Mi cuñado y su esposa no pueden tener hijos, yo quiero ofrecerme como madre sustituta.

Opinión
/ 2 octubre 2015

QUERIDA ANA:

Mi situación es la siguiente: Mi cuñado y su esposa llevan ya 6 años juntos, aunque aún no están casados. Ellos, desafortunadamente no han podido tener hijos, aún cuando es su mayor deseo. Han pedido informes y les dicen que para llevar un tratamiento es necesario hacer exámenes. Por miedo a saber quién de los dos es quien no puede tenerlos, si es que así fuera, no los han practicado. A veces los entiendo, porque dicen que se pondrían tristes y tal vez esto dañaría su relación, por querer que el otro fuera feliz y se realizara en su paternidad. Tanto de un lado como del otro cabe la posibilidad de que cualquiera no pueda tenerlos. No estoy enterada al cien por ciento de las causas de la esterilidad por ninguno de estos medios, sólo lo que ellos me han dicho. Con ellos mi esposo y yo llevamos una excelente relación y sé de su deseo de formar una familia y tener un bebé con ellos. En fin, ahora va mi dilema. Alguna vez les planteé la posibilidad de que, si ellos en verdad no pudieran tenerlos, yo tendría un bebé para ellos, es decir, concebiría un bebé, mío y de mi esposo, y se los daría, así, sin más.

Mi esposo y yo hemos formado un hermoso matrimonio y una bella familia con dos pequeñas a las que adoramos, y decidimos que no deseamos tener más hijos. En verdad yo no deseo tener más hijos. Sé de mis capacidades y con estas dos nenas estoy más que satisfecha, es suficiente. Así que no tendría ningún problema en concebir un bebé para ellos. Tal vez suene descabellado, pero los queremos tanto que deseamos verlos felices formando una familia. Ellos están encantados con la idea, dicen que nos lo agradecerían toda la vida, el darles la posibilidad de ser padres. Decidimos esto debido a que los tratamientos de fertilidad son muuuuy costosos y no somos de medios económicos suficientes como para pensar en algo así como una inseminación, vientre sustituto o cualquiera de lo que la ciencia ha avanzado hasta ahora. Alguna vez pensaron en la adopción, pero los trámites son tan largos y tardados.

Nosotros cuatro, mi cuñado, su mujer, mi esposo y yo estamos totalmente convencidos y muy de acuerdo en lo que se piensa hacer, pero ahora veo el lado familiar. Obviamente un embarazo no se puede ocultar, qué voy a responder cuando me pregunten por el bebé que estaba en mi vientre, cuando no lo vean a mi lado. Qué respuestas le daré a mi familia cuando me pregunten por qué lo di en adopción a ellos, por qué lo regalé, por qué no lo quise. Aún sabiendo que no fue por falta de cariño, sino que fue concebido para eso, a veces quisiera inventarles que es porque ellos juntaron dinero y pagaron la inseminación, pero sé que no me creerían.

Religiosamente no he pedido opinión, pero acaso sería un sacrilegio. Sé que una personita no es una cosa que se pueda jugar y manejar a nuestro antojo, pero esto yo lo vería como si en verdad yo sólo fuera la madre sustituta, no podría evitar sentir un cariño por esa criatura, es lógico y más si va a estar dentro de la familia, pero le aseguro que más hijos, al menos ahora, no deseo, no podría, y además, si tal vez más adelante quisiera uno más, yo podría embarazarme de nuevo.

Sus consejos me agradan y por eso es que me atrevo a escribirle. Sé que mi carta es demasiado larga, espero que se dé el tiempo de analizarla y darme una respuesta pronta. Agradezco de antemano su tiempo dedicado a mi caso.

MADRE SUSTITUTA

QUERIDA MADRE SUSTITUTA:

Nadie ha dicho que algunas decisiones no son difíciles de tomar, especialmente si estas decisiones pueden afectar la vida de tantas personas. Algunas veces estas decisiones tienen consecuencias graves con el potencial de dañarlo. Pero usted quiere estar segura, algo que es imposible de cualquier forma. No sabe cuál decisión tomar, no está segura. Para comprender las complejidades que se entretejen al tomar una decisión, se requiere de un trabajo intenso. Tomar esa decisión que trata en su carta requiere de mucho análisis, no solamente el desear hacer feliz a ese matrimonio que no puede tener hijos. ¿Por qué no adoptar? Si han esperado seis años, uno o dos más no es nada.

Por lo general, todas las decisiones, grandes y pequeñas, son como un tablero de controles. Abren o cierran las puertas en el camino de la vida. Usted y su esposo (pero principalmente usted) deben ser capaces de anticipar, desde el punto de vista de la decisión, que se reduzca el elemento sorpresa o el arrepentimiento. Cuanto más clara sea su visión, más clara será su decisión, así que complete sus "¿qué tal si?" que ha planteado en su carta, es decir las preguntas u observaciones de su familia y de sus amigos y conocidos y si debe hablar con la verdad o debe inventar cuentos o fantasías, y esto debe hacerlo hasta que en su visión tenga expectativas gratas, o por lo menos con las que pueda vivir tranquila.
 
Pregúntese qué pasaría si un día usted y su esposo tienen una diferencia seria con los padres adoptivos y no les permiten verlo, o si lo tratan o educan de manera que a ustedes no les parece bien. O la gran interrogante que puede presentarse si su hijo les reclama por qué lo dieron en adopción, o si no lo amaron lo suficiente como para darlo sólo para hacer felices a los tíos. Recuerde la ley universal mística infalible: "Todo tiene consecuencias en la vida".

La mayor parte de las veces se entrega un hijo en adopción, se hace ese sacrificio en beneficio del futuro de ese hijo.

Permitir que un hijo sea criado por otros no solamente requiere valor sino también una estimación brutalmente realista de su habilidad para proporcionarlo. Y muchas mujeres que entregan a sus hijos en adopción, posteriormente necesitan apoyo especial, porque es una experiencia traumática, la decisión es muy difícil y la pérdida puede ser profunda, aunque su hijito o hijita estuviera siempre cerca de usted y con quienes usted quiere. Virtualmente toda madre de nacimiento desea a su hijo una vez lo ve en sus brazos.

Considere estos y muchos otros factores que usted pueda plantearse antes de tomar esa tan importante decisión.

ANA

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