Llama Diócesis de Saltillo a padres y maestros a hacer equipo por el bienestar emocional de la juventud
COMPARTIR
La Diócesis de Saltillo hizo este domingo un llamado a padres de familia y maestros a hacer equipo por la juventud y el restablecimiento de la esperanza en el tejido social.
Monseñor Hilario González se refirió al caso de agresión entre alumno- maestra registrado la semana pasada en la escuela secundaria número 1 “Rubén Humberto Moreira”, del municipio de Ramos Arizpe, en la región Sureste del estado.
“Hay que hacer este diálogo entre familias, entre escuelas, maestros para ver cómo está el corazón de estos chavos, que a veces está presionado, inquieto, ansioso desesperado; hay que conocer cómo van evolucionando cada joven para que puedan darle dar la ayuda adecuada”.
El obispo de la Diócesis de Saltillo responsabilizó a los padres de familia de la enseñanza del manejo de las emociones a los hijos. “Son los responsables de estos menores, y son los que van ayudando a forjar la personalidad e integrar la mente, el corazón, las emociones. Este manejo de los sentimientos, de las emociones, se aprende en casa. Podemos tener cursos, ir a la escuela o a un taller, pero aprendemos de mamá, ojalá que los papás y las mamás también nos ayuden”.
TE PUEDE INTERESAR: Agresión en secundaria de Ramos Arizpe es una alarma social: Psicología de la UAdeC
En el caso preciso de la escuela secundaria de Ramos Arizpe, donde padres de familia y alumnos señalan un probable acoso escolar cometido por la docente lesionada al adolescente en conflicto con la ley, Monseñor Hilario González reconoció que los profesores también son responsables de enseñar a los alumnos, pero insistió en la responsabilidad primaria de los padres.
“La doble carga, verdad, la carga académica que es la natural, la que se espera de ellos (maestros) en las escuelas, y pues también las reglas de convivencia, se llama civismo, civilidad, eso también lo aprendemos en la escuela, pero los papás son los primeros, ojalá que ahí los papás y los maestros hagan equipo”.
El jerarca católico se refirió al tema de los insultos y humillaciones que habría recibido el estudiante por parte de la docente por su origen foráneo, y dijo que la xenofobia no es buena. Consideró necesario reducir la escalada de violencia y dijo que para ello es importante contribuir desde uno mismo.
“Si la persona está desestructurada, mente, corazón, si la familia está desestructurada, está desintegrada y la sociedad se está descompuesta, pues hay que trabajar lo contrario”.
El obispo coincidió con especialistas en salud mental y sociología respecto a que lo acontecido en la escuela secundaria es una alerta social que llama a solucionar la integración y la armonía de las personas.