Persiste discriminación hacia niños con Síndrome de Down en las escuelas de Coahuila
A pesar del importante papel que juegan las escuelas en el desarrollo integral de los menores, los niños con Síndrome de Down aún enfrentan dificultades para ser aceptados e incluidos en el entorno escolar, pues muchas veces las escuelas no son verdaderos espacios inclusivos ni están adecuadamente preparadas para atender sus necesidades específicas.
VANGUARDIA ha documentado varios casos de familias que luchan para encontrar una escuela pública dispuesta a aceptar a sus hijos, pues a pesar de que se promueven como instituciones inclusivas, son muchos los requisitos que se deben de cumplir para su aceptación, además de carecer de personal capacitado para brindarles la atención necesaria.
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Martha Valencia, madre de Ximena, una niña de ocho años, señala que desde el nacimiento de su hija ha tenido que hacer un esfuerzo constante para garantizar su desarrollo adecuado e inclusión.
”A pesar de que muchos lugares se manifiestan como inclusivos, realmente no lo son porque para para aceptar a nuestros hijos nos piden, ‘las perlas de la Virgen’”, comentó.
Además de ello, señaló que hay maestros con una gran vocación pero sin la preparación adecuada, resaltando la necesidad de sensibilización y fortalecimiento de este ámbito en el sector educativo.
Por su parte, Carolina Garibay, madre de Juan Carlos, un niño de 4 años que cursa el primer grado de Preescolar, destacó la importancia de conocer las capacidades individuales de los niños antes de etiquetarlos, pues en ocasiones las instituciones se han dejado llevar por los prejuicios que aun prevalecen sobre esta condición.
”Nos dicen que no tienen la capacidad ni el personal capacitado para recibir a nuestros hijos, y muchas veces no nos dan ni la oportunidad de demostrar lo que pueden hacer”, asegura.
“Antes de etiquetarlos como niños con Síndrome de Down y limitarlos, deben conocer su individualidad, conocer sus capacidades, porque hay muchos niños que sí, efectivamente requieren maestra sombra, pero hay otros que se pueden ir desarrollando solos”, consideró.
Ante ello, la diputada local Magaly Hernández, coordinadora de la Comisión de Educación del Congreso de Coahuila, destacó que, además de la falta de preparación de los docentes, uno de los principales obstáculos que impiden la verdadera inclusión en las aulas es el elevado número de alumnos en los grupos, especialmente en las escuelas públicas. Esta situación dificulta que los maestros puedan brindar la atención adecuada a los estudiantes con Síndrome de Down u otras condiciones.
La legisladora reconoció que las madres tienen razón, y explicó que en algunos recorridos por escuelas del Estado se ha topado con madres de familia que acompañan a sus hijos en las aulas.
“Es bien importante recalcar que los docentes somos pedagogos, sin embargo, no somos especialistas”, señaló la diputada resaltando la necesidad del fortalecimiento de áreas claves en las escuelas como los departamentos especializados como USAER.

Estos, señaló, no están completos, ya que deberían contar con terapeutas del lenguaje, pedagogos, trabajadoras sociales y psicólogos para atender a los niños diagnosticados con síndrome de Down y otras condiciones, personal que en muchos casos no se tienen en las escuelas.
La situación se repite en los Centros de Atención Múltiple (CAM), que son la opción pública para brindar educación a estos estudiantes, tampoco hay suficiente personal para darles la atención adecuada.
Al respecto, la diputada destacó la urgencia de formar un equipo especializado dentro de la Secretaría de Educación que permita distribuir los recursos y personal necesarios en las áreas correctas.
Ya que no en todas las escuelas hay niños con estas condiciones, señaló que es fundamental realizar un diagnóstico efectivo para enviar el apoyo adecuado y garantizar que los niños realmente sean incluidos en el proceso educativo.
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