A sus 48 años, Mane inició en el jiu-jitsu y ha enfrentado grandes desafíos tanto dentro como fuera del tatami, pero siempre demostrando que la edad no es impedimento en el mundo deportivo
La ciudad de Saltillo ha sido testigo del nacimiento de una nueva promotora del deporte, y su nombre es Martha Inés “Mane” Izquierdo Dávila.
Con una destacada actuación en el IBJJF World Master celebrado del 29 al 31 de agosto en Las Vegas, Izquierdo no solo consiguió la primera medalla femenil de jiu-jitsu en un Mundial para la región, sino que se convirtió en la única mexicana en competir en la categoría de 40 años, marcando un hito sin precedentes en este arte marcial.
Además de ser una deportista incansable, Mane Izquierdo es maestra, esposa y madre de tiempo completo. Su vida es un delicado equilibrio entre responsabilidades familiares y la exigente disciplina del jiu-jitsu, complementada con la práctica de crossfit. Para ella, su triunfo no es cualquier cosa, y conoce de primera mano el sacrificio que implica alcanzar ese nivel.
Su historia en este deporte comenzó hace apenas dos años, a los 46, cuando su ahora entrenador Blas López la invitó a participar en una sesión fotográfica para la academia Anacondas La Aurora. Mane, sin haber tenido experiencia previa, se sintió inmediatamente atraída por el jiu-jitsu, y desde entonces, no ha parado.
“Es un deporte muy diferente a los demás. Es muy mental, exageradamente físico y demandante. Requieres fuerza, cardio y mucha preparación, pero sin duda lo más destacable es que es un deporte muy mental”, relata Mane con pasión. En comparación con otros deportes, escalar en el jiu-jitsu es mucho más complicado. Solo unos pocos alcanzan la cinta azul, y a medida que avanzas, descubres que hay mucho más por aprender.
El jiu-jitsu no es solo una prueba física, es una batalla mental. Mane reconoce que, aunque llegues a una competencia con un plan de ataque bien estructurado, en cuestión de segundos todo puede cambiar.
“Te estás enfrentando a alguien con quien nunca has entrenado, y estás respondiendo a su ataque de la misma manera que él responde al tuyo. Es difícil, porque tienes que estar pensando en lo que va a hacer tu oponente”.
Uno de los aspectos más humildes del jiu-jitsu, según Mane, es que enseña a aceptar la derrota de manera constructiva.
“En el jiu-jitsu, te igualas. Si alguien te gana un match o te somete, no significa que sea mejor que tú o que tú seas mejor que él. Simplemente, ese día las cosas se acomodaron de cierta manera”.
LA GRAN BATALLA
Mane no solo ha tenido que superar los retos inherentes al deporte, sino que también ha enfrentado una experiencia que la puso al borde de la muerte. Antes de su participación en el Mundial de Las Vegas, fue mordida por una araña violinista en la pierna, lo que la llevó al hospital en estado crítico, con el riesgo de perder la extremidad. Sin embargo, su determinación y fortaleza le permitieron recuperarse, y en lugar de usar esa experiencia como una excusa, Mane continuó preparándose para la competencia.
“Excusas siempre vas a encontrar, pero hay que seguir”, reflexiona Mane, quien nunca ha permitido que la edad o las dificultades la detengan, “la vida no se acaba a los 30 años. No estamos muy grandes ni se nos dificulta aprender, podemos hacerlo todavía”.
Un mes antes de la competencia, Mane obtuvo su promoción a cinta azul, lo que la puso nerviosa al pensar que no estaría al nivel de sus rivales en Las Vegas. Sin embargo, demostró de qué está hecha, y con el apoyo de sus hijos, esposo, amigos y coaches, Blas López y Saúl Hernández, consiguió superar sus propios límites.
A lo largo de su carrera, Mane ha participado en prestigiosos torneos como KOTM King of the Mat, ADCC Submission Wrestling World Championship y la Liga IKNI, destacando tanto a nivel nacional como internacional.
Martha Inés Izquierdo continúa escribiendo su historia, una historia que inspira a todos aquellos que creen que nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo, y que los límites solo existen en la mente.