Sacerdotes renuevan votos y bendicen el Santo Crisma de la Diócesis de Saltillo
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En punto de las 12:00 horas del mediodía de este miércoles se llevó a cabo la celebración de la Misa Crismal en la Catedral de Santiago Apóstol, que forma parte del año litúrgico y que fue oficiada por el Obispo de la Diócesis, Monseñor Hilario González García, al frente de decenas de sacerdotes, vicarios y el presbiterio quienes fueron testigos de los ritos que se llevaron a cabo en esta ceremonia.
Tradicionalmente, la Diócesis realizaba esta eucaristía durante la madrugada del jueves santo, sin embargo, actualmente puede llevarse a cabo cualquier día de la Semana Santa, -previo a ese día-, con motivo de que exista una mayor asistencia del personal sacerdotal para que renueven sus votos ante el Obispo.
Además, durante el ritual católico se otorgó la bendición a los Santos Óleos que son utilizados en los sacramentos, del bautismo y la unción de los enfermos, así como el Santo Crisma que contiene los óleos catecúmenos que se utilizan para bautizar, para confirmar y para la ordenación sacerdotal.
“En Saltillo, nuestra Diócesis es extensa, acuden sacerdotes de Cuatrociénegas, Sierra Mojada, Castaños, Frontera, Ocampo, General Cepeda, Monclova, Arteaga, Saltillo (donde se encuentra la sede episcopal) y entre otras comunidades; esta ocasión es la única vez en la vida en que se reciben los óleos catecúmenos, el Santo Crisma, que es el único de los Santos Óleos que tiene perfume que significa el buen olor a Cristo”, explica el sacerdote David Ernesto López Ramírez, en entrevista para medios.
Durante la homilía, el obispo Hilario González García recordó que los sacerdotes son testimonio de que se puede amar a Dios, que ellos son testigos de la compasión y la misericordia, además de que llevan en sumisión las encomiendas para compartir la palabra de Dios, y a través de su palabra, “curar a los de corazón quebrantado”.
“Que todo el que nos vea, escuche, tenga la seguridad de que estamos reflejando a Jesús, es quien habla y actúa por medio y en cada uno de nosotros”, exclamó Monseñor González García.
Así, con ese mensaje, los sacerdotes de la Diócesis de Saltillo renovaron sus promesas sacerdotales, reconociendo que no son dueños de este oficio, sino que son administradores fieles del don que les motiva a servir a sus comunidades.
Previo al acontecimiento de bendición de los Santos Óleos y el Santo Crisma, el obispo manifestó su sentir y pensar dado que ya ha cumplido un año al frente de la santa sede episcopal;
“Ha sido un año lleno de mucho cariño fraterno y de una hospitalidad cristiana abundante y una hospitalidad inmensa de los hijos de Dios, me han ofrecido un trato que contiene atenciones, más de lo que necesito, más de lo que merezco y tomo esto como signos de amor a Cristo y los trato de disfrutar”.
“Percibo una comunidad inquieta, intensa, me falta conocer muchas comunidades, a muchos sacerdotes, sin embargo, me doy cuenta del esfuerzo que hacen muchos por fortalecer las comunidades, hay mucho qué hacer, mucho que aprender, he sido llamado a participar en cuestiones inimaginables, dado el trabajo y la palabra que predicaban mis antecesores por lo que sé que todavía no cumplo los deseos de muchos, pero ténganme paciencia y se los pagaré”, añade Monseñor Hilario Gonzáles en su discurso.
Posterior a esto, se procedió a la bendición de los aceites y esencias que, al final de la celebración litúrgica, fueron entregadas a los vicarios de la Diócesis de Saltillo.