Un maestro ejemplar
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Mario Dávila Flores
En estos días en que rendimos homenaje al Magisterio, se tiene la sensación de que entre tanto festejo, regalos y discursos, se pierde el verdadero significado de esta importante efeméride; sin embargo, contamos por fortuna con ejemplos de maestros que nos han legado un testimonio de vocación y entrega, en la noble tarea que trata ni más ni menos con la construcción de civilizaciones: me refiero a la docencia.
Sin que esto signifique cancelar futuras evocaciones, hoy deseo referirme, y hacer desde este espacio, un modesto homenaje a un destacado maestro, que a su paso por la vida sembró con generosidad y entusiasmo la semilla de la enseñanza en buena tierra, habiendo fructificado tanto en nuevas generaciones de docentes, como de profesionistas en otros campos. Quiero evocar la memoria del profesor Jesús Perales Galicia.
Este excepcional educador dedicó a la enseñanza más de 65 años, habiéndose iniciado como catedrático en la entonces Escuela Normal en 1925, para concluir esa etapa de su fructífera vida en dicha institución en 1965. Es importante señalar que durante el periodo de tiempo comprendido entre 1949 y 1965, se desempeñó como director de esa casa de estudios.
A lo largo de los 16 años de su gestión, además de cuidar los aspectos académicos, fue un decidido impulsor de los deportes, la danza y en general todas las actividades encaminadas a lograr una formación integral de los alumnos; sin embargo, pese a estas elevadas cualidades, creo que su principal aportación fue su actitud de entrega en el aula, pues al impartir su cátedra generó entre sus alumnos ese aliento y estímulo que sólo logran los maestros que trascienden; eso es lo que distingue a los educadores carismáticos del resto.
No obstante, la actividad docente del profesor Perales continuó, pues a partir de 1965 desplegó sus conocimientos en instituciones como la entonces Universidad de Coahuila, el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio y las academias comerciales "Gabino García" y "Coahuila" hasta poco antes de su muerte, ocurrida en marzo de 1992. Sus alumnos de ese tiempo recuerdan con afecto especial las clases de Historia que impartió con singular entusiasmo.
Me cuentan maestras egresadas de la Normal que la jornada del profesor Perales daba inicio con los primeros rayos del sol, cuando acompañaba a las alumnas del internado, que se localizaba por la calle de Xicoténcatl, hasta el señorial edificio que se erige frente a nuestra bella Alameda de Saltillo. A propósito de las normalistas, durante un tiempo se llegó a considerar la mejor decisión por parte de los estudiantes de la "Narro" el hacerse novio, para luego casarse con una de estas chicas, pues se afirmaba que de esa manera su futuro económico quedaría plenamente garantizado.
El profesor Perales además de haber sido un gran maestro, fue un entusiasta bailarín, y como señala Gloria Helia Soberón, en su tiempo educadora normalista, en los bailes de graduación, previa consulta con los papás de las muchachas para preguntar si no tenían novio, las invitaba a bailar.
 Fue además un buen deportista, habiendo practicado varios deportes, ejemplo que transmitió a sus hijos, quienes destacaron en el tenis y en el futbol americano. En este sentido fue congruente con el precepto clásico de los sabios griegos, que señala: "Mente sana en cuerpo sano".
Elia Emma Badillo, profesora normalista ya retirada, me hizo el favor de facilitarme una serie de materiales sobre el profesor Perales, entre los cuales se encuentran las palabras que dirigió a los jóvenes maestros de la generación de 1962, y de las cuales cito textualmente: "La ética profesional del maestro exige, ahora más que nunca, altas cualidades profilácticas correctivas contra la propagación del cáncer social de la deshonestidad, de la indolencia, de la pereza y del vicio enfermizo de justificar LOS MEDIOS MAS PERVERSOS PARA LOGRAR RIQUEZA Y PODER". (Estas últimas palabras vienen con mayúsculas en el texto).
Sabias reflexiones que, pese al tiempo transcurrido, conservan su vigencia en estos días de violencia y desánimo, pero que también nos muestran a este gran animador que, como otros, nos ha dejado su alto ejemplo, al que recurrimos en estas fechas para honrar en su persona a los miles de maestros de Coahuila, quienes a pesar de las adversidades y dificultades en su diaria labor, son dignos herederos de tan insigne personaje.
A propósito de profesores, ha causado inquietud, sorpresa y malestar, la disposición de solicitar a los pensionados de la Sección 38, copia de la credencial de elector "por ambos lados", para el trámite del pase anual de revista, pues nunca antes se había pedido esta identificación. ¿A qué obedece tal medida?
Redondeo
Un grupo de profesores normalistas que realizaron estudios en Massachusetts, entre los que se encontraban Apolonio M. Avilés y Rubén Moreira Cobos (abuelo del Gobernador) fueron a su regreso grandes promotores del beisbol en Saltillo.