El asunto de la lealtad como valor caro, y algo difícil de navegar – parte II

Opinión
/ 22 enero 2023
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Hace algunos años una “amiga” quería acercarse más a mí. Buscaba una relación más cercana e íntima. Fuimos a comer. Durante la comida me decía que me quería mucho, me estimaba, me admiraba... Yo estaba incómoda con tanta adulación (o lo que yo interpretaba como tal). De pronto me dijo que me quería tanto que estaría dispuesta incluso a ayudarme a limpiar mi casa. Los pelos se me pusieron de punta. Pasé de incómoda a tener miedo. ¿Por qué? Porque mi experiencia me ha mostrado que ese tipo de “regalo” viene con un precio muy alto.

En mi columna anterior hablé sobre la lealtad, valor carísimo que tardé mucho en entender. También confesé que por naturaleza no soy una persona leal. No soy necesariamente muy leal a otros, pero me pregunto a la vez, ¿qué tan leal soy conmigo misma? ¿Qué tanto conozco mis creencias y convicciones y qué tanto soy capaz de vivir siendo fiel a ellas?

Puedo decir que en esa comida fui leal a mí, y muy honesta. Le pregunté a la “amiga” que, si yo aceptara su ayuda, cuánto me cobraría. Me dijo que nada y repliqué, “Eso no es cierto. A cambio me pedirías mi lealtad.” “Por supuesto”, respondió. Ajá. El meollo del asunto de la lealtad. Mi respuesta fue, “Y ¿qué va a suceder cuando te das cuenta de que yo no tengo la lealtad que tú buscas y que esperarías de mí?” Silencio.

$!La vida... para principiantes.

Me congratulo por saber que no iba a poder pagarle a esta “amiga” su cariño de la manera que ella quería. Me congratulo por ser leal a mi misma, y por no entrar en una amistad con ese tipo de reglas y exigencias.

Hace poco me acusó una persona de carecer de lealtad. De principio no entendía de qué me hablaba, pero con un poco de esfuerzo y cariño empecé a verme con una visión más clara. Una maestra alguna vez dijo de mí, estando yo presente, que era de las personas que, si no me das, tomaré lo que me da la gana. A veces mis cualidades oscuras me provocan orgullo. ¡Pero! Aviso que estoy trabajando sobre la lealtad, y aún así, escogeré con quién y en qué temas ejercerla. Siempre seré leal a mi misma primero.

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