Francisco Rodríguez, el periodista que narra la tortura para combatir la amnesia oficial del Estado

Narrar la tortura exige reconocer su absoluta anormalidad y escuchar desde la empatía: solo así una víctima puede abrir su historia sin ser revictimizada. Así lo cree Francisco Rodríguez Lozano, periodista de VANGUARDIA quien ganó la edición 2024 Premio Nacional de Periodismo en la categoría de entrevista

29 noviembre 2025
Francisco Rodríguez, el periodista que narra la tortura para combatir la amnesia oficial del Estado

El 19 de noviembre, Francisco Rodríguez Lozano recibió la noticia: ganador del Premio Nacional de Periodismo 2024 por su entrevista con Mónica Esparza, sobreviviente de tortura perpetrada por la policía de Torreón.

El significado de este premio, además de la alegría, se traduce para Paco como un acto de memoria y justicia.

Y es que en lugares como Coahuila, las autoridades insisten en la narrativa de “darle vuelta a la página” para enterrar el pasado, una postura conveniente para el discurso del Estado. Pero este premio es un recordatorio que la labor del periodista es rescatar estas historias para no olvidarlas, sanar heridas, y buscar verdad y justicia.

Francisco, egresado de la Universidad de Lasalle Laguna, con maestría en Periodismo por la Universidad de Guadalajara, cuenta con 20 años de experiencia en el periodismo.

Además de escribir para VANGUARDIA, está al frente del suplemento de periodismo de investigación SEMANARIO, donde se exploran casos de derechos humanos, corrupción, rendición de cuentas, crónicas y temas en profundidad.

Es ahí en donde Paco, a paso lento, da luz a las problemáticas del estado de manera empática. Esta es la charla que sostuvo con A La Vanguardia.

$!Francisco Rodríguez camina durante una marcha de familias buscadoras en Torreón, mientras documenta historias de desaparición y tortura en Coahuila.
¿Cómo recibes la noticia de este último premio nacimiento por el relato de Mónica?
Definitivamente contento, orgulloso de haber obtenido el premio. Sobre todo por el reconocimiento que representa que una historia como la de Mónica. Es una forma de poner este tipo de casos en el reflector.
Me parece que es una situación sumamente importante ante un contexto en el que los gobiernos buscan enterrar el pasado. Buscan darle vuelta a la página a estas historias. Aunque esto ocurrió en 2013, han continuado a lo largo de los años.
Porque a pesar de que Mónica obtuvo su libertad 7 años después, siguen en una lucha por su tema de la reparación integral del daño. Entonces, estoy contento de que de alguna forma su caso, su historia vuelva a estar en el presente.
¿Qué estrategias utilizas para abordar esos temas tan sensibles en las entrevistas?
La empatía. Yo creo que a veces olvidamos ser empáticos con las demás personas y muchas veces por el ajetreo del día a día no nos damos cuenta de algunos errores que se cometen al tratar este tipo de historias.
Entonces, el hecho de ser pacientes y de entender que una persona se está abriendo para contarte su historia tendría que ser suficiente como para entender que cualquier cosa que pongas, que aterrices, que muestres puede beneficiar o ser revictimizante.
Me parece que en ese sentido, una de las situaciones importantes tendría que ser la paciencia. No querer estar 5 o 10 minutos con la persona y ya irse, sino entender que lo que te están contando no es una situación normal, porque lo que viven es algo anormal completamente, en este caso de tortura.
En el caso de Mónica la entrevista principal fue una plática de casi 2 horas. Aunque nunca podamos comprender totalmente, porque no estamos en sus zapatos, hay que tratar de ser empáticos con ellos.
¿Cómo te blindas para evitar represalias?
Primero con textos o con trabajos bien reportados, que no den espacio a un error que puedan reclamar o puedan tomar algún tipo de represalia.
En la medida en que el trabajo está bien reportado, bien documentado, bien investigado y esté bien respaldado, pues de alguna forma te proteges.
¿Consideras importante que los periodistas presenten estos testimonios para evitar la revictimización?
Claro. Sí, yo lo considero como importante primordialmente por el tema de memoria, o sea, particularmente en Coahuila las autoridades nos han dicho hasta el cansancio que hay que darle vuelta a la página. Y es una postura sumamente conveniente.
Pero lo que hay que hacer es traer al presente muchas de estas historias que ocurrieron en el pasado precisamente para no olvidarlas, para sanar tantas heridas y también por un asunto de verdad y de justicia.
En la medida en que rescatemos estas historias del pasado, las traigamos al presente, hagamos memoria de todos esos abusos y violaciones, de alguna forma también se dignifican a esas personas.
¿Qué panorama observas en el norte de México, en Coahuila, en cuanto al periodismo, el flujo y tratamiento de la información?
Hay una situación en un modo particular en el país, donde hay una serie de competencia, digámoslo así. Con todo el tema digital por tratar de atraer audiencias. En ese sentido hay situaciones que se pueden presentar y hacer más trabajos proclives al click y esto es un riesgo.
Yo creo que precisamente es en estos momentos cuando hay una saturación de información, es muy difícil atrapar a las audiencias y en ese afán de atrapar a las audiencias se pueden cometer errores.
Creo que es en este momento cuando el periodismo tendría que pensar más en hacer un periodismo diferente, más profundo y que le pueda mostrar a la gente historias distintas.
Alguna vez, el periodista Julio Scherer dijo: Si el diablo me ofrece una entrevista voy a los infiernos. ¿Ese es tu caso?
Sí, yo creo que sí. Sin duda alguna, uno como periodista le llama la atención todo tipo de historias.
Óscar Martínez en su libro “Los muertos y los periodistas” habla precisamente de la necesidad de entender. Y si se requiere atender las voces que sean necesarias para contar una historia no tendría problema en acudir a contar esa historia, porque seguramente tendrá algo interesante que decir.
Por último. ¿Consideras importante que los periodistas presenten estos testimonios para evitar la revictimización? Porque luego vemos que las mismas autoridades los revictimizan en boletines, declaraciones extraoficiales o ruedas de prensa.
Claro. Sí, yo lo considero importante, primordialmente por el tema de memoria. Particularmente en Coahuila las autoridades nos han dicho hasta el cansancio que cambiemos de temas. Presentar estas historias es una cuestión de justicia.
Es en ese momento cuando el periodismo requiere historias más profundas y que le pueda mostrar a la gente realidades distintas.
Yo creo que hay muchos y muy buenos esfuerzos en todo el país, en todo el norte del país y que habría que ponerles atención.

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