Cultura y Pop: De Shea Serrano (Y Otras Cosas)
Las reflexiones de Serrano son divertidas, ingeniosas, y educativas, tan distantes del academicismo como un Tesla de un Ford T. Sin hacerlo explícito
Cuando era niño escuchaba a muchos mexicanos decir que los Estados Unidos eran un país sin cultura ni historia, lleno de gente ignorante; y que los Mexico-Americanos —a los que llamaban con desdén chicanos— eran lo peor de dos mundos: gente que había perdido su cultura mexicana, sin tener realmente un lugar en la estadounidense.
Han llovido mucho desde entonces, pero muchos mexicanos siguen pensando lo mismo. Podría usar varias columnas explicando por qué estas dos ideas son una chorrada, pero prefiero hablar de Shea Serrano esta semana, y de las librerías Barnes & Noble la próxima.
Hace unos años me llamó la atención encontrar en la lista de bestsellers del New York Times un libro llamado “The Rap Yearbook” (“El Anuario del Rap.”) Aunque el rap no es la música que suelo escuchar, lo compré porque me atrajo su planteamiento y las ilustraciones.
Para muchas personas, el rap es lo que muestran los videos: bling, chicas, cochazos, armas, joyas, y matones. Serrano, en cambio, comienza discutiendo cuándo y cómo apareció, y luego analiza la canción que considera más importante de cada año desde 1979, explicando su impacto social, artístico, político, o cultural. Después, consciente de que estos temas no son una ciencia exacta, invita a un amigo a sugerir una canción alternativa
Las reflexiones de Serrano son divertidas, ingeniosas, y educativas, tan distantes del academicismo como un Tesla de un Ford T. Sin hacerlo explícito, transmiten cómo ninguna expresión cultural aparece en el vacío, sino como consecuencia de lo que sucede en la sociedad donde se desarrolla. Y cómo la relación se convierte en una autopista de dos carriles, en la que la nueva expresión cultural termina influyendo a su vez a la sociedad en la que surge.
Supuse que Serrano era un crítico musical. Error. Nació en San Antonio de padres mexicanos, estudió psicología en Houston, y trabajó nueve años como profesor de escuela secundaria, un trabajo que adoraba. Pero cuando su mujer se embarazó y dejó de trabajar por motivos médicos, Serrano calculó que necesitaba ganar al menos quinientos dólares más para llegar a fin de mes.
Ahora es parte de su leyenda que Target, Walmart, y varios restaurantes lo rechazaron porque su trabajo de tiempo completo no daba la flexibilidad de horario necesaria para explotarlo. Pero Serrano descubrió que había periódicos que pagaban por reseñas de partidos de basquetbol y conciertos, y comenzó a escribir; fast-forward a diez años después, Barack Obama incluyó en su lista de libros favoritos del 2017 su segundo bestseller, “Basketball (And Other Things)”.
Entiendo la elección de Obama. El libro está dividido en 35 capítulos, y cada uno responde a una pregunta relacionada con el baloncesto. Pero no se trata de asuntos estilo, “¿Quién fue mejor, Larry Bird, Michael Jordan, o Kobe Bryant?” El mundo está lleno de comentaristas, libros, y artículos que han intentado responder a este tipo de preguntas. No necesitamos uno más. En vez de eso, Serrano delimita, argumenta, y responde a preguntas descabelladas que él mismo imagina. “¿En qué temporada Michael Jordan fue el mejor Michael Jordan?” “¿Cuál es el Salón de la Fama de las Clavadas Irrespetuosas?” “¿Qué está permitido y qué no en un partido de baloncesto callejero?”
La perspectiva que ofrece es tan inesperada y entretenida, sus notas a pie de página tan ocurrentes, que uno se sienta a leer un capítulo, y para cuando acuerda lleva tres.
(Por cierto: sólo por haber servido como excusa para que Reggie Miller escribiera el prólogo o para incluir las ilustraciones de Arturo Torres, este libro ya valdría la pena.)
Dos años después Serrano escribió un tercer libro sobre otra de sus pasiones, el cine. En vez de asumir un papel de crítico, intentar ser sublime o pretender ser un cinéfilo, Serrano se acerca a las películas como un fan al que le han enriquecido la vida. ”Movies (And Other Things)” —también un bestseller— es divertido e irreverente sin ser irrespetuoso. Para hablar de las películas que le importan, Serrano no necesita denigrar a las que no son relevantes para él.
El libro está divididos en 30 capítulos, que también responden a preguntas insólitas. Por ejemplo: “¿Cuáles películas serían mejores si cambiáramos a su protagonista por The Rock?” “¿Cuál es el récord de victorias y derrotas de Dominic Toretto (el personaje de la franquicia The Fast and the Furious)?”
Hay un capítulo en especial que me interesa. En él, Serrano explica el impacto que tuvo la película “Selena” en su comunidad, y discute la escena en la que un mexicano descubre que la cantante está comprando ropa en un shopping mall, la voz empieza a correr, y todos los mexicano(americano)s que están en el mall corren para verla. La maestría de la secuencia reside en que ninguno está de compras, sino barriendo el piso, lavando platos, descargando productos, haciendo recados, o cocinando, y en que las vendedoras blancas que minutos antes han despreciado a Selena no entienden que está pasando.
Rap, basquetbol, y cine: tres pilares de la formidable cultura americana, iluminadas por la creatividad, perspectiva, y cariño de un Mexico-Americano. Bendita mezcla de culturas, y benditos chicanos.