Saltillo: ‘¡Hoy es el mejor día de tu vida!’ Noé Cavazos, la voz del capitán de la Nave de los Encantados
Cientos de niños y niñas escuchan diariamente la Nave de los Encantados, con el saltillense por adopción Noé Cavazos, el capitán que supo combinar teatro y radio para darle magia a sus personajes que son los favoritos de chicos y grandes
Arti, Lero Lero, Pato Nino y El Señor Avisó, navegantes de la Nave de los Encantados, acompañan rumbo a la escuela a decenas de infancias saltillenses que sintonizan el 97.7 de Radio Concierto de Saltillo.
Desde el 2011, Noé Cavazos Ortiz se asumió como el capitán y la mente creativa que combina radio y teatro de lunes a viernes desde las seis hasta las nueve de la mañana.
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El Capitán, quien tiene desde los nueve años siendo actor de teatro, abrió las puertas de su estación de radio a VANGUARDIA para conocer a fondo no solo a sus personajes, sino también la historia detrás de la nave y el arduo trabajo que implica navegar diariamente.
¿Qué hacías antes de entrar a Radio Concierto?
“Tenía un negocio, siempre me he dedicado a negocios propios, es una de las lineamientos que he tenido por parte de la familia. Mi padre siempre ha tenido negocios propios. Entonces, pues no quieres trabajar para nadie, a veces es mejor tener tu propio negocio. Obviamente tiene sus retos y sus sacrificios porque tener un negocio propio es trabajar las 24 horas, entonces tenía un negocio de vídeo y de fotografía, hacíamos video sociales e industriales y empresariales”.
¿Cómo nació la idea de la Nave de los Encantados?
“Gabriel Neaves, que es un grandioso amigo precioso, muchacho de teatro, compañero de mucho tiempo y que lo quiero mucho y me dijo ‘Oye, ¿sabes qué? Se salió una persona de Radio Concierto. Él ya tenía mucho tiempo trabajando aquí y es para niños el programa’. Le dije ‘ah, pues yo quiero hacerlo porque yo siempre me he dedicado a hacer teatro para niños’. Dijo, ‘pero empieza muy temprano, a las seis de la mañana y son tres horas, hasta las nueve’. Dije, ‘no le hace’, yo sabía lo que era levantarme temprano.
Vine, hice pruebas y le gustó a Armando Junior. Dijo ‘tenemos muy buenas recomendaciones de Gabriel, haz lo que tú creas conveniente, pues para que sea bonito el programa’ y pues combinamos teatro con radio”.
Noé domina con una habilidad que parece mágica el cambio de voces entre sus personajes y él, platica con un conejo y un chango de peluche y hace que todos a su alrededor se contagien de la misma dinámica. Te orilla a que sea imposible pensar que son solo títeres.
¿Los personajes ya estaban o fueron saliendo?
“Fueron surgiendo poco a poco. Cuando llegué por primera vez fue en febrero, entonces acababa de pasar Navidad y teníamos ahí en la casa algunas campanitas de Navidad y había un pato por ahí de uno de los sobrinos y fue lo primero que agarré. En teatro estamos muy educados para improvisar y hay muchos ejercicios de improvisación. Agarré los juguetitos y dije ‘Dios padre Santo ilumíname, acompáñame y que sea lo que tu quieras’.
Al principio hubo mucho rechazo por parte de las campanitas. Había comentarios de ‘es que las campanitas aturden’. Había rechazo por parte del pato ‘es que el pato se oye muy chillón’. Y bueno uno de los buenos amigos de teatro que es Paco Ramírez, me dijo, ‘vas bien, lo que pasa es que no están acostumbrados, tú sigue. Le continuamos y hoy en día, si el señor tiempo o las campanitas desaparecen se hace el drama, de ‘¿por qué? ¿qué le pasó al señor tiempo? Al Pato Nino que ya es el más querido por los niños y hasta por los adultos.
¿Cómo fue el proceso de crear las personalidades de cada personaje al grado de que las infancias los ubican solo por la voz?
“Unas chicas psicólogas que vinieron aquí en una ocasión me dijeron ‘lo que pasa es que son tus tres yo’. Sí, es el adulto grande, es el aventurero traviesón, es el intelectual y es el bebé, entonces son tres o cuatro. Entonces me dijeron ‘tienes una exquisita esquizofrenia porque te sale natural’. Y sí es que son mis cuatro ‘yo’, entonces no tengo que inventar ni inventar hacer algo que no soy, entonces fluye.
“Cada uno ha salido de diferentes situaciones. Arti salió porque estaba jugando con un sobrino que le estaba haciendo esa voz. Lero Lero, surgió de un taladro. Estaba yo haciendo mucho trabajo de perforación en la construcción de la casa y estaba jugando, soy muy juguetón, se me da, se nota, que estaba jugando con el taladro ya y luego empecé a hacer la voz y dije ‘aquí hay otro’ y yo sentía que en el programa faltaba el travieso, el aventurero, el arriesgado, al que le vale, el sincerote que no tiene tapujos. Y dije, ‘¿cómo le pongo a ese personaje? Ah, pues como todos los niños dicen, ¡lero lero’ y ya se va solito por el nombre y dije, se llama Lero Lero.
