Aumentan ataques de piratas contra pescadores de Yucatán

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/ 9 octubre 2022

MÉRIDA, YUC.- El mal tiempo, la pesca ilegal y ahora los incidentes de violencia, han convertido la labor de los pescadores en una carrera cuesta arriba, personas que en Yucatán tienen su sustento en echar las redes al mar para cazar peces, langosta, pulpo o abulón. Los pescadores estiman que la incidencia delictiva en algunas zonas ha crecido hasta en un 40 por ciento en lo que va del año.

El también presidente de la Confederación de Pescadores de la zona Oriente de Yucatán, Romel Alcocer, de 57 años, explicó que desde hace años los cooperativistas han puesto en marcha su propio mecanismo de vigilancia en alta mar, costeado por ellos, para detectar a cualquier pirata o pescador furtivo.

Sin armas, se dedican a patrullar sobre las olas y avisan a las autoridades. “Incrementó la pesca furtiva por aquí porque no hay inspectores, los gobiernos nos dicen que no tienen recursos y entonces nosotros formamos un comité de inspección y vigilancia entre todos los puertos y hasta el momento va dando resultado”, mencionó el pescador.

A los problemas que trae la pesca ilegal y las adversidades climáticas, los pescadores deben sumar desde hace varios años la inseguridad. El presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras, José Luis Carrillo, exigió que se incremente la vigilancia en los litorales mexicanos, tanto de parte de la Armada de México como de la llamada Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

El directivo pesquero informó que estos “piratas” o asaltantes en alta mar, roban motores, toda la pesca capturada por las embarcaciones y despojan a los mismos responsables de las embarcaciones de dinero, artículos de valores.

“Sí, ha habido robos de lanchas y embarcaciones, es algo que afecta al patrimonio del pescador, pero también se da robo de tráileres que transportan productos pesqueros en distintas partes de la República mexicana y afecta también la distribución de los productos en el mercado. Por todas estas condiciones de violencia que se están dando en alta mar y en carretera, la pesca debe ser considerada un asunto de seguridad nacional”, aseguró Carrillo.

Langosta roja, el abulón, también conocida como “oreja del mar”, el pulpo y camarón, son las especies que más ambicionan los grupos criminales para su comercialización.

“Se necesitan más operativos tanto en tierra como en mar para regular la comercialización. Somos más exportadores que consumidores, por eso los grupos delictivos están detrás de este negocio”, zanja.

Carrillo advirtió que el porcentaje de criminalidad podría ser mayor dado que muchas víctimas de estos asaltantes deciden no denunciar. “El pescador es pescador, no sabe hacer otra cosa, hay comunidades donde no hay otra opción económica y la pesca cuando está bien regulada, supervisada, sí deja”.

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