¿Quién podría influir en el resultado de las elecciones de EE. UU.? El presidente de México

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/ 26 marzo 2024

En diciembre, desesperado por conseguir ayuda, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien le dijo que enviara con rapidez a una delegación a la capital mexicana

Por Natalie Kitroeff, Zolan Kanno-Youngs, Paulina Villegas y Guillermo Arias

Las personas cruzaban la frontera sur de Estados Unidos en cantidades históricas, los puentes ferroviarios internacionales fueron clausurados de manera abrupta y los puertos de entrada oficiales se cerraron.

En diciembre, desesperado por conseguir ayuda, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien le dijo que enviara con rapidez a una delegación a la capital mexicana, según varios funcionarios estadounidenses.

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La Casa Blanca así lo hizo. Poco después, México reforzó la vigilancia. Ya para enero, los cruces fronterizos no autorizados hacia Estados Unidos se habían desplomado.

Mientras el tema migratorio se pone al centro de la campaña presidencial estadounidense, México ha surgido como un actor indispensable en un tema que tiene el potencial de influir en las elecciones de EE. UU., y la Casa Blanca ha trabajado duro para mantener la cooperación de López Obrador.

El gobierno estadounidense afirma públicamente que su diplomacia ha sido un éxito.

Pero en privado, algunos altos funcionarios de Biden han comenzado a ver a López Obrador como un socio impredecible, quien, en sus palabras, no ha hecho lo suficiente para controlar de forma consistente su propia frontera sur o vigilar las rutas que utilizan los traficantes para ingresar millones de migrantes a Estados Unidos, según varios funcionarios mexicanos y estadounidenses. Todos solicitaron hablar bajo condición de anonimato, para poder discutir relaciones diplomáticas delicadas.

“No estamos obteniendo la cooperación que deberíamos tener”, dijo John Feeley, exsubdirector de una misión en México de 2009 a 2012. Feeley dijo que los dos países realizaron más patrullajes e investigaciones conjuntas para asegurar la frontera durante el gobierno de Barack Obama.

“Sé cómo se ve cuando existe una cooperación genuina”, dijo Feeley, “a diferencia de lo que tenemos actualmente, que se promociona como una gran cooperación, pero que en realidad creo es una minucia”.

Mientras estuvo en el cargo, Donald Trump utilizó la amenaza de aranceles para forzar a López Obrador a implementar sus medidas duras contra la migración.

Biden necesita a México de la misma forma, pero ha adoptado una estrategia distinta, enfocándose en evitar un conflicto con el poderoso y en ocasiones volátil líder mexicano, con la esperanza de que eso conservará su cooperación.

“AMLO ha determinado correctamente su ventaja y ha reconocido que estamos usando la nuestra”, dijo Juan Gonzalez, quien fue el principal asesor de Biden en asuntos latinoamericanos, utilizando el apodo de López Obrador.

Liz Sherwood-Randall, asesora de seguridad nacional de Estados Unidos, dijo que la Casa Blanca trabaja “en colaboración al más alto nivel con el gobierno de México”, y agregó: “El presidente López Obrador ha sido un socio de importancia crítica para el presidente Biden”.

Desde 2022, México ha añadido cientos de puntos de control migratorios y ha incrementado por una decena de veces el personal de las fuerzas del orden, según cifras proporcionadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos. México también está arrestando más migrantes que en cualquier otro momento de la historia reciente.

Sin embargo, la cantidad de migrantes que llegan a la frontera sur sigue siendo persistentemente alta. Hubo más de dos millones de cruces migratorios ilegales en cada uno de los últimos dos años fiscales, el doble de los que hubo en 2019, el año con mayor cantidad de detenciones del gobierno de Trump.

El declive a principios de este año siguió siendo uno de los meses de enero con mayor número de cruces ilegales registrados, según datos federales de Estados Unidos. Las detenciones volvieron a aumentar en febrero.

En México, las autoridades afirmaron que habían llegado al límite de lo que eran capaces de lograr frente un flujo extraordinario de migrantes que también ha abrumado a su país.

López Obrador ha presionado a la Casa Blanca para que se comprometa a una mayor ayuda para el desarrollo de los países latinoamericanos, y así abordar los problemas que causan que los migrantes huyan de sus naciones en un principio.

“Queremos que se atiendan las causas raíz”, le dijo a 60 Minutes, de CBS, durante una entrevista que salió al aire el domingo. Cuando se le preguntó si continuaría asegurando la frontera incluso si Estados Unidos no hiciera lo que le solicitó, López Obrador respondió que sí.

