Pues sí, regresó `María de Todos los Angeles'
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"Pero, ¿cómo me voy a morir así, de short y colita de caballo?", preguntó María de Todos los Angeles antes de caminar hacia la luz... aunque el beso de su amado Albertano intentó traerla de vuelta. ¿Sobrevivió María de Todos los Angeles o se ahogó en el tinaco? Con esta terrible incógnita terminó en 2009 la primera temporada de esta serie de Televisa que nos encantó, aunque fuera para muchos un gusto culpable, no por el gran talento de Mara Escalante y Ariel Miramontes, sino por la empresa que la cobija.
Muchos pensamos que moriríamos sin ver la continuación de esta fantástica comedia, pero el ángel de todos los misterios nos hizo el milagrito de traerla de regreso. Cuatro años más tarde. Y después de dos lamentables decesos en su elenco y un titipuchal de pleitos entre los dos protagonistas.
Claro que cuatro años después, con un productor diferente -Pedro Ortiz de Pinedo- y con el ojo de Televisa más aguzado que nunca, la desconfianza sobre una segunda temporada era inmensa. Al menos, yo no esperaba nada bueno. El tiempo corrió con promesas incumplidas, Evelio con V chica y Carlos Cobos dejaron un enorme hueco, y Albertano y Doña Lucha explotaron su imagen hasta el cansancio.
En algunas ocasiones es mejor esperar lo peor, así cualquier chispa de ingenio se agradece. Y esto es lo que me sucedió con la segunda temporada. Fue un arranque algo flojo, pero no tan atroz como se advertía. Aunque la mano de Televisa siempre termina metiéndose, el humor inteligente, sarcástico y hasta crítico de Escalante y Miramontes se conserva. Fiuf. Cierto, algo ha cambiado y no sabemos todavía sus alcances. El pobre Pedro Romo (y no es su culpa) no convence como el nuevo Don Carmelo porque, lógicamente, no es sencillo ocupar el lugar de un difunto. ¿Por qué buscar a un actor similar, como si no fuéramos a notar la diferencia? Quizá el chiste consistía en elegir a un actor opuesto para interpretar al personaje, para evitar la pelea de comparaciones en una lucha donde nadie gana (no es justo que Romo lo imite y Cobos ya no puede regresar).
El humor, aunque conserva la esencia de los primeros 13 episodios, también ha cambiado, sobre todo en el segundo capítulo. ¿Muy arriesgada la trama del sexo entre Albertano y la chica en coma? Probablemente, aunque no cruzó la barrera del mal gusto.
Por mi parte, como buena nostálgica, me quedo con la original, creativa y muy divertida primera temporada. Aunque mi lado joven y temerario insiste en que vea e intente disfrutar esta segunda entrega porque, como diría María de Todos los Angeles, "hoy nada peor, me puede pasar". Mi Twitter: @CalladitaR