Dosfilos o un integrante mexicano en la Real Academia de la Lengua llamado Sam
Por vía correo, como antaño, siguen llegando a mi casa los ejemplares de Dosfilos que se las han ingeniado para entrar con el repartidor ahora que los portones de entrada tienen claves
“Gaza no es la ciudad más hermosa. / Sus costas no son más azules que las costas de las ciudades árabes. / Sus naranjas no son las más hermosas de la cuenca mediterránea. / Gaza no es la ciudad más rica. / No es la más elegante o la más grande, pero equivale a la historia de todo un hogar. Porque es la más fea, la más empobrecida, miserable y viciosa a los ojos de los enemigos. Porque es la más capaz, entre nosotros, de perturbar el humor del enemigo, y su comodidad. / Porque es su pesadilla. Porque es naranjas minadas, niños sin infancia, ancianos sin vejez y mujeres sin deseos. Por todo esto es la más hermosa, más pura y más rica entre todos nosotros y la que más merece amor.” Así dice Mahmoud Darwish, el gran poeta palestino traducido al español por Andrea Elisa Sampedro Cárdenas, en el hermoso testo titulado Silencio para Gaza.
¿Por qué empiezo con este ensayo colmado de poesía para hablar del largo trayecto de José de Jesús Sampedro, poeta zacatecano que recientemente ha sido aceptado en La Real Academia de la Lengua en el apartado México? Porque Sam, como cariñosamente le llamamos quienes alguna vez tuvimos la fortuna de conversar con él, ha sido hasta hoy, un titán en el empeño editorial y tiene un espíritu humanista, no en vano el ejemplar impreso número 143 de Dosfilos tiene en su portada el nombre de dos textos: El colapso del humanismo por Aleksandr Blok y Para una aun bélica poética de Gaza de Mahmoud Darwish, del cual he transcrito un fragmento.
No ha cejado en imprimir, amante de la materia, Dosfilos, una revista cultural que se edita en la ciudad de Zacatecas desde 1974. Ya lleva 143 números editados en forma trimestral con una pulcritud y cuidado encomiables. En ella tenemos una historia sostenida fuera del círculo defeño y la cual ha dejado su señal contundente en el campo de las letras mexicanas.
Por vía correo, como antaño, siguen llegando a mi casa los ejemplares de Dosfilos que se las han ingeniado para entrar con el repartidor ahora que los portones de entrada tienen claves. Así se abre paso la literatura a domicilio, no hay herrería, puerta o cerrojo que no abra.
Y ¿porqué a Coahuila le sería relevante esta revista y su fundador? Pues porque en ella han tenido casa autores como Jesús de León, en forma recurrente, por ejemplo. También porque fue coordinador del taller literario de La Laguna en Gómez Palacio, Durango y en Torreón, Coahuila de 1976 a 1986, un espacio que sumó escritores a a escena nacional. Además, porque anduvo a la búsqueda de poetas coahuilenses a quienes conectar, apoyar e invitar al legendario Festival Internacional Ramón López Velarde, el cual fue gestado por él en 1982 y que tiene una larga vida, ahora a cargo del poeta Juan José Macías.
José de Jesús Sampedro obtuvo el galardón del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1975, con su libro “Un (ejemplo) salto de gato pinto”. Además, recibió el Premio Joaquín Antonio Peñalosa al Mérito Editorial durante el IV Festival Internacional Letras de San Luis.
Sam, quien fuera militante estudiante economía e integrante del partido comunista mexicano, actualmente participa como editor en el instituto cultural y en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Entre sus obras, se encuentran también el libro “Si entra él, yo entro” publicado en 1978 en la colección Tierra Adentro de CONACULTA, la edición “La crítica de la novela mexicana contemporánea” que vio la luz en 1981 con la UNAM, “Hey oiga señor ése de ahí soy yo en la sinfonola”, también de 1981 y “La estrella el tonto los amantes” de 198, así como “No estar y estar” de 2012.
Su trayectoria y el círculo de importantes creadores de talla nacional e internacional que rodean la edición de Dosfilos, no cabe en esta pequeña columna. Sirva este texto como un sencillo reconocimiento a su trabajo y como recuerdo aquella charla nocturna que tuvimos mientras caminábamos a su casa a conocer la colección de objetos que él llamaba el Museo Bretón.
El vocablo revista tiene raíces latinas y quiere decir volver a ser visto. Está compuesto por el prefijo re, que significa de nuevo y su segundo componente, vistus, el cual deriva en visto.
Encuesta Vanguardia
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