Libertad, disciplina, talento: los pilares de Lily Valdés, prodigio de Saltillo en música y ajedrez

A sus catorce años, Lilia Cristina Valdés Álvarez ha demostrado que los sueños, cuando se nutren de pasión y disciplina, pueden llevarnos a lugares insospechados. Su historia también reaviva esta pregunta: ¿las personas genio nacen o se hacen?

21 diciembre 2024
Libertad, disciplina, talento: los pilares de Lily Valdés, prodigio de Saltillo en música y ajedrez

Lilia Valdés no recuerda un momento exacto en el que comenzó su amor por la música o el arte. Pero desde que tiene memoria, el mundo ha sido su lienzo. Quienes están a su lado lo saben. Porque ella es, indiscutiblemente, una joven prodigio de Saltillo. Una chica que navega el mundo con tres humildes banderas: la de la libertad, la de la disciplina y la del talento.

Lo mismo es buena en la escuela con sus calificaciones que la posicionan como una de las mejores estudiantes; que explora tendencias plásticas a través de la pintura; ya tiene sus posturas estéticas respecto de las melodías que puede tocar en el contrabajo e incluso participó en un concierto en Alemania; y dice con ligereza que ha ganado nacionales de ajedrez varias veces.

¿Cómo llega alguien a ser así?, ¿o es que viene de familia?, ¿o es una chispa de que de pronto se enciende?

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VANGUARDIA platicó con ella, con sus padres y con uno de sus maestra de música para hallar esas respuestas. Porque sabemos de sobra que en Saltillo, de manera más frecuente de lo que parece, el nombre de un estudiante sobresale de entre los demás por su capacidades. Y porque confiamos en que esas promesas de hoy, ya están cambiando el mañana.

En este enlace puedes encontrar la transcripción de la entrevista en Google PinPoint.

$!Tiene 14 años, toca el violín, el contrabajo, es campeona nacional de ajedrez, una alumna brillante y quiere dedicarse, por ahora, a ser concertista.

Una vena musical sorprendente

El primer destelló ocurrió a los dos años, recuerda su madre Lilia Álvarez.

“Me dijo ‘esta es mi pared de arte’. Primero pintó todo hasta donde alcanzó y después uso un banquito para llegar más arriba. Llenó ese espacio de colores y formas, sin dejar ni un hueco libre”, comenta.

Respetaron su decisión. Y no fue un accidente, una casualidad o por seguirle la corriente. Que su hija les haya planteado tal cosa con se semejante seriedad y a tan corta edad, sería la primera muestra de que ese su visión del mundo.

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De ahí de que después haya explorado con el kung fu, yoga, el tenis, violín, matemáticas.

Por supuesto que no todos los caminos que Lily emprende terminan en triunfos. También ha tenido que lidiar con

El matrimonio formado por Lilia y Rodolfo Valdés tiene claro que lo de su hija no son locuras, no son ocurrencias, es talento.

“La clave ha sido siempre dejarla ser y apoyarla en todo lo que ha decidido”, agrega la madre. “Estamos muy contentos, muy orgullosos, trabajando a la par de ella y trabajando para ella”, remata el padre.

$!El apoyo que Lily recibe de sus padres ha sido fundamental para su desarrollo. Es de ellos de quienes ha obtenido los valores que rigen su vida y su camino profesional. Apoyarla incondicionalmente en lo que ella elija y darle un entorno que favorezca el aprendizaje de los errores, coinciden, en un punto clave.

Hoy Lily, como le dicen quienes la quieren, tiene 14 años y estudia en el Instituto Vivir. Dicha escuela ubicada al norte de Saltillo ha sido un parte aguas en su formación, en específico en su educación musical.

“Antes tocaba el violín, pero era demasiado agudo para mí”. En el Vivir, el maestro Michael le dio varios instrumentos de cuerdas. “El contrabajo fue el que más llamó mi atención. Me gustó mucho la profundidad que añade a las piezas”, platica.

No parecen las palabras de una adolescente. Lo sabe bien Joseph Ruiz, coordinador general de música del Instituto Vivir, quien ha acompañado a Lily en este viaje y la considera una chica con una determinación incomparable.

“Es un instrumento complicado por las cuerdas gruesas. Sus partituras se leen en otra clave diferente a las del violín. Debería ser un proceso difícil, pero me sorprendió que Lily se adaptó con con facilidad y lo hizo rápido (...) En un año ya estaba tocando piezas complejas”, cuenta.

