Poco que celebrar en Coahuila con motivo del Día Mundial del Agua
En el marco del Día Mundial del Agua, dedicado este año a la preservación de los glaciares, la atención en regiones alejadas de los polos, como el norte de México, se centra cada vez más en el alarmante estrés hídrico que enfrentan.
La UNESCO y la Organización Meteorológica Mundial, líderes de la conmemoración, han alertado sobre la crítica situación que atraviesan diversas latitudes.
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Desde 2022, ambas instituciones insisten en la necesidad de una gestión integrada de las aguas subterráneas y superficiales, recomendando la adopción de la Gestión de la Recarga de Acuíferos (MAR).
Este enfoque no solo contribuye a reponer los acuíferos, sino que también minimiza la evaporación y reduce el impacto ambiental, posicionándose como una alternativa más sostenible que las represas.
La MAR también permite aprovechar el agua pluvial no utilizada y las aguas recicladas, destinándolas a la producción o al mantenimiento de cauces ecológicos en épocas de escasez.
Sin embargo, en Coahuila, esta gestión parece lejana ante la explotación irracional del recurso. Casos como el de la cervecera Constellation Brands, la sobreexplotación del acuífero en Saltillo, la crisis en La Laguna y la disputa por el agua del Río Bravo, evidencian la falta de un manejo sostenible.
CERVECERA CONSENTIDA
La cervecera Constellation Brands, instalada en el municipio de Nava, consume actualmente más de tres mil litros de agua por segundo, mientras las comunidades aledañas sufren escasez. Según la Secretaría de Economía, la producción de un litro de cerveza requiere 3.25 litros de agua, una proporción que, desde 2015, debió haber impedido la llegada de la empresa a una zona con evidente estrés hídrico.
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La presencia de la cervecera ha contribuido a la devastación del Río San Rodrigo. En Zaragoza, municipio cercano, los 17 mil habitantes apenas reciben 35 litros de agua por segundo, muy por debajo de los 100 litros que necesitan para cubrir su demanda básica.
SALTILLO: UNA CAPITAL SIN FUTURO HÍDRICO
En Saltillo, los mantos freáticos se encuentran en su nivel más bajo. Sin embargo, la operadora Aguas de Saltillo (Agsal) mantiene silencio sobre la disponibilidad real del recurso.
Ni su nuevo gerente, Iván José Vicente García, ni su predecesor, Jordi Bosch Bragado, han transparentado los volúmenes de agua existentes.
El activista Rodolfo Garza advierte que la situación es tan crítica que las autoridades estatales y municipales deberían suspender la instalación de empresas altamente consumidoras de agua. Lamentó la falta de acción del sector empresarial ante la crisis y denunció que se oculta la gravedad del abatimiento de los acuíferos.
“La reciente ampliación del contrato entre Agbar y el Gobierno Municipal por siete años y medio solo retrasa la crisis: al finalizar ese plazo, ‘ya no habrá agua que administrar’”, alertó Garza.
LA LAGUNA Y SU ‘HORA CERO’
El 25 de febrero, expertos lanzaron una nueva alerta sobre la Comarca Lagunera, donde la sobreexplotación, escasez y contaminación con arsénico del agua agravan la situación.
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El especialista Miguel Martínez advirtió que, sin una gestión integral, la región enfrentará una escasez severa, afectando tanto el consumo público como el agropecuario. En una conferencia sobre la política hídrica en México, Martínez subrayó que la crisis hídrica es un problema estructural, estratégico y de seguridad social, con un impacto directo en la soberanía alimentaria.
DISPUTA POR EL AGUA DEL RÍO BRAVO
En el norte de Coahuila, las localidades fronterizas dependen del Río Bravo, cuyo caudal está en disputa con Estados Unidos. Legisladores de Texas exigen que el gobierno mexicano cumpla con el Tratado de Aguas de 1944, amenazando con imponer aranceles si no se respetan las cuotas de entrega.
El senador republicano Adam Hinojosa denunció que Texas “se seca” mientras México riega sus campos, argumentando que la falta de agua ha generado 993 millones de dólares en pérdidas agrícolas y provocó el cierre del último ingenio azucarero del estado en 2024.
