Daniel Ortega, el guerrillero que convirtió la presidencia en su trono
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Daniel Ortega combatió en los años 60 el régimen de Anastasio Somoza (1945-1979) con las guerrillas el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Daniel Ortega, el protagonista de la política de Nicaragua de los últimos 40 años, ha vestido la gorra de guerrillero izquierdista pero ahora parece dispuesto a prepeturarse en el trono presidencial.
Sin una oposición real y con organismos de sociedad civil reportando "falta de transparencia" en el proceso electoral previo a los comicios, Ortega fue reelegido por segunda vez de forma consecutiva con una abultada mayoría que la oposición, sin apenas voz, cuestiona.
A punto de cumplir los 71 años (el 11 de noviembre), este hombre nacido en el seno de una familia de escasos recursos en el centro del país combatió en los años 60 el régimen de Anastasio Somoza (1945-1979) con las guerrillas el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Pasó por la cárcel, pero tras la caída de Somoza en 1979 dio inicio a su carrera como político, al ser nombrado miembro de la recién formada Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN).
Desde entonces siempre estuvo en el primer plano de la política del país centroamericano, ya fuese al frente del gobierno o de la oposición con el FSLN ya convertido en partido. El mandatario se ha atrincherado en la jefatura de la que actualmente es la principal formación política del país en detrimento de una dirección colegiada.
Ortega, que ganó sus primeros comicios generales en 1984, consiguió apartar a sus antiguos compañeros de la dirección del FSLN porque "no tolera que alguien le haga sombra", según declaró al diario "La Prensa" el ex comandante guerrillero y ex ministro de Planificación en los años 80 Henry Ruiz, tras conocerse la séptima postulación de Ortega a la presidencia.
Además ha ido moldeando los principios del partido para adaptarlo a sus intereses. Durante estos años se reconcilió con la iglesia Católica y cerró acuerdos con los empresarios conservadores.
En la lucha contra la droga coopera con Estados Unidos, pero desde el punto de vista militar trabaja con Rusia.
La deriva autoritaria, las reformas constitucionales para posiblitar su reelección indefinida y las numerosas denuncias de corrupción han hecho que numerosos compañeros del ex guerrillero lo hayan abandonado.
Y aunque afirme que Nicaragua es "socialista, cristiana y solidaria", el mandatario no ha dudado en emprender un rumbo económico neoliberal en el que al parecer ha canalizado millones de dólares de ayuda al desarrollo a través de vías poco claras a cuentas de su familia.
Tras volver al poder en 2006 logró captar apoyo popular en base a emblemáticos proyectos de vivienda, de salud, de crédito agrícola y otras ayudas financiadas con millones de dólares que le aportaba su homólogo y aliado venezolano Hugo Chávez.
La oposición lo criticó por no informar sobre el cuantioso apoyo venezolano, que manejan a discreción empresas privadas ligadas a la familia presidencial, Ortega y su esposa Rosario Murillo. El emporio familiar controla actualmente numerosos canales de televisión e igual número de radios del país, y, según la prensa, han comprado hoteles, haciendas y modernos complejos turísticos.
Murillo (de 62 años), que fue nombrada en 2007 vocera del Gobierno, es ahora su vicepresidenta. Según la opinión de analistas, fue elegida como compañera de fórmula para "asegurar la sucesión" en caso de que Ortega, aquejado desde hace años de una enfermedad nunca revelada, no complete sus cinco años de Gobierno.
Será la primera vez en Nicaragua que un matrimonio ocupe los dos máximos cargos de poder.
En 1998 su hijastra Zoilamérica Narváez, hija biológica de Murillo, demandó a Ortega por abuso y violación sexual desde que era una niña. El juicio no prosperó porque el líder sandinista se amparó en su inmunidad como diputado.
En círculos políticos se rumorea que el enorme poder de la primera dama es producto del apoyo que le dio a Ortega en medio de aquel escándalo, cuando ella se enfrentó públicamente a su hija. El matrimonio Ortega Murillo tuvo además siete hijos.
Con todo, Ortega seguirá otros cinco años al frente del poder de esta nación con 6,1 millones de habitantes y una probreza generalizada que, según datos del Banco Mundial, ha conseguiro reducir del 42,5 por ciento en 2009 al 29,6 en 2014.