Mexika, la rústica cafetería de Santuario Paraíso Gatuno para subsistir
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ARTEAGA, COAH.- A casi 62 kilómetros de la cabecera municipal, en la comunidad de San Antonio de las Alazanas se encuentra Mexika, una rústica cafetería que con sus michialimentos fondea a Santuario Paraíso Gatuno, un refugio originalmente destinado para ayudar a gatos en situación de calle y que debido al maltrato animal abrió sus puertas a perros y aves.
Conchas con figuras de gatos, pan dulce y salado, así como chocolate, champurrado y café de olla son el sustento de este refugio que llegó a tener 145 gatos a su cuidado y dar cabida a 49 perros que, en su mayoría, durante la pandemia fueron abandonados en Saltillo y Arteaga ante el desconocimiento de que podían ser portadores de COVID 19.
HISTORIA DE UN ORIGEN Y DE UNA IDEA SINGULAR
Santuario Paraíso Gatuno nació el 3 de mayo del 2017 con la muerte de Febo Apolo, un gato negro de dos meses y medio de edad que sufrió tortura. Salvador Horta y Carlos Valenzuela le hicieron la promesa de crear un hogar para gatos que sufrían por la indiferencia y maldad de las personas.
Como originalmente era un espacio para proteger gatitos, sus cuidadores preparan michihamburguesas, que entre otras actividades suman recursos para que la promesa hecha a Febo Apolo no se pierda.
Cada gato debe ser revisado por un médico veterinario previo a su ingreso al refugio. Esta valoración tiene un costo mínimo de mil 800 pesos, sin embargo, algunos animales son atendidos de emergencia por lesiones. Además todos deben ser esterilizados previo a su ingreso, y eso se traduce en otro gasto.
“La doctora Karla Barajas nos apoya con precios bajos para revisiones y tratamientos. La gente con donaciones y dinero. Nosotros abrimos la cafetería, pero ha sido difícil sostener el Santuario, sobre todo cuando vienen temporadas en las que virus o enfermedades atacan a los michis y se enferman de gravedad”, dijo Salvador Horta.
AYUDAR A GATITOS A BIEN MORIR
Hoy el santuario atiende a 27 gatos, todos enfermos de las vías respiratorias por un virus felino que los ha condenado a morir. No es contagioso para otras especies animales o humanos, y en su etapa terminal sus cuidadores buscan darles calidad de vida, en un espacio adecuado con chimenea para mantenerlos abrigados ante las bajas temperaturas, y un área cercada donde disfrutan de las bondades del campo.
A pesar de las complicaciones de la enfermedad, los gatos reciben con maullidos a quienes les visitan. Por ahora no se permite la entrada al espacio cercado, pero es un espectáculo ver desde afuera aparecer entre las hierbas floreadas y los troncos a cada uno de los 27 felinos que solo piden un gesto cariñoso.
BUSCANDO HOGAR A PERRITOS
En espera de un hogar amoroso y responsable hay 11 perros jóvenes, de talla mediana; entre ellos se encuentra Latrice, una hembra cruza de pitbull que fue encontrada por Carlos en las calles de San Antonio de las Alazanas cuando tenía algunos meses de nacida. Un error quirúrgico la hizo perder el equilibrio de su cuerpo y como no podía sostenerse, sus dueños la abandonaron.
Con tratamiento y cuidado la hembra ha recobrado su estabilidad corporal. Es una guardiana territorial. “A Latrice la encontró Carlo en muy mal estado, estaba grave, pero salió adelante y ahora es muy amorosa”.
MASCOTAS EMPLUMADAS
Entre los otros inquilinos de este santuario, hay 14 aves. Galliti, es un gallo que era usado de “sparring” para aves de pelea. Cuando fue lesionado y ya no les servía a sus dueños lo iban a sacrificar. Salvador impidió su muerte comprándolo. “Es un gallo muy noble a pesar de que era usado para entrenar a los peleadores. Es pacífico y obediente, cuida mucho a los pollitos”.
A cinco años de su existencia, Santuario Paraíso Gatuno logró convertirse en asociación civil, sin embargo ha conseguido poco apoyo por esta vía. La apuesta de sus cuidadores es no dejarlo caer a pesar de las muchas dificultades que han tenido que enfrentar.