Japón, está cerca de reformar su Constitución pacifista
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El triunfo del Partido Liberaldemócrata (PLD) de Abe en las elecciones legistativas del domingo, junto con su aliado Komeito y otros revisionistas, les otorga la necesaria mayoría de dos tercios para iniciar una reforma de la Carta Magna.
El primer ministro nacionalista de Japón, Shinzo Abe, está un paso más cerca de conseguir el principal objetivo político de su vida: una revisión de la Constitución pacifista del país asiático.
El triunfo del Partido Liberaldemócrata (PLD) de Abe en las elecciones legistativas del domingo, junto con su aliado Komeito y otros revisionistas, les otorga la necesaria mayoría de dos tercios para iniciar una reforma de la Carta Magna.
Los críticos temen ya que la democracia más antigua de Asia deje de ser el país libre y abierto en el que se convirtió tras la Segunda Guerra Mundial, pues la tercera mayor economía del mundo se enfrenta a una encrucijada.
Abe considera que la Constitución pacifista de postguerra no se corresponde con una nación independiente, dado que le fue impuesta a Japón en 1946 por Estados Unidos y quiere volver a los objetivos fundacionales del PLD en 1955.
El modelo para el primer ministro es su abuelo Nobusuke Kishi, sospechoso de crímenes de guerra y que después de la guerra fue asimismo jefe de Gobierno. También él intentó forzar un cambio constitucional, aunque sin éxito.
Abe fue elegido a finales de 2012 con la promesa de reactivar la economía con una inyección de dinero bautizada ya como "Abenomics" y tampoco en la actual campaña sacó a relucir el tema de la Constitución. Pero su objetivo político principal siempre ha sido la defensa de su agenda nacionalista.
Sin embargo, Komeito, su socio menor en la coalición, moderó las expectativas sobre un debate constitucional. Natsuo Yamaguchi, jefe del partido, también conservador pero antimilitarista, aseguró que no espera que se produzcan progresos en este tema de forma inmediata.
No es necesario cambiar el artículo, que prohíbe a Japón llevar adelante una guerra en cualquier circunstancia, dijo Yamaguchi, y dejó así en evidencia la postura diferente al PLD.
El año pasado, con el mayor cambio realizado en la política de seguridad del país desde la Segunda Guerra, el Gobierno de Abe demostró que está dispuesto a tomar medidas incluso muy impopulares entre la población. Entre las modificaciones se incluyó una ley muy polémica sobre protección de secretos de Estado que en opinión de los críticos recuerda mucho a la época que desembocó en la contienda.
Un borrador elaborado en 2012 por el PLD -que ha ido girando cada vez más a la derecha en los últimos años- prevé además de una modificación del Artículo 9 (sobre el pacifismo) también una limitación de los derechos civiles.
"Para muchos políticos conservadores de derecha del PLD, también el señor Abe, la idea de los derechos humanos o fundamentales es en general una idea de Occidente, que no encaja en las sociedades asiáticas", comentó a dpa Sven Saaler, profesor de Historia Japonesa Moderna en la Universidad Sophia de Tokio.
Ellos opinan que en Japón otros valores son mucho más importantes como una sociedad armónica y los deberes del individuo frente a la sociedad, añadió Saaler.
Unos 107 millones de japoneses estaban habilitados para votar la renovación de la mitad de los 242 integrantes de la Cámara Alta. El PLD de Abe y sus aliados aumentaron sus mandatos y suman en total 145. El opositor Partido Democrático obtuvo sólo 49 cuando antes tenía 60 y los comunistas pasaron de 3 a 14 escaños. Para frenar a Abe los dos habían presentado candidaturas conjuntas.