Juan Gabriel es inevitable, no hay persona que no haya cantado alguna vez Querida o haya bailado con el Noa Noa. Para Ramón Alberto, el saltillense que encumbra en vivo a La Sombra de Juan Gabriel, sigue vivo cada que los jóvenes interpretan sus canciones
¿Qué puede provocar que todos los comensales de un restaurante se levanten al mismo tiempo de sus sillas? ¿Un incendio? ¿Un peligro inminente? ¿El señor sol que cae por la ventana todas las mañanas? ¿Juan Gabriel en pleno 2023?
Hace poco más de siete años falleció Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel, y su partida privó a generaciones enteras de un producto que es símbolo inequívoco de la cultura mexicana.
Quienes alguna vez pudieron ver y escuchar algún concierto suyo saben si en ese momento o ahora lo valoraron. Lo cierto es que hay personas, principalmente jóvenes, a quienes les queda conformarse con el archivo gráfico de YouTube... o con los imitadores.
Lo cierto es que en pleno 2023, en los restaurantes de Saltillo y con un estilo único, lo que hace Ramón Alberto, ‘La Sombra de Juan Gabriel’, va más allá de la simple imitación.
El homenaje, la admiración, el talento y el sello propio se funden cada noche en el show del saltillense, provocando sonrisas en cada mesa y parando literalmente de sus sillas a cada comensal de donde se presenta.
En el restaurante Al Sazón Mexicano de V. Carranza, quedó demostrado que Juan Gabriel es inevitable. Todos saben al menos una canción de él.
Los niños que acudieron al restaurante se mostraron atentos, entretenidos, disfrutando un show en vivo poco común en los hábitos de entretenimiento.
Para los adultos, por un momento, el restaurante se convirtió en Bellas Artes. Los teléfonos, las servilletas y las bengalas que repartieron los meseros adornaron canciones como ‘Buenos Días Señor Sol’ o ‘El Noa Noa’.
Quienes estaban en mesas lejanas se cambiaron a las más cercanas al escenario. En él, un grupo en vivo con vientos, corista, teclado y batería acompañó a la voz de Ramón Alberto, quien puso a cantar y a bailar hasta a los meseros, bromeando y brindando incluso encima de las sillas.
Las sonrisas, las risas y el recuerdo de Juan Gabriel fueron inevitables.
Este viernes 8 de septiembre, Ramón platicó con VANGUARDIA sobre la forma en que llegó a representar al personaje, su convivencia con Juan Gabriel y la forma en que tenerlo todos los días, expuso no solo su admiración, sino la interpretación de su ídolo.
“En el día del estudiante, el director me pide que haga un montaje musical. Era poco el tiempo que tenía y no quise hacer algo que no tuviera calidad. Entonces ideamos el maestro Rafael Hernández y yo una revista musical tipo ‘Siempre en Domingo’.
La hicimos con cantantes de la época como Luis Miguel, Café Tacuba o Paulina Rubio, pero había que cerrar el evento con un personaje fuerte. Había un personaje que tenía que estar ahí. Era Juan Gabriel y nadie se lo quería aventar por el personaje. Decían ‘no profe, me van a agarrar a carrilla allá afuera’.
Total me dice mi compadre Rafa, ‘pues hazlo tú’ y le digo ‘va’. Me rasuré en ese momento, me maquillé y fue un trancazo, pero no cantaba, era todo fonomímica”, contó Morales.
Entre invitaciones a restaurantes por parte de amigos y conocidos, Ramón Alberto comenzó a personificar a Juan Gabriel con cada vez mayor frecuencia hasta que en 1996 fue invitado a cantar con el grupo Reforma.
El éxito comenzó a ser tal que decidió acudir a la Asociación Nacional de Actores originalmente como ‘La Voz que Emula a Juan Gabriel’, aunque en el lugar le comentaron que estaba disponible “La Sombra de Juan Gabriel”, por lo que decidió tomarlo.
