Tigres a la espera de un milagro

Monterrey.- Los colores amarillo y azul inundaron la sultana del norte desde temprana hora, el equipo más odiado llegaba a Monterrey y desde calles cercanas se percibía la rivalidad, todo aficionado americanista era intimidado por el rugido de algún Tigre.

Afuera del Estadio Universitario se vislumbraba incertidumbre, los aficionados tigres se mostraban un tanto resignados a estar fuera de la fiesta grande mientras que los americanistas, aunque en menor número, estaban confiados en obtener el resultado que los catapultaría al liderato general.

El clima no era un factor determinante en el juego, con aproximadamente 25 grados se pronosticaba un grato partido de futbol, las muchachas con diminutos atuendos deleitaban la pupila de todos los aficionados, no importando que fueran del equipo contrario, el chiste era darse un "taco de ojo".

Las huellas del bicampeonato de los Auténticos Tigres seguían casi intactas en el terreno de juego, un día antes el colosal "Volcán" hizo erupción coronando al equipo de futbol americano ante un conjunto de la capital, para el día de hoy la afición esperaba otro triunfo del equipo norteño.

Dentro del Universitario el público esperaba ansioso el inicio del encuentro, mientras los "carteros" empezaban con la venta de cerveza, la música ambientaba el graderío y las norteñitas bailaban para el deleite del aficionado masculino.

Minutos antes del silbatazo inicial los Tigres salieron a calentar al campo causando gran ovación dentro del público, caso contrario con las Aguilas del América que los recibieron con los clásicos chiflidos y mentadas, ocasionando el enojo de la escasa afición águila.

Poco a poco el "volcán" se fue llenando, la mejor afición de México hizo su aparición en lo que se pronosticaban los últimos 90 minutos de la temporada. El partido estaba por comenzar, los técnicos daban las últimas indicaciones y los jugadores concentrados para 90 minutos de alarido.