Basura, basura, Basura
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Hablar de cuidado al medio ambiente es casi una obligación en estos tiempos. Y no es para menos, pues últimamente los seres humanos, con la torpeza que nos caracteriza, hemos decidido destruir el planeta en que vivimos. La falta de conciencia ecológica ha causado grandes daños y si no actuamos a tiempo, la vida futura será más dura aún que en tiempos de López Obrador.
Para ser sincero tengo una idea mediocre de lo que es la ecología. Sé que esta disciplina científica va más allá del cuidado de los animalitos o de plantar árboles por todos lados. Los científicos dicen que la ecología trata de las relaciones entre los organismos y su ambiente pasado, presente y futuro. Dicen también que esas relaciones incluyen las respuestas ecofisiológicas de los individuos, la estructura y dinámica de las poblaciones, la organización biológica de las comunidades, el flujo de energía y materiales en los ecosistemas a diferentes escalas desde la local a la global. ¿Pero eso con qué se come?
Hace falta que nuestros gobernantes, a través de los funcionarios pertinentes, nos expliquen qué es la ecología y qué medidas tomar para el cuidado del medio ambiente. Así lo han hecho las autoridades en diversas ocasiones, dando consejos de cómo fomentar las prácticas ecológicas en el hogar.
La conservación de nuestro planeta es una responsabilidad de todos. Sin embargo, no creo que el agujero en la capa de ozono haya sido provocado por las amas de casa inconscientes.
No soy de las personas que acusan al Gobierno de ser el responsable de todos nuestros males. Cuando tenemos gripe, por ejemplo, no es por culpa de nuestros gobernantes y jamás leerá usted un artículo en el que me atreva a acusar al Secretario de Salud de que yo haya caído en cama por culpa de esta molesta enfermedad. Pero en el caso ecológico no se puede negar que las autoridades han contribuido a la degradación del medio ambiente. El Gobierno es quien aprueba la instalación de tal o cual industria, sin fijarse, muchas veces en lo contaminante que puede ser. El Gobierno es el encargado de penalizar los daños al medio ambiente que muchas veces pasan desapercibidos. El Gobierno es el encargado de evitar que los vehículos contaminen. El Gobierno debe prevenir los incendios forestales mediante una campaña de conciencia y, sobre todo, con un equipo capaz de apagar hasta el fuego de un recién casado. El Gobierno debe evitar manejos corruptos en la elaboración de una obra o en la aprobación de desarrollos de vivienda u hoteles que afecten selvas, manglares, bosques o manantiales de agua.
Aplaudo cualquier esfuerzo para promover el cuidado del medio ambiente. En los últimos años, el Gobernador Miguel Moreira ha dado un impulso al medio ambiente instalando plantas tratadoras de aguas residuales en distintos municipios del norte del Estado, ha fomentado la instalación de parques eólicos y de celdas solares para acumular energía. Por si fuera poco, frente a la negativa del gobierno Federal, ha insistido en la explotación de yacimientos de gas natural, combustible que además de resultar mucho más ecológico en relación de la gasolina, el carbón o el combustóleo.
Aquí entre nos, Saltillo y Torreón son las ciudades con mayores índices de contaminación en Coahuila.
La mala calidad del aire ocasionada por el tráfico, la gran actividad industrial, los incendios forestales, las pedreras, los establos de ganado lechero de LaLa y Peñoles, son sólo algunos de los problemas ambientales más severos en las dos ciudades más importantes de Coahuila.
Sin embargo, los ciudadanos somos en gran medida responsables al bloquear los arroyos con basura, colchones o llantas. Encima de ello, no existe entre muchos de nosotros la cultura de la separación de la basura o del reciclaje.
Según estudios científicos, una lata de aluminio tarda en descomponerse más de 200 años, un envase plástico hasta 400 años, un neumático más de 500 años. De esta manera, resultan alarmantes las consecuencias que se tienen por arrojar en la calle una simple bolsa de plástico.
Ante esta situación de riesgo ecológico, debemos destacar la labor emprendida por Eglantina Canales, secretaria coahuilense de Medio Ambiente, y por Emmanuel Olache Valdés, encargado de la Policía Ambiental en Saltillo. Ambos han puesto todo su talento y conocimientos en la busca de una Coahuila mejor y en donde todos podemos respirar o tomar agua sin miedo a ser envenenados. Sólo queda ofrecer nuestro esfuerzo de cuidado ambiental.
Por eso, autoridades y ciudadanos debemos luchar diariamente por mantener limpio nuestro entorno. Con ello, conseguiremos una mejor calidad de vida.
aquientrenosvanguardia@gmail.com