Coahuila, un ejemplo de excelencia en la lucha contra los incendios forestales

Coahuila cierra 2024 con una cifra histórica que resalta en medio de un panorama desolador para el medio ambiente en México. Mientras que los incendios forestales azotaron al país, consumiendo más de 900,000 hectáreas de bosques y áreas naturales, el estado registró el menor número de hectáreas afectadas en los últimos 20 años, con menos de 2,000 hectáreas quemadas.

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Esta cifra, considerablemente inferior al promedio histórico de más de 10,000 hectáreas anuales, es el resultado de una estrategia integral implementada por el gobierno encabezado por Manolo Jiménez Salinas, quien desde el inicio de su administración ha puesto especial énfasis en la protección ambiental.

En el resto del país, estados como Jalisco, Michoacán y Chihuahua fueron los más afectados, donde la combinación de altas temperaturas, sequías extremas y la falta de estrategias preventivas agravaron el panorama. Las consecuencias fueron devastadoras, tanto en términos ambientales como sociales y económicos, afectando a las comunidades que dependen de estos ecosistemas.

EN COAHUILA, LA ESTRATEGIA ES CLAVE

La estrategia de Coahuila ha sido clave para evitar este desastre. El gobierno estatal implementó acciones concretas, como la capacitación intensiva de más de 1,500 brigadistas, quienes fueron entrenados para actuar de manera inmediata y coordinada en caso de incendio. A esto se sumó el fortalecimiento del equipamiento, con la adquisición de nuevas unidades de ataque rápido, sistemas de geolocalización y drones especializados en monitoreo forestal, herramientas que permitieron identificar puntos críticos con anticipación y prevenir que pequeños incendios se convirtieran en desastres mayores.

MONITOREO SATELITAL

El monitoreo satelital constante de áreas naturales protegidas, como la Reserva de Zapalinamé y la Sierra en la Región Carbonífera, también ha sido una pieza fundamental en la estrategia de protección. Además, el gobierno estatal priorizó la educación ambiental en las comunidades cercanas a zonas vulnerables, fomentando la participación ciudadana en la prevención de incendios.

La cooperación entre los tres niveles de gobierno y organismos civiles fue otra de las claves para enfrentar la crisis. La activación de un protocolo de alerta temprana permitió una respuesta inmediata y eficaz, evitando daños mayores a los ecosistemas.

Coahuila, en contraste con el resto del país, demuestra que las políticas públicas bien ejecutadas pueden cambiar el rumbo de una crisis ambiental. Este modelo de gestión, que combina tecnología, capacitación y colaboración ciudadana, no solo ha protegido los ecosistemas del estado, sino que también ha posicionado a Coahuila como un referente nacional en la lucha contra el cambio climático y la conservación ambiental.