecino de la Zona Centro de doña Rosy, quien afirmó que continúa yendo a la tienda de abarrotes por los precios bajos que mantiene.
“Da los precios que son. Como el consumo es casi diario, pues uno o dos pesos de diferencia por producto terminan haciendo una diferencia ya de 100 o 150 pesos”, mencionó Bello Márquez.
Agregó que el hecho de que Doña Rosy no acepte pago con tarjeta no es un impedimento para seguir consumiendo en su tienda, pues aseguró que pagando en efectivo se ahorra el pago de impuestos que sí haría en el Oxxo.
CONFÍA AUNQUE LE QUEDEN MAL
A diferencia de lo que puede ocurrir en un Oxxo o un 7-Eleven, Rosy es un punto central de la confianza vecinal que ha generado con el sistema de “cartoncito”.
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La confianza que Rosy le tiene a sus vecinos y clientes es tal, que aún apunta la cantidad que se lleva una persona cuando entra a la tienda, cuenta que cobra cada semana, a pesar de que confesó que sí le han quedado mal con los pagos.
“Yo les apunto que se van a llevar tanto, les pongo su nombre aquí en un cuaderno y luego pagan por semana. Es pura gente ya conocida”, declaró Rosy.
Aseguró que sí le han quedado mal o vecinos se han ido de la zona sin pagarle, aunque aun así mantiene su creencia de seguir confiando en el resto de sus clientes.
Cuauhtémoc Rivera, también señaló para El Economista que uno de los puntos fuertes que mantienen a las tiendas de abarrotes en las colonias es precisamente el servicio a la comunidad que ofrecen.
