Para algunos cristianos, un eclipse solar es una señal de la segunda venida de Cristo
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El próximo 8 de abril será visible en varias ciudades de América del Norte un eclipse solar, este fenómeno natural ha traído consigo una serie de vaticinios sobre la segunda venida de Jesús en algunos cristianos
Eric Vanden Eykel, profesor asociado de estudios religiosos en la universidad Ferrum College, en su artículo titulado “For some Christians, a solar eclipse signals the second coming of Christ“, publicado en The Conversarion se cuestiona ¿El próximo eclipse solar señala la segunda venida de Jesús?, pregunta a la que responde que “con toda probabilidad, no, pero eso no ha impedido que la gente especule que sí”.
En el Nuevo Testamento hay varias referencias en referencia a la “segunda venida” de Jesús, señala Eykel, que será el momento en que los cristianos establecen que Jesucristo retornará a la Tierra, y que “los malvados serán juzgados y los justos recompensados”.
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En relación con este hecho, precisa el profesor de Ferrum College, el apóstol Pablo escribe sobre este regreso de Jesús en sus cartas y los Evangelios muestran a Cristo hablando sobre esta segunda venida.
Eykel, indica en su atículo que es un especialista en la “literatura cristiana primitiva” y cuya investigación se concentra en “cómo la gente lee, comprende y, a veces, malinterpreta los textos bíblicos”.
TEORÍAS RELIGIOSAS ENTORNO AL ECLIPSE SOLAR
En su artículo, el profesor asociado de estudios religiosos en la universidad Ferrum College, explica que las teorías religiosas entorno al próximo eclipse solar “son parte de un patrón más amplio de intentos de encontrar significado a eventos astronómicos que se remonta a miles de años atrás”.
EN BÚSQUEDA DE UN SIGNIFICADO EN EL CIELO
Eykel, describe en su artículo que uno de los ejemplos más conocidos en el mundo antiguo de personas que consiguieron encontrar significado en los cielos sucedió en el año 44 a. C., “cuando apareció un cometa en los cielos de Italia apenas cuatro meses después del asesinato de Julio César. Los autores romanos Plinio el Viejo y Suetonio afirmaron que el cometa fue visible durante aproximadamente una semana y que era tan brillante que podía detectarse al final de la tarde”.
En esa ocación, prosigue el profesorde estudios religiosos, muchos romanos interpretaron la aparición y presencia de este como una “señal de que César había ascendido a los cielos y había tomado asiento entre los muchos dioses de Roma. La deificación de César se hizo oficial mediante una votación del Senado romano menos de dos años después”.
Eykel hace referencia en otro ejemplo en un evento que ocuriió en diciembre de 2020, cuando en algunos grupos de cristianos especuló sobre que una conjunción planetaria entre Júpiter y Saturno sería la señal del regreso de la “Estrella de Belén” que fue la que usaron los los reyes magos para guiarse hasta el lugar en donde nació Jesús.
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Así mismo, el profesorde estudios religiosos, precisa en su artículo que durante por lo menos 10 años, el televangelista John Hagee ha estado fomentando teorías que en las que se relacionan varias “lunas de sangre” “como señales de que el apocalipsis se acerca”.
Para ilustrar más esta creencia, Eykel da como ejemplo al movimiento religioso Heaven’s Gate; en el que, precisa el profesor de la universidad Ferrum College, sus miembros tenían la creencia de que “había una nave espacial escondida en la cola del cometa Hale-Bopp, aparecido en 1997. Esta nave, pensaban, vendría a transportarlos a un nivel superior de conciencia. En marzo de 1997, 39 miembros del movimiento Heaven’s Gate cometieron un suicidio ritualizado en masa mediante una combinación letal de fenobarbital, vodka y asfixia”.
ES COMPLICADO DETERMINAR EN BASE A QUÉ SE ORIGINAN ESTAS INTERPRETACIONES
Eykel opina que resultar complicado poder determinar con exactitud en dónde se originan estas interpretaciones en relación con los eventos celestes.
