Café Montaigne 260: La obra Borges, el divino ciego, ha quedado en el desamparo
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Todo está por hacerse. Y siempre. El mundo, creo para fortuna de todos, se inventa y se reinventa todos los días. Para bien y para mal. Usted lo sabe, hay dos teorías de la historia firmadas por el gran Heródoto: una de ellas es la historia cíclica. Es decir, estamos condenados a repetir nuestros errores eternamente. Cosa sencilla: no aprendemos ni evolucionamos. La otra teoría es justamente lo contrario: de tajo, la historia muta y cambia, y es cuando la humanidad avanza a pasos de gigante.
Creo en la segunda, pero siempre domina la primera. Y de hecho, ahora se ha cumplido con inusitada frialdad. Lea lo siguiente: nos hacen falta a los humanos cultura jurídica (conocer mínimamente nuestras leyes, tener nuestro testamento, usos y abusos de un pagaré firmado y un largo etcétera). Nos hace falta cultura científica (por qué comer carne y su batería de proteínas y por qué se necesita de comer todo un bosque de hierbas para emular la cantidad de proteínas de un buen filete y la influencia de dichas proteínas en el metabolismo y funcionamiento).
Nos hace falta harta cultura económica y financiera. No hace falta cultura de salud física y mental. Nos hace falta un mínimo de cultura arquitectónica para así poder disfrutar más nuestras casonas y edificios, nos hace falta... todo. Lo anterior viene a cuento por lo siguiente. La nota le dio la vuelta al mundo, al morir la señora y traductora María Kodama, la amanuense y esposa de Jorge Luis Borges, ésta se fue del mundo... ¡sin dejar testamento!
¿Olvido imperdonable de la señora Kodama, azar, indolencia o sencillamente un juego de datos, un tiro de cubilete en el vacío? Cosa no menor, señor lector, porque al morir la señora era la poseedora universal de los derechos de autor, biblioteca, condecoraciones, distinciones y era la presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, creada por ella para “difundir y preservar la obra del escritor”.
Y caramba, no cualquier escritor, sino uno de los genios de la humanidad que han deambulado sobre la tierra. Al morir María Kodama sin dejar testamento (así lo ha confirmado su abogado, Fernando Soto), la obra del divino ciego ha quedado en el desamparo. Y sí, ya algunos sobrinos de Kodama están haciendo los trámites legales para quedarse con los bienes universales dejados por Borges y ahora, también, por María Kodama. ¡Caray!
¿Por qué no dejó un buen testamento debidamente delimitado y acotado? Nunca lo sabremos. Hoy ya está en marcha el robo de sus posesiones. No puedo decirlo de otra manera, aunque esperemos dichos muchachos que se van a quedar con todo esto, sean dignos de administrar el fondo literario de uno de los mayores escritores que ha dado la humanidad. Y es que, usted lo sabe, es tremendamente complicado encontrar la obra del argentino, no obstante sus ventas y presencia en el mercado editorial, no sólo latinoamericano, sino mundial.
Circulan en varias editoriales lo más conocido de la narrativa de Borges. Es decir, conforme ha pasado el tiempo, los libros de Borges han cambiado de editorial, precisamente por eso, por el pago de derechos de autor y las nuevas firmas y convenios realizados por su esposa y amanuense. Recuerdo varias editoriales que publicaron a Borges en su momento: Bruguera, EMECE, Gedisa, Fondo de Cultura Económica, Lumen, Altalena. Pues ahora y mientras se definen los derechos de autor en materia universal por parte de los muchachos que ya promueven un juicio civil al respecto en Argentina, va a ser peor de complicado conseguir sus libros.
ESQUINA-BAJAN
Y aquí es cuando voy a cometer una infidencia. Espero mi amigo me lo perdone. Que yo sepa y aquí en el pueblo, el abogado, el asaz lector y especialista en Derecho Electoral, Gerardo Blanco Guerra, es uno (o el único aquí, tal vez) de los pocos humanos que tienen en su bien dotada biblioteca los “Cuentos Completos” y la “Poesía Completa” de Jorge Luis Borges. ¿Cómo y en dónde los adquirió Blanco Guerra? Caray, dos tomos de proporciones centáureas con absolutamente todas las letras (narrativa y poesía) salidas de la pluma del divino ciego.
Usted, y casi en cualquier librería medianamente surtida, puede conseguir uno de los textos más famosos y perfectos: “El Aleph”. Texto que, a decir de la leyenda, me lo ha recordado en pretérita ocasión el académico y periodista Luis Carlos Plata, fue escrito bajo el palio de la ingesta de hongos alucinógenos por Borges. María Kodama, hoy unida a la eternidad, en la conferencia en España “Jorge Luis Borges y la experiencia mística” alimentó la fábula cuando en una ronda de preguntas dijo textualmente: “a Borges le gustaba comer pajaritos de monte...”. Y dichos pajaritos, señor lector, no son otra cosa sino hongos, los cuales contienen sustancias alucinógenas y estimulantes, los cuales producen estados alterados, como la psilocibina.
¿Qué va a pasar con la obra del maestro Borges, ganador del Premio Cervantes, a quien la miope Academia Sueca nunca le dio el Nobel de Literatura? No lo sabemos, pero sus libros hoy se arrebatan a precio oro. De conseguirse. Si usted va a casa de Gerardo Blanco, pida que le enseñe el par de obras monumentales: toda la narrativa y toda la poesía de Borges...
LETRAS MINÚSCULAS
Una maravilla. Una maravilla. Eterno Borges.