Crisis económica por COVID-19 aviva las tensiones políticas en Estados Unidos
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La pandemia del coronavirus COVID-19 se ha convertido en Estados Unidos en un nuevo pulso entre el presidente Trump y la oposición demócrata
La pandemia del coronavirus COVID-19 se ha convertido en Estados Unidos en un nuevo pulso entre el presidente Donald Trump y la oposición demócrata, que pugnan por la reapertura del país y un nuevo plan de estímulo fiscal a la crisis, que ha llevado a más de 36 millones de trabajadores al paro.
La prolongada duración de la pandemia, que ha matado a más de 87 mil personas en Estados Unidos y provocado despidos masivos, ha puesto de nuevo de relieve la aguda polarización política en el país.
Aunque en un primer momento republicanos y demócratas dejaron de lado sus diferencias para aprobar a comienzos de abril en el Congreso un paquete de estímulo fiscal del 2.2 billones de dólares, el mayor de la historia del país, el paso de las semanas ha recrudecido de nuevo el enfrentamiento.
“Hemos hecho un GRAN trabajo en la respuesta al COVID-19, haciendo que todos los gobernadores tengan buena imagen, algunos fantástica (y eso está bien), pero los aburridos medios de comunicación no quieren ir con esa historia, y el único argumento de los demócratas que no hacen nada es decir solo cosas negativas de Trump”, afirmó este sábado Trump en su cuenta de Twitter.
Polarización política en medio de la pandemia Sus palabras se producen horas después de que este viernes la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobaran un nuevo plan de rescate por valor de 3 billones de dólares para aliviar el impacto económico.
“No actuar ahora no solo es irresponsable desde el punto de vista humanitario, es irresponsable porque va a costar más, en términos de vidas, de bienestar, de coste al presupuesto, de coste a nuestra democracia”, afirmó Nancy Pelosi, líder demócrata y presidenta de la Cámara en el pleno de la votación.
La propuesta ya sido rechazada de plano tanto por los republicanos en el Senado, donde tienen mayoría, como por la Casa Blanca, que ha amenazado con vetarla.
“(La fase 4 del estímulo fiscal) va a ocurrir. Pero se va a hacer de una mejor manera para el pueblo estadounidense”, dijo este viernes Trump, antes de salir hacia la residencia presidencial de Camp David, a las afueras de Washington, donde pasa el fin de semana.
El nuevo paquete económico de los demócratas incluye un billón de dólares para rescatar a los estados y gobiernos locales, así como otra ronda de pagos directos de mil 200 dólares a los contribuyentes con ingresos por debajo de los 75 mil dólares anuales, incluidos esta vez los inmigrantes sin papeles.
La Casa Blanca y los republicanos -así como algunos demócratas- se oponen tanto al giro a los indocumentados como a rescatar los estados, ya que advierten que en algunos casos sus problemas financieros son previos a la pandemia.
“Esta propuesta es simplemente la agenda demócrata disfrazada de respuesta al coronavirus. No va a ningún lado (…) Por qué estamos pasando por este ejercicio en vez de negociar de una manera bipartidista está más allá de mi entendimiento”, dijo el legislador republicano Tom Cole.
Crisis económica sin procedentes Mientras los legisladores y líderes políticos se cruzan acusaciones, los indicadores continúan dibujando una tragedia económica sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos.
Más de 36 millones de personas han solicitado el subsidio de desempleo en los últimos dos meses y el primer indicador de evolución del producto interior bruto (PIB) apuntó a una caída del 4.8 por ciento en el primer trimestre.
Y el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, que ha lanzado todo su arsenal monetario, con inyecciones masivas de liquidez y recorte de las tasas de interés al 0 por ciento, indicó esta semana que la gravedad de esta crisis sin precedentes exige más medidas fiscales .
“Un apoyo fiscal adicional puede ser costoso, pero vale la pena, si ayuda a evitar un daño económico a largo plazo y nos deja con una recuperación más robusta”, afirmó Powell en un discurso esta semana.
Reapertura gradual por estados En paralelo a las peleas políticas en la capital estadounidense, más del la mitad del país ha iniciado ya el proceso de reapertura levantamiento parcial de restricciones con el objetivo de impulsar la reactivación económica.
El estado de Nueva York, epicentro de la pandemia del COVID-19 en EE.UU. con más de 27 mil fallecidos, se coordinará con los estados de Connecticut, Nueva Jersey y Delaware para reabrir a la vez sus playas el próximo 22 de mayo.
En la costa oeste, las playas del condado de Los Ángeles reabrieron este miércoles aunque con actividades limitadas, en otro pequeño paso para relajar las medidas de permanecer en casa. Y otros estados, como Texas, Maryland, Florida o Colorado, también han comenzado la retirar las medidas de control ante la menor incidencia en los datos de contagios.