El equipo de Musk desaloja a los funcionarios del Instituto Estadounidense de la Paz

Internacional
/ 19 marzo 2025

Una disputa latente entre el Departamento de Eficiencia Gubernamental y una agencia independiente dedicada a promover la paz estalló el lunes en un enfrentamiento abierto en el que participó la policía

Por Aishvarya Kavi

El enfrentamiento pone de relieve la voluntad de Trump de sobrepasar los límites legales de su autoridad en su empeño por remodelar el gobierno federal y controlar entidades que tradicionalmente han sido independientes.

Una disputa latente entre el Departamento de Eficiencia Gubernamental y una agencia independiente dedicada a promover la paz estalló el lunes en un enfrentamiento abierto en el que participó la policía, cuando los miembros del equipo de Elon Musk entraron en la sede de la agencia y desalojaron a sus funcionarios.

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La dramática escena se desarrolló en Washington el lunes por la tarde, cuando el equipo de Musk fue rechazado del Instituto Estadounidense de la Paz, una agencia que el presidente Donald Trump ha ordenado desmantelar, y luego entró en las instalaciones con agentes de las fuerzas del orden. Los funcionarios de la agencia afirman que, como el instituto es una organización sin fines de lucro constituida por el Congreso que no forma parte del poder ejecutivo, Trump y Musk no tienen autoridad para suspender sus operaciones.

“El DOGE acaba de entrar en el edificio —están adentro del edificio—, han traído al FBI y a un grupo de policías de Washington DC”, dijo por teléfono Sophia Lin, abogada del instituto, mientras ella y otros funcionarios eran escoltados hasta la salida.

George Moose, quien fue despedido como presidente en funciones del instituto la semana pasada, pero que está impugnando su despido, acusó al equipo de Musk de irrumpir en el edificio. “Nuestro estatuto es muy claro sobre la situación de este edificio y de este instituto”, dijo a los periodistas. “Así pues, lo que ha ocurrido aquí es una toma de posesión ilegal por parte de elementos del poder ejecutivo de una corporación privada sin fines de lucro”.

El enfrentamiento se convirtió rápidamente en uno de los puntos más visibles de la resistencia al esfuerzo de Musk por despedir a trabajadores federales y desmantelar agencias enteras. Y puso de relieve la voluntad de Trump de sobrepasar los límites legales de su autoridad en su empeño por remodelar el gobierno federal y poner bajo su control entidades que tradicionalmente han sido independientes.

Un portavoz del equipo de Musk dirigió una consulta a la Casa Blanca, donde los funcionarios dijeron que la dirección del instituto había sido destituida tras ignorar la orden ejecutiva de Trump de febrero que le ordenaba reducir sus operaciones al “mínimo legal”.

“No se permitirá que los burócratas deshonestos tomen como rehenes a las agencias”, dijo Anna Kelly, portavoz de la Casa Blanca. “El gobierno de Trump hará cumplir la autoridad ejecutiva del presidente y se asegurará de que sus agencias sigan siendo responsables ante el pueblo estadounidense”.

El instituto fue creado por el Congreso en 1984 y trabaja para prevenir y poner fin a los conflictos, desplegando especialistas para trabajar con los aliados de Estados Unidos, formando a negociadores de paz y diplomáticos e informando al Congreso. Desde la orden ejecutiva de febrero, su sitio web se actualizó con referencias adicionales a la naturaleza “rentable” de su trabajo, un probable intento de ganarse el favor del equipo de Musk.

No funcionó. Los dirigentes del instituto y el Departamento de Eficiencia Gubernamental estuvieron enfrentados al menos desde el viernes por la tarde, cuando la Casa Blanca envió a todos los miembros de la junta directiva del instituto, excepto a tres, un correo electrónico en el que les comunicaba que habían sido cesados.

Los miembros restantes de la junta —el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Pete Hegseth y Peter Garvin, presidente de la Universidad Nacional de Defensa— sustituyeron posteriormente a Moose como presidente en funciones por Kenneth Jackson, funcionario del Departamento de Estado que participó en el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Lin dijo que el instituto se disponía a demandar al gobierno por la destitución de la junta. Los funcionarios del instituto se han negado a reconocer sus destituciones.