¿Es complicado soltar a los personajes fuera de la cabina, en tu vida cotidiana?
Platico con mi esposa, bueno, Lero Lero platica con mi esposa o cuando le conviene sale Arti. Sale a la hora que le conviene según las circunstancias, pero sí, jugar es parte de mi vida y lo disfruto mucho. Es como un buen perfume que te gusta volverlo a oler y lo sacas a la hora que quieres porque te hace sentir bien. Entonces estoy con amigos o que sus niños cumplen años y de repente digo, ‘ah le voy a llevar a Lero Lero como regalo’ y me llevo a Lero Lero. No saben que lo voy a llevar ni les prometo nada, simplemente llego y ‘ah Lero Lero te viene a saludar’ y hago un sketch como aquí que invento mis historias y le invento algo al niño.
Hacer un programa de radio de tres horas todos los días por más de 10 años no es fácil para ningún locutor, aunque el Capitán explicó su inagotable fuente de ideas desde una inspiración y fuerza divina.
¿Cómo lograr que las infancias se enganchen tanto con un programa de radio teniendo tantos otros métodos de entretenimiento?
“Mucho es y lo reconozco, es la fe en Dios, porque yo soy muy creyente de Dios, no soy religioso. Llegué, le dije, ‘señor guíame y dime qué quieres que haga’, entonces me encomiendo mucho a él y a veces siento que hay cosas raras y extrañas que pasan. No es porque sea paranormal, pero fluye de alguna manera las ideas. Parece que me lo están dictando. Entonces, por eso siento que hay una energía, una fuerza que dices ‘no creo que esté haciendo yo todo, no me puedo dar todo el crédito’. Alguien muy fuerte me asesora y me guía.
“Otro es que tengo toda la vida de experiencia en teatro, entonces, desde los nueve años he estado en teatro y siempre me ha gustado el teatro infantil, es mi gran pasión. Es precioso sales y termina y los niños te dicen ‘ay, te quiero mucho’, ‘ay, eres lo mejor’. Son sinceros y transparentes.
“Otro factor yo creo, es el hecho de haber cursado una carrera. Porque te forzarán, te impulsan a que leas y leas, y otro libro y otro libro, otro. Entonces no hay opción, es de o lees o lees. Cuando eres chamaco dices, ‘ay qué flojera’, pero ya cuando encuentras el por qué y dices ‘guau’. Además las pláticas con personas mayores, suelo hacer mucha amistad con las personas grandes y les suelo hacer muchas preguntas. ‘¿Y por qué?’, ‘Y cuando eras niño, ¿a qué jugabas?’, ‘¿y qué sentías?’y ‘¿cómo te regañaba tu papá?’ entonces toda esa información la vas acumulando y la vas atesorando.
“Si tú quieres ser el mejor en lo que te dediques, prepárate y síguete preparando, sigue leyendo y no nada más una cosa de todo, de todo. Porque de lo que menos piensas te puede salir una muy buena idea porque vas a hacer las cosas diferentes. Si vas a ser ingeniero, abogado, a la profesión que te dediques, lee y lee de todo y prepárate. Y está abierto a todo tipo de ideas, culturas y eventos.
¿Cómo recuperar la inocencia de las infancias con toda la súper información que tienen hoy al alcance?
“Es una moneda al aire porque igual podemos no estar haciendo, logrando gran cosa, pero con uno que se logre rescatar con eso ya valió la pena todo lo que estamos haciendo, todo lo que se prepara, la música, toda la creatividad, toda la creación que se está haciendo. Con uno.
Porque si lo pensamos al revés de que ‘ay, es que nadie nos va a hacer caso ahorita el Internet está muy fuerte, estamos compitiendo contra un monstruo’, pues entonces nos vamos a quedar con lo peor que se hacer: nada. Una de las cosas peores que como como artista, como ingeniero, como profesionista, puedes llegar a hacer, es hacer nada. Entonces, atrévete a hacer algo diferente, atrévete a crear, atrévete a dar el paso que nadie que nadie cree, que todo el mundo perdió la fe o todo mundo perdió el interés porque ahí puede haber mucho de dónde sacar más, porque nadie se atreve”.
Noé cerró su entrevista agradeciendo a las personas que lo escuchan todos los días y refiriéndose a Radio Concierto como “un lugarcito sagrado”.
“Nos dedicamos a enviar información de calidad como son consejos, valores, música de otros países, de otras épocas que no conocen y que ahí están listas para ser disfrutadas. Nos dedicamos a hacer felices a los niños, a rescatar la inocencia y sobre todo a imponer nuevamente los valores que tanto hace falta. Muchas gracias por acompañarnos todas las mañanas en este programa que se llama la Nave de los Encantados con su amigo capitán Noé Cavazos, y personajes tan queridos por todos los niños en Saltillo. Estoy tratando de hacer de este un mundo mucho mejor, no para ti, no para mí, para nuestros niños, para los hijos, para los nietos y para todos aquellos que son próximas generaciones”.
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