Arteaga festejará a San Isidro Labrador sin gente en la calle, por contigencia

Saltillo
/ 15 mayo 2020

El padre Martín Rodolfo quiere que este día se celebre al santo patrono, aunque sea de lejos

“Pásele, este es San Isidro ¿qué le parece?”, dice el padre Martín Rodolfo Hernández Linares, párroco de la iglesia de San Isidro Labrador, en Arteaga.

El altar, pletórico de flores y hasta arriba el patrono de los campesinos, de los agricultores, de los ganaderos, con su aura luminosa.

Hoy se celebrará un año más de una de las festividades más importantes de la región, pero sin gente.

Hoy en esta fiesta  a la que todos los años acudían más de 10 mil fieles venidos de Saltillo, Monterrey, Monclova y las comunidades de la sierra de Arteaga, no habrá ni un alma, nadie.

“Estamos aquí en Arteaga celebrando la fiesta de San Isidro Labrador con estas circunstancias del confinamiento, pero la gente de aquí no quiere dejar de recordar que tenemos fe y tenemos esperanza y confiamos en que Dios nos acompaña y, de manera muy especial, nos encomendamos a San Isidro Labrador”, dice el padre Martín.

Por eso, con estas circunstancias, San Isidro salió en los últimos días a recorrer en procesión solitaria y silenciosa, las calles solitarias y silenciosas del pueblo. El padre Martín lo llevó en una camioneta.

Los devotos saludando a la distancia, desde la ventana o la puerta de su casa. “Estos días hemos estado haciendo una procesión sin gente, con la imagen peregrina, pasando por las calles principales.

“Estamos muy contentos, a pesar de las dificultades, y queremos que la gente sepa que no dejamos de celebrar la vida de los santos, muy distinto a otros años, porque cada año aquí se hace en grande y eso es lo que estamos extrañando, pero el silencio que vivimos ahorita nos recuerda que también tenemos la fiesta en nuestro corazón”, comentó. 

LA FIESTA QUE NO SERÁ

Si no hubiera la pandemia se celebraría esa fiesta en grande de San Isidro Labrador, pero no todo está perdido. Hoy a las 6:00 de la tarde se llevará a cabo la misa solemne, sin gente, para honrar a este santo que en vida repartió a manos llenas del trigo que tenía a los pobres de los pobres.

Al menos el altar ya está listo con las flores que año con año donan los devotos de San Isidro. “Ellos saben que no van a poder venir como cada año, pero no dejan de tener fe”.

El padre quiere dejar un mensaje de aliento para los creyentes dque hoy no vendrán, como cada año, a su templo para venerarlo.

“No perder la calma. Saber que esto es transitorio y  ser solidarios con los que no tienen”. Es el ejemplo que legó San Isidro.

“Del grano de trigo que a él le tocaba para su familia, le daba parte a los que necesitaban. Eso es lo que tenemos que hacer, saber compartir lo que Dios nos da…”, comentó.

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