UAdeC: Los dilemas del uso cotidiano de la inteligencia artificial
¿Qué pasa cuando lo imaginado supera a la realidad? Carla Patricia Valdés García, coordinadora de Vinculación e Innovación Productiva de la Universidad Autónoma de Coahuila, explicó que desde la psicología se han comenzado a estudiar las implicaciones del uso cotidiano de la inteligencia artificial, sobre todo en las interacciones personales.
Mencionó que, por ejemplo, al generar imágenes de cómo sería un hijo con determinada pareja, los usuarios podrían desarrollar vínculos emocionales con esa proyección. “Hay casos en los que las personas ya tienen parejas creadas con IA a partir de mis gustos, mis preferencias, pero eso te desconecta de muchas otras posibilidades en la vida real”. Según dijo, esto puede generar decepción o tristeza cuando la vida real no cumple con las expectativas que esas herramientas provocan.
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DILEMAS ÉTICOS
En el ámbito académico, aseguró que los estudiantes han sido pioneros en la incorporación de inteligencia artificial a su vida diaria, tanto para la elaboración de proyectos como en su comunicación cotidiana. Sin embargo, también han surgido situaciones no tan positivas por un mal manejo de estas herramientas.
Comentó que se han presentado casos de suspensiones por uso indebido de IA, así como conflictos interpersonales derivados de información manipulada o imágenes alteradas. “Se han falseado datos o se han embellecido fotografías que circulan en redes”. Añadió que aún no se conocen todas las implicaciones, por lo que es necesario seguir observando su impacto.
RELACIONES ARTIFICIALES
Otro de los fenómenos que mencionó fue el desarrollo de relaciones afectivas a través de plataformas digitales o incluso con personajes creados por IA, lo cual puede tener consecuencias emocionales complejas.
Explicó que algunas personas generan vínculos con figuras creadas según sus gustos y preferencias, pero advirtió que esto puede alejarlas de relaciones reales: “Difícilmente una persona en la vida real cumple el 100 por ciento de lo que idealizamos. Eso puede generar frustración”.
ACOMPAÑAMIENTO, NO SUSTITUCIÓN
Respecto al uso terapéutico de estas tecnologías, Valdés García aseguró que ya se están desarrollando herramientas con inteligencia artificial para acompañar procesos psicológicos, sin sustituir la atención profesional.
Explicó que pueden ser útiles en casos de ansiedad o malestar leve, sobre todo en momentos donde no hay acceso inmediato a un terapeuta. “Una máquina sí puede estar disponible 24/7, pero hay que recordar que está programada por personas”.
Añadió que algunas personas han señalado que estas herramientas están diseñadas para buscar soluciones, pero no siempre permiten simplemente desahogarse: “Alguien decía ‘yo no quería que me dijeran qué hacer, solo quería que me escucharan’, y ese es un punto donde la IA todavía no puede reemplazar al vínculo humano”.