Funcionarios del Departamento de Eficiencia Gubernamental intentaron acceder por primera vez a la sede de la agencia, ubicada junto al National Mall, el viernes por la tarde, pero los representantes del instituto los rechazaron.

El equipo de Musk volvió a presentarse hacia las 7:00 p. m. del viernes, acompañado por dos agentes del FBI, y mostró al instituto un documento firmado por los restantes miembros del consejo de administración por el que se destituía al presidente en funciones del instituto. Pero se marcharon después de que un abogado del instituto les dijera que era un organismo independiente ajeno al poder ejecutivo, dijo Gonzo Gallegos, portavoz del instituto, en una declaración el sábado.

Durante el fin de semana, el FBI amenazó a los empleados del instituto por impedir el acceso al edificio, dijo Lin.

También dijo que Jonathan Hornok, el nuevo jefe de la división penal de la fiscalía del distrito de Columbia, llamó el domingo por la noche a George Foote, otro abogado del instituto, e hizo peticiones en nombre de Rubio y Hegseth para acceder a los “libros y registros” del instituto. Cuando el instituto se resistió, amenazó con iniciar una investigación penal, dijo. Una portavoz de la fiscalía no respondió a las peticiones de comentarios.

El lunes por la tarde, unos carteles recién colocados en las puertas del edificio advertían contra el allanamiento y parecían haber sido creados apresuradamente. Uno informaba de que el edificio estaba “cerrado hasta nuevo aviso”.

Los representantes de Musk llegaron el lunes por la tarde en un todoterreno negro con matrícula del gobierno y fueron escoltados por lo que parecía ser seguridad privada, que llegó en vehículos separados y vestía ropa de calle.

Intentaron acceder a una de las entradas, pero no encontraron la manera de entrar y rodearon el edificio antes de volver al todoterreno.

Tras varios minutos, dos abogados del instituto salieron del edificio y se acercaron al vehículo. Lo que siguió fue una negociación a través de la ventanilla: los representantes de Musk que estaban en el coche, incluido un hombre que se identificó como Jackson, funcionario del Departamento de Estado y recién nombrado presidente de la agencia, parecieron pedir a los abogados que subieran.

“No sé adónde nos van a llevar”, dijo Lin, declinando la invitación.

“No queremos quedarnos aquí sentados”, añadió Foote, el segundo abogado del instituto, con voz melosa y persuasiva. “Podemos dar un paseo. Daremos un paseo, vamos. Hace buen día”.

Detrás de los cristales del coche, esa oferta pareció ser rechazada, y las negociaciones continuaron mientras el tráfico de la hora punta se acumulaba detrás del vehículo parado y los conductores tocaban el claxon. Al parecer, las partes acordaron reunirse por videollamada.

El equipo de Musk no entró en el edificio hasta que aparecieron agentes del Departamento de Policía Metropolitana de Washington, dijo Lin. Funcionarios del instituto habían llamado a la policía para informar que miembros del Departamento de Eficiencia Gubernamental estaban invadiendo el edificio, dijo, pero la policía desalojó a los dirigentes del instituto.

Un portavoz de la policía, Tom Lynch, dijo que se había llamado a los agentes por una denuncia de entrada ilegal y dijo que la policía se marchó después de que se marcharon quienes pretendían entrar ilegalmente. No dijo quiénes eran esas personas ni proporcionó más información sobre lo ocurrido en el lugar, aparte de que no se había efectuado ninguna detención.

Dos de los hombres, Nate Cavanaugh y el abogado Justin Aimonetti, eran los mismos funcionarios de Musk que este mes forzaron la entrada en la Fundación para el Desarrollo de África, una de las entidades gubernamentales mencionadas en la orden ejecutiva de febrero. No respondieron a las preguntas formuladas a gritos.

A última hora de la noche del lunes, los miembros del equipo de Musk, de quienes se dice que trabajan las 24 horas del día, seguían en el instituto. Se pudo ver a Jackson trabajando en el despacho del presidente. Hicieron que les trajeran la cena: ensaladas de Sweetgreen y seis pizzas.

c. 2025 The New York Times Company

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