China libera a la viuda de Liu Xiaobo

Internacional
/ 10 julio 2018

La poetisa Liu Xia, de 57 años, que nunca fue condenada, aterrizó en el aeropuerto de Berlín-Tegel poco antes de las 15 horas GMT, a pocos días de cumplirse el primer aniversario de la muerte de su marido

Berlín. La poetisa Liu Xia, viuda del disidente chino y premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, llegó a Berlín este martes desde China, recuperando la libertad tras ocho años de arresto domiciliario.

La poetisa, de 57 años, que nunca fue condenada, aterrizó en el aeropuerto de Berlín-Tegel poco antes de las 15 horas GMT, a pocos días de cumplirse el primer aniversario de la muerte de su marido, ocurrida el 13 de julio de 2017.

Tras aterrizar, Liu se introdujo en una furgoneta negra que la esperaba en la pista, sin hacer declaraciones.

Entre las personas que la esperaban en el aeropuerto, donde había decenas de periodistas, figuraban el escritor chino exiliado Liao Yiwu y la alemana Herta Müller, premio Nobel de Literatura 2009, según la misma fuente.

Liu, con el pelo rapado, hizo una breve escala en Helsinki.

Pekín había confirmado el viaje de Liu, precisando que iba a Alemania a seguir un "tratamiento médico". Según sus amigos, sufre una grave depresión.

La poetisa se encontraba de hecho en prisión domiciliaria, sin libertad de movimiento desde 2010, cuando su marido recibió el Premio Nobel.

El fallecimiento de Liu Xiaobo, a los 61 años, en julio de 2017, debido a un cáncer de hígado, no cambió su situación.

Liu Xiaobo, quien participó de la protestas en la Plaza Tiananmen en 1989, había sido condenado en 2009 a 11 años de cárcel por "subversión" por haber firmado un llamado a elecciones libres en China. Murió el año pasado mientras cumplía la pena, trágico hecho que lo convirtió en el primer laureado con el premio Nobel en morir preso desde los años 1930, cuando un opositor alemán falleció recluido por los nazis.

Liu Xia era vigilada por la policía política de China a pesar de que no había sido condenada, y siguió bajo ese régimen después de la muerte de su esposo aunque las autoridades chinas sostenían que gozaba de libertad.

En mayo pasado, cinco diplomáticos occidentales, un alemán, un francés, un británico, un canadiense y uno de la Unión Europea, intentaron visitarla pero la policía se lo impidió, sin dar ninguna explicación.

Estados Unidos, la Unión Europea y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU también reclamaron a Pekín su liberación.

En una reciente llamada telefónica muy emotiva con su amigo cercano, el escritor chino Liao Yiwu, Liu dijo: "Tendrán que añadir una línea en la Constitución que diga, 'Amar a Liu Xiaobo es un crimen grave, es una sentencia de por vida'".

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