¿Sabías que para los mayas los eclipses solares eran una señal de choques celestes y sus astrónomos mantenían registros sofisticados para predecirlos?
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Se considera que los antiguos mayas fueron una de las mayores sociedades que se dedicaron a la observación del cielo, registrando de manera sistemática el movimiento del Sol, los planetas y las estrellas
MÉXICO- Kimberly H. Breuer, profesora asociada de instrucción, Universidad de Texas en Arlington, en su artículo “For the Maya, solar eclipses were a sign of heavenly clashes − and their astronomers kept sophisticated records to predict them”, publicado en The Coversation, describe cómo los antiguas mayas le daban mucha importancia observación del cielo y cómo sus astrónmos llevan a cabo registros precisos de sus observaciones del Sol, los planetas y las estrellas.
En su artículo, Breuer precisa que actualmente, “vivimos en un mundo contaminado con luz, donde las farolas, los anuncios electrónicos e incluso la iluminación del patio trasero bloquean todos los objetos celestes excepto los más brillantes del cielo nocturno. Pero viaje a un área oficialmente protegida de “Cielo Oscuro”, mire hacia el cielo y sorpréndase”, y prosigue explicando que “esta es la visión de los cielos que la gente tuvo durante milenios”; siendo así, añade la profesora de la Universidad de Texas, que “las sociedades premodernas observaron el cielo y crearon cosmografías, mapas del cielo que proporcionaban información para calendarios y ciclos agrícolas. También crearon cosmologías que, en el uso original de la palabra, eran creencias religiosas para explicar el universo. Los dioses y los cielos eran inseparables”.
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En opinión de Breuer, “los cielos son de naturaleza ordenada y cíclica, así que obsérvalos y graba durante el tiempo suficiente y determinarás sus ritmos”. Tomando como base sus obsevaciones, detalla la profesora que fue así coomo “muchas sociedades pudieron predecir con precisión los eclipses lunares y algunas también pudieron predecir los eclipses solares”, como el que sucederá en América del Norte el próximo 8 de abril.
MAYAS ASTRÓNOMOS ANTIGUOS
En su artículo Breuer opina que los antiguos mayas “fueron una de las mayores sociedades de observación del cielo. Matemáticos consumados, registraron observaciones sistemáticas sobre el movimiento del Sol, los planetas y las estrellas”.
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Siendo así, que teniendo como base las observaciones que realzaban, pudieron crear un crearon un complicado sistema de calendario con el objetivo de por organizar su mundo, este almanaque es considerado uno de los más precisos de los tiempos premodernos, explica la profesora asociada de instrucción, Universidad de Texas en Arlington.
Breuer, señala que los astrónomos mayas “observaron de cerca el Sol y alinearon estructuras monumentales, como pirámides, para rastrear solsticios y equinoccios”, y además usaron “estas estructuras, así como cuevas y pozos, para marcar los días cenital: las dos veces al año en los trópicos donde el Sol está directamente sobre nuestras cabezas y los objetos verticales no proyectan sombra”.
Así mismo, detalla Breuer, que los escribas mayas llevaban registro de estas observaciones astronómicas en códices. Siendo el Códice de Dresde, uno de los cuatro textos mayas antiguos que aún se preservan; en sus páginas se describen “una gran cantidad de conocimientos astronómicos e interpretaciones religiosas y proporcionan evidencia de que los mayas podían predecir los eclipses solares”, señala la profesora en su artículo.
Es gracias a los jerogrificos de las tablas astronómicas del códice, que los investigadores ahora pueden saber que los mayas llevaron a cabo un rastreo de los nodos lunares, “los dos puntos donde la órbita de la Luna se cruza con la eclíptica, el plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, que desde nuestro punto de vista es el camino de el Sol a través de nuestro cielo. También crearon tablas divididas en las temporadas de eclipses solares de 177 días, marcando los días en los que los eclipses eran posibles. batalla celestial”, explica Breuer.
COSMOLOGÍA Y CREENCIAS DE LOS MAYAS
En lo que se refiere al sistema de creencias mayas, ellos asociaban las puestas de sol con la muerte y la decadencia. Ellos pensaban que “cada tarde, el dios del sol, Kinich Ahau, hacía el peligroso viaje a través de Xibalbá, el inframundo maya, para nacer de nuevo al amanecer. Los eclipses solares eran vistos como un “sol roto”, una señal de una posible destrucción catastrófica”, detalla Breuer.
Los mayas vinculaban a Kinich Ahau con “la prosperidad y el buen orden”, apunta Breuer. Mientras que su hermano Chak Ek, “la estrella de la mañana”, el planeta Venus, era asociado con “la guerra y la discordia. Tenían una relación de confrontación, luchando por la supremacía”.
“Su batalla podría ser presenciada en los cielos. Durante los eclipses solares, se pueden ver planetas, estrellas y, en ocasiones, cometas en su totalidad. Si se coloca correctamente, Venus brillará intensamente cerca del Sol eclipsado, lo que los mayas interpretaron como Chak Ek al ataque. Esto se insinúa en el Códice de Dresde, donde aparece un dios Venus sumergido en las tablas de eclipses solares, y en la coordinación de los eclipses solares con los ciclos de Venus en el Códice de Madrid, otro libro plegable maya de finales del siglo XV”, explica Breuer en su artículo.
En la cultura maya, durante los eclipses “con Kinich Ahau – el Sol – escondido detrás de la Luna, los mayas creían que estaba muriendo. Los rituales de renovación eran necesarios para restablecer el equilibrio y devolverlo al rumbo correcto”, precisa la profesora y concluye explicando que “la nobleza, especialmente el rey, realizaba sacrificios de sangría, perforaba sus cuerpos y recogía las gotas de sangre para quemarlas como ofrendas al dios sol. Esta “sangre de reyes” era la forma más elevada de sacrificio, destinada a fortalecer a Kinich Ahau. Los mayas creían que los dioses creadores habían dado su sangre y la habían mezclado con masa de maíz para crear a los primeros humanos. A su vez, la nobleza donaba una pequeña porción de su propia fuerza vital para alimentar a los dioses”.
Con información de The Conversation.