La migración ha aumentado debido a factores que son complicados de controlar para cualquier gobierno: pobreza persistente, auge de la violencia, los efectos del cambio climático y el impacto duradero de la pandemia de coronavirus que han dejado a las personas desesperadas por cualquier posibilidad de supervivencia.

Sin embargo, las autoridades mexicanas también culpan a las políticas estadounidenses, y afirmaron que los migrantes tenían un incentivo para ir a Estados Unidos ya que el sistema de asilo tenía tantos retrasos que los migrantes tenían una buena probabilidad de permanecer en el país por años hasta que sus casos obtuvieran una resolución.

En una entrevista, Enrique Lucero, director municipal de atención al migrante del ayuntamiento de Tijuana, dijo que esta situación era responsabilidad de Estados Unidos, “no nuestra”, refiriéndose a la crisis migratoria.

Afirmó que el gobierno estadounidense debería cambiar su sistema migratorio y de asilo, así como el marco legal. De lo contrario, dijo, México terminaría “haciendo el trabajo sucio”.

En meses recientes, las autoridades en Tijuana han allanado hoteles y refugios, incrementado la seguridad en cruces fronterizos oficiales e instalado nuevos puntos de control a lo largo de una sección de la frontera que solía estar desierta cerca de la ciudad, donde los migrantes pasaban por un hueco en el muro.

Nada de esto funcionó por mucho tiempo.

Según las organizaciones de ayuda, la medidas severas de las autoridades solo han puesto a los migrantes en un mayor peligro, pues ha llevado a los traficantes a guiar a las personas por rutas más peligrosas en el vasto desierto, donde muchas veces se pierden y son encontrados con síntomas de deshidratación.

Una noche de febrero, un contrabandista dejó a un grupo de 18 personas a kilómetros de la frontera, y les dijo que encontrarían con rapidez un hueco en el muro. En medio de la oscuridad, el grupo se perdió y caminó por horas hasta que finalmente cruzó a California y llegó a un campamento improvisado donde los migrantes a menudo se apretujan en baños portátiles para refugiarse.

Denver Gonzalez, de 2 años, no paraba de llorar.

“Tengo frío, quiero dormir”, gritó el niño varias veces, mientras su padre envolvía su pequeño cuerpo en mantas donadas por un voluntario local.

David Pérez Tejada, titular de la oficina del Instituto Nacional de Migración en Baja California, refiriéndose a los contrabandistas, dijo que si presionas un punto fronterizo, encontrarán otro sitio.

La Casa Blanca ha presionado al gobierno mexicano para que aumente las deportaciones, implemente restricciones de visa a más países para dificultar que entren a México y refuerce las fuerzas de seguridad en la frontera sur.

Desde 2022, el gobierno mexicano ha añadido cientos de puestos de control migratorios, ha reforzado la seguridad a lo largo de las rutas ferroviarias utilizadas por los migrantes para viajar hacia el norte y ha incrementado diez veces el personal de las fuerzas del orden, según cifras proporcionadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos. México también está deteniendo más migrantes que en cualquier otro momento de la historia reciente.

Sin embargo, camiones llenos de migrantes continúan atravesando el país, en parte porque los contrabandistas suelen sobornar a las autoridades de los puestos de control, afirmaron funcionarios estadounidenses.

El gobierno de Biden quiere que México aumente la cantidad de deportaciones. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México declaró la semana pasada que había llegado a un acuerdo con Venezuela para deportar migrantes y ayudarlos a conseguir empleos.

Pero los vuelos de repatriación son costosos, y México tiene obstáculos legales para deportar personas de forma masiva. El año pasado, la Suprema Corte de Justicia de México determinó que los migrantes solo podían ser detenidos por 36 horas.

Muchos países piden un aviso de al menos 72 horas antes de aceptar vuelos con sus ciudadanos, afirmó un alto funcionario mexicano que no estaba autorizado a hablar públicamente del tema. Eso significa que el gobierno a menudo tiene que liberar a los migrantes antes de poder negociar su regreso. Las deportaciones desde México se redujeron a más de la mitad el año pasado, según mostraron datos del gobierno mexicano.

La Casa Blanca también ha presionado a México para que haga más de lo que algunos funcionarios llaman “descompresión”, que implica transportar personas lejos de la frontera a algún lugar más al centro del país.

“Las autoridades mexicanas están deteniendo a personas y enviándolas a ciudades aleatorias en el sur”, dijo Erika Pinheiro, directora ejecutiva de Al Otro Lado, una organización humanitaria. “Obligarlos a que hagan de nuevo el viaje al norte, paguen sobornos a las autoridades y corran todos esos riesgos otra vez es inhumano”.

c. 2024 The New York Times Company

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