Tigres y su gran deuda
Tigres abrirá hoy un nuevo capítulo en al plano internacional y su necesidad de trascender fuera de la Liga es muy fuerte, sino es que tiene la obligación de redimirse de los últimos fracasos.
Si algo se le ha negado a Tigres en la Concacaf es el título. Lleva dos intentos en continuado apagándose en Finales que ha dejado ir sin demasiados atributos para defenderlas.
Son heridas que el equipo carga encima y que le generan ruido. Ganar un título internacional es quizás el pendiente más grande que arrastra esta generación de futbolistas que ha construido un protagonismo impar en el torneo doméstico, pero su alcance sigue siendo de cabotaje.
No ocupa coronarse en la “Concachampions” para ser más respetado. Ni tampoco un certamen regional le dará esa “grandeza” que tanto se discute si es por momento o por historia, sino que un título internacional, aparte de vestir, proyecta.
Tigres ha jugado muchas Finales con Ferretti, ha sido campeón varias veces, pero no se ha proyectado. No ha logrado trascender más allá de su área de cobertura.
Hace desde el 2015 que viene intentándolo, incluso, con muy buenas campañas en la Libertadores y Concacaf, pero siempre se ha quedado en la puerta del título. No es que no lo mereció, sino que no lo supo ganar, que es muy diferente.
Sus fracasos internacionales no necesariamente dinamitan todo lo edificado en los últimos años, pero mientras siga sin poder dar el brinco fuera de la Liga, perderá valiosas oportunidades que quizás puedan ser irrepetibles. Los procesos en el futbol tienen fecha de caducidad. Los ciclos, también.
La otra pregunta es saber si Tigres hoy está en condiciones a llegar a tierra fértil en la Concacaf comparado, claro, con el envión y nivel futbolístico que traía en las pasadas ediciones.
Probablemente no esté tan entero como se supone que debería estar para encarar este torneo. Pero Tigres es desconcertante. Nadie puede asegurar lo que puede o es capaz de hacer.
Su progreso en la cancha es prácticamente nulo. Juega como siempre, gana con lo justo, tiene menos seguridades, a veces impone y otras veces es tremendamente desabrido.
Tigres no da señales de haber potenciado un estilo, sino que el mismo estilo sigue siendo efectivo frente a rivales menores. Herediano puede serlo, pero da la sensación que si quiere llegar al Mundial de Clubes, ya no le alcanzará con el nombre.