Esa dedicación pronto la llevó más lejos. Con el apoyo de su maestro y su familia, Lily audicionó para un proyecto convocado por la Orquesta Simanof, que reúne a jóvenes talentos de América Latina y Estados Unidos.

El contrabajo fue el que más llamó mi atención. Me gustó mucho la profundidad que añade a las piezas

“El proceso fue desafiante: grabar una obra, presentarme, enviar el video... Estaba muy nerviosa, pero también emocionada”, relata.

El esfuerzo valió la pena. En octubre de 2024, viajó a Alemania para presentarse en dos conciertos: uno en la majestuosa catedral de Berlín y otro en un teatro lleno de público.

“Fuimos a Berlín y tuvimos dos conciertos. El primero fue en la catedral, solo para los patrocinadores y los miembros de la orquesta. Yo me sentía muy nerviosa, pero al final me dio confianza porque estuve practicando mucho y sí sabía las obras muy bien. El segundo fue en un teatro con un público alemán. Nos aplaudieron mucho”, recuerda Lily.

$!Joseph Ruiz, coordinador general de música del Instituto Vivir, considera a Lily una de sus alumnas más brillantes. Sabe que su destreza musical no es común y afirma que varias universidades ya la tienen en la mira por su talento. Ha jugado ajedrez varias veces con ella... el termina en el lado ‘perdedor’.

Su madre la acompañó. Recuerda que hijos estaba fascinada con los museos y emocionada de estar en lugares llenos de significado. “Me decía: ‘mamá, aquí, hace 600 años, construyeron esto. Estamos en un lugar donde estuvo tal persona’. Fue un privilegio compartir esa experiencia con ella”.

“Fuimos a Berlín y tuvimos dos conciertos. El primero fue en la catedral, solo para los patrocinadores y los miembros de la orquesta (...). El segundo fue en un teatro con un público alemán. Nos aplaudieron mucho”

Un tablero, mil estrategias

A la par de su amor por la música, Lily ha encontrado en el ajedrez una manera de desafiar su mente. Desde hace tres años, ha representado a Coahuila en competencias nacionales, incluyendo los Juegos CONADE.

“Primero vengo a la escuela, luego me queda clases de música. Después voy a mis clases de ajedrez”, cuenta entusiasta (...). “Hace tres años fue la primera vez que participé en un CONADE. Fuimos a Baja California Sur, a La Paz, y ahí obtuve una medalla de oro y una de bronce”, cuenta con ligereza.

Liliana y Rodolfo se enorgullecen de las actividades de su hija. “Ver las ambiciones que tiene, qué quiere más, porque no solo es escucha decir ‘quiero aprender más porque me gusta la música’ o ‘porque me hace feliz es quiero jugar ajedrez, porque me concentro y me siento bien haciéndolo’”, precia ella.

Lily tiene claro su destino: la música. Sueña con ser concertista y formar parte de una orquesta profesional y seguir los pasos de su maestro Michael.

“Él es muy dedicado y siempre nos ha tratado muy bien. Es el principal contrabajista de la Orquesta Filarmónica y viene de un conservatorio”.

Joseph no sabe qué hacer con Lily. Pero habla por su talento. “Le queda aquí un año, año y medio, y ya no sé cómo retenerla. Ya hay propuestas: algunas universidades que están considerando invitarla a trabajar”.

Sin embargo, también quiere seguir aprendiendo en otras áreas. Está inscrita en la Olimpiada de Matemáticas y toma cursos avanzados en la UAdeC.

Para ella, el aprendizaje es un viaje sin fin. “Siempre se puede mejorar. Eso es lo que me motiva”, reflexiona.

Hace tres años fue la primera vez que participé en un CONADE (...). Ahí obtuve una medalla de oro y una de bronce

Lily tiene claro su destino: la música. Sueña con ser concertista y formar parte de una orquesta profesional y seguir los pasos de su maestro Michael.

“Él es muy dedicado y siempre nos ha tratado muy bien. Es el principal contrabajista de la Orquesta Filarmónica y viene de un conservatorio”.

Joseph no sabe qué hacer con Lily. Pero habla por su talento. “Le queda aquí un año, año y medio, y ya no sé cómo retenerla. Ya hay propuestas: algunas universidades que están considerando invitarla a trabajar”.

Sin embargo, también quiere seguir aprendiendo en otras áreas. Está inscrita en la Olimpiada de Matemáticas y toma cursos avanzados en la UAdeC. Para ella, el aprendizaje es un viaje sin fin. “Siempre se puede mejorar. Eso es lo que me motiva”, reflexiona.

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