El box femenil al fin presente en Juegos Olímpicos
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Más de un siglo después de que el olimpismo acogiera la disciplina masculina, debutó en Londres el boxeo femenino.
Londres.- "¿Y en esto también hay knockouts?", le susurró Kathy a su marido con entusiasmo. Él la miró, levantó las cejas, los hombros y deslizó: "¿Quién sabe?".
Hacía unos minutos, el boxeo había dado un paso enorme hacia adelante y había roto con una longeva tradición en el olimpismo.
Las mujeres vivieron hoy su primer día en el boxeo de los Juegos Olímpicos. Subieron al ring 24 de las 36 participantes de Londres 2012, fueron 12 combates y unas 10.000 personas las que acompañaron el estreno en el complejo Excel.
"Los Juegos Olímpicos son especiales para cualquier atleta. Este es mi año número 12 que llevo peleando. Intenté todo por poder clasificarme y hoy pude ganar mi pelea", afirmó la india Chungneijang Mery Kom Hmangte, más conocida como Mary Kom, uno de los grandes emblemas de la especialidad.
La presentación del boxeo femenino en el olimpismo se dio 108 años después de la inclusión de la especialidad masculina que, después de una ausencia en los Juegos de 1908, reapareció en 1912 para quedarse ininterrumpidamente hasta la actualidad.
La rusa Elena Salveyeva y la norcoreana Hye Song Kim levantaron el telón de una especialidad que había luchado durante varias ediciones por ganarse su plaza olímpica. Los segundos iniciales del boxeo femenino en Londres estuvieron representados por dos mujeres menudas, de baja estatura, que encadenaban infinidad de golpes y un único mensaje: "nosotras también podemos dar espectáculo".
Luego la venezolana Karlha Magliocco ofreció su simpatía interminable a la hora de esperar el veredicto de los jurados.
La australiana Naomi-Lee Fischer Rasmussen y la polaca Karolina Michalczuk aportaron otra novedad al ser las únicas dos que optaron por la falda como uniforme.
La cita reunió a un público poco iniciado en el tema con un grupo de atletas viviendo su primera vez olímpica. En poco tiempo, las boxeadoras y la multitud formaron una simbiosis que hizo del espectáculo un éxito. En la afición hubo desde un hombre realizando el ritual "haka" mientras luchaba la neozelandesa Siona Fernandes hasta varios hombres que susurraron con picardía en el momento en que la venezolana Karlha Magliocco y la brasileña Erica Matos cayeron abrazadas al suelo, tras tropezarse.
"Éste es el momento más grande en la historia del boxeo femenino y es el último paso que damos para ser aceptadas", celebró la sueca Anna Laurell, que batió por 24-17 a la australiana Naomi-Lee Fischer Rasmussen.
La jornada finalizó con una ovación de pie desde las gradas. Las boxeadoras habían aprobado el último examen, habían sido aceptadas por la familia olímpica.