Otro saltillense de nombre Armando, entonces tenía ese nombre registrado, aunque según Ramón Alberto, no renovó su registro. Ante ello, acordaron que Armando se quedaría con “La Sombra de Juan Gabriel” y Ramón Alberto con “La Auténtica y Original Sombra de Juan Gabriel”.
TRABAJAR CON EL PROPIO JUAN GABRIEL
En una visita a Saltillo, el productor Javier del Bosque -hermano de Guillermo del Bosque de Televisa- escuchó en el radio que en la ciudad se iba a presentar La Sombra de Juan Gabriel.
“Él ya había visto a Armando en Estados Unidos porque vive en Brownsville. Aquí dijo, ‘déjame ir a verlo’ y ‘oh sorpresa’, era yo. Le gustó mucho, se quedó a verme todo el show y terminando me invitó a su mesa y a participar en la Feria de Saltillo”, relató Ramón.
Después de ello, firmaron un contrato de representación que los unió laboralmente por 14 años en los que Morales no solo tuvo presentaciones por todo México, Centro y Sudamérica, sino que además le permitió conocer a Juan Gabriel.
“Yo lo conocí siendo La Sombra de Juan Gabriel. Me vio cantar, de hecho canté un pedacito con él de ‘Así Fue’. Al tiempo me hablan y me dicen que si me gustaría audicionar para ser corista de él y dije ‘por supuesto que sí’. Hablé con mi productor y me dijo ‘adelante’. Así fue como estuve cuatro años siendo su corista”, explicó Morales Bojórquez.
Después de trabajar con él, juntó videos de sus presentaciones como La Sombra y acudió de nuevo con el Divo para pedirle su permiso de hacer el personaje, mismo que le fue otorgado.
Ramón Alberto cuenta que a pesar de imprimir un sello propio en el que le suma bromas y jugueteos con el público, siempre ha procurado cuidar al personaje y no ridiculizarlo.
Contó además que convivir con él al grado de cenar, viajar y, por supuesto, trabajar juntos, le permitió estudiarlo de la mejor manera. Compartió como le gustaba después de sus conciertos tomar su chocolate caliente y su huevito revuelto.
“La única referencia que tenía de él era ver videos o escuchar su música. Pero conocerlo, convivir con él, escucharlo hablar, oír sus consejos, ver sus ensayos, estar con él. La percepción exacta de cómo es él, es lo que yo procuro hacer en el escenario”, añadió Morales.
Ramón Alberto mencionó que para él no es novedad que la gente adulta se emocione, se pare y cante las canciones de Juan Gabriel junto con él en sus shows, aunque tiene mucho más valor cuando pasa con los jóvenes.
En ese sentido, el actor saltillense mencionó que el Divo siempre señaló que los jóvenes deben conservar “la buena música”, no necesariamente la de él sino la que “sí es música”.
Se refería fuera de ese concepto “a las cochinadas que se hacen ahora”, las que tienen un solo tiempo, sin arreglos y con letras devastadoras o que no tienen contenido positivo para la juventud.
ERA UN PADRE, UN AMOR
Ramón se emocionó hasta las lágrimas al recordar a Juan Gabriel en el trato personal. Lo calificó como “un padre”, “una ternura” y “el amor más grande como ser humano”.
Contó que todas sus emociones, incluyendo tristezas y alegrías, se las dedicó a sus canciones como contó en sus incontables y largas charlas.
Añadió que recordarlo, para él, es como volver a tenerlo presente y que no está muerto. Aclaró que no se refiere a que esté literalmente vivo, sino que para todas las personas que convivieron con él lo tienen constantemente en sus pensamientos.
“Él decía ‘siempre va a haber un Juan Gabriel para todos y a cualquier lado va un Juan Gabriel siempre’. Es hermoso encontrarme jóvenes que siguen su música. No hay quien no conozca una canción de Juan Gabriel. No hay quien no haya cantado ‘Querida’. No hay quien no conozca el ‘Noa Noa’. Eso para mí es que está vivo”, expresó Ramón.