En el caso del próximo eclipse, Eykel hace referencia en su artículo que una de las creencias que ha promovido los presagios enrelación con la segunda venida de Jesucristo, apunta a que en el sur de Illinois será el lugar en donde el próximo eclipse solar “se superpondrá a la trayectoria del último eclipse solar de América del Norte en 2017”.
De esta creencia emergen dos teorías, señala el profesor, la primera es que “estos eclipses están separados por aproximadamente siete años, lo que tiene un significado simbólico en la literatura bíblica como un número que indica integridad y perfección”; mientras que la segunda señala que “al trazar la trayectoria de estos eclipses en un mapa, parecen formar una cruz”.
En su artículo Eykel, apunta a que algunos cristianos tomaron estas teorías como prueba de que el próximo eclipse es una aviso de que “el regreso de Jesús es inminente”, sin embargo, prosigue el profesor, “no existe una base lógica para esta teoría”, e indica que “para empezar, los eclipses solares no son tan raros como parecen. Un eclipse solar ocurre cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol y borra toda o parte de la luz del Sol. Parecen raros porque afectan sólo a la estrecha franja de tierra que cae a la sombra de la Luna”.
El profesor de la universidad Ferrum College, precisa en su artículo que de acuerdo con datas de la NASA, “ha habido un promedio de 2,5 eclipses por año durante los últimos 1,000 años”.
Así también, Eykel señala que “el fenómeno del cruce de dos eclipses tampoco es nada especial. Al observar un mapa de las trayectorias de los eclipses entre 2001 y 2025, queda claro que los eclipses se cruzan con frecuencia; De los 15 eclipses solares durante este lapso de tiempo, solo dos no se cruzaron”; por lo que, prosigue el profesor de estudios religiosos, “se podría argumentar que los eclipses norteamericanos de 2017 y 2024 son únicos debido a los siete años que los separan. Pero esto no es lógico en términos del argumento más amplio que algunos están planteando. Estos eclipses (el 21 de agosto de 2017 y el 8 de abril de 2024) están separados no por siete años sino por seis años y medio, o 2.422 días para ser exactos. Otro par de eclipses que se cruzaron en el Océano Pacífico (el 22 de julio de 2009 y el 9 de marzo de 2016) estuvieron separados por la misma cantidad de días. Busca y encontraras”.
Eykel, detalla que la mayoría de estas profeciás en torno al fin de los tiempos están sostenidas de los puntos de vista de los evangélicos norteamericanos sobre el apocalipsis, “muchos de los cuales se originaron o al menos comparten una afinidad con el popular libro del autor evangélico Hal Lindsey, “The Late Great Planet Earth””, indica el profesor.
En su libro, Lindsey vaticina que el apocalipsis sucedería en la década de 1980 y, con el fin de argumentar esta afirmación, vinculó “una serie de eventos y fenómenos dispares para construir una narrativa apocalíptica que incluía helicópteros soviéticos, el establecimiento del estado de Israel y la energía nuclear”.
En opnión de Eykel “Lindsey estaba equivocada, por supuesto; Los años 80 no provocaron el apocalipsis. Pero esta forma de pensar –de tratar de encontrar significado en diversos eventos aleatorios como los eclipses– persiste entre algunos cristianos”, y continúa el profesor explicando que “la diferencia entre este emparejamiento de los eclipses de 2017 y 2024 y los de 2009 y 2016 es simple: el emparejamiento más reciente cruza los Estados Unidos. Los patrones surgen cuando y donde se buscan, y mucho depende de los objetivos de las personas que los buscan”.
Eykel, concluye su artículo diendo que “la segunda venida de Jesús es sin lugar a dudas un tema de conversación entre los autores del Nuevo Testamento”, sin embargo, añade “es interesante observar que hay poco acuerdo entre estos autores en cuanto al momento. Lo que se presenta en los evangelios es diferente de lo que se presenta en las cartas de Pablo. Y ambos son bastante diferentes de lo que se encuentra en el libro de Apocalipsis”. y concluye diciendo que “estos autores comparten la sensación de que el momento del “fin” es, en última instancia, misterioso e incognoscible. Y esto sugeriría que intentar predecir ese momento mediante cosas como los eclipses no es, como mínimo, terriblemente “bíblico””.
Con información de The Conversation.