Elecciones presidenciales 2024... Arrancamos

Opinión
/ 7 junio 2023
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El 4 de junio fue un domingo sin sorpresas. El PRIMOR lució en todo su esplendor. Ambas partes cumplieron. Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, abandonó a la candidata Alejandra del Moral. La 4T hizo lo propio en Coahuila, propiciando su propia división en perjuicio de Armando Guadiana. Rubén Moreira y López Obrador amanecieron felices.

Morena y sus aliados cierran así el sexenio de AMLO, haciéndose del estado más grande de la república, sumando en su haber 23 gubernaturas. Hace cinco años tenía cero. El PAN cuenta en su haber cinco; el PRI, dos, y Movimiento Ciudadano, las dos restantes.

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Queda para la Historia que el priismo coahuilense resultó más habilidoso que ningún otro del país, será el único que cumplirá un siglo en el poder. Los herederos de Manuel Pérez Treviño resultaron más astutos que los de Isidro Fabela, los hijos del Grupo Atlacomulco le quedaron chiquitos a los hijos del Diablo de las Fuentes. Éstos se llevan la medalla, sin duda, aunque mucho tenga que ver en ello una oposición cooptada e insignificante, y una ciudadanía sin alternativas.

Cerrada la aduana sexenal de Coahuila y el Estado de México, entramos de lleno a la carrera presidencial. Aunque constitucionalmente el encargo de AMLO termina el 1 de diciembre de 2024, en términos políticos su sexenio concluirá dentro de trece meses, tras las elecciones federales de julio.

En Morena ya están las figuras para suceder a López Obrador. Las corcholatas oficiales son: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, con los primeros dos como claros delanteros y con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México como clara favorita del destapador presidencial.

Es cada vez más claro que la disciplina de Monreal obedece a algún pacto de unidad, el gobierno de la Ciudad de México bien vale una misa. Adán Augusto cuidará los intereses de López Obrador y los suyos propios. Alguien tiene que vigilar que los acuerdos se cumplan. Ebrard es la gran incógnita, si ganara la interna no parece difícil que Claudia Sheinbaum se le sume, pero lo contrario parece distante y difícil de creer.

En el bando opositor destacan dos punteros: la senadora Lilly Téllez y el diputado Santiago Creel. Poco más desdibujados aparecen Ricardo Anaya, José Ángel Gurría, Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes, Ildefonso Guajardo, Claudia Ruiz Massieu y Gustavo de Hoyos.

Pareciera que Lilly busca perfilarse como una contrafigura política, que irrumpe en el escenario manejado por la nomenclatura partidista. Por el momento parece difícil que consiga esa fortaleza. El llamado “caballo negro” suele imponerse a los líderes de partidos, al grado que no les queda otra que apoyarlo. Sucedió con Fox, fenómeno distante el día de hoy.

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La alternativa radica en conseguir un acuerdo al modo estadounidense con Biden, en el que el candidato cumpla un único requisito: que asegure proteger los intereses de amplios sectores de la economía y de las mafias que controlan los partidos, es decir, que garantice la unidad de la clase hegemónica. Esa unidad produciría un río de oro y de operación política para fortalecer la campaña. En ese frente, Santiago Creel parece ser el más fuerte. Carisma aparte, es un político confiable para todos los intereses que rodean a las oposiciones.

Tal como están las cosas, Morena lleva la delantera, le beneficia la resistencia de Movimiento Ciudadano a sumarse al frente opositor, su muy buena comunicación con amplios sectores del PRI y el apoyo del amplio segmento empresarial que se ha beneficiado de su gobierno. Como sabemos, este empresariado anteriormente apostaba por el PAN y por el PRI, pero ya no es así. ¿Para qué cambiar?, se preguntarán Slim, Larrea, Baillères, Salinas Pliego y Azcárraga, entre otros.

La pequeñez de los liderazgos opositores, la falta de propuesta que resuene en la ciudadanía y la ausencia de una figura que transcienda a los partidos, hace muy difícil pensar en un triunfo opositor. Por lo pronto, Manolo Jiménez será gobernador de Coahuila por su propio derecho y el apoyo de su partido. Sus aliados no le aportaron nada, sin alianza hubiera ganado. El PAN y el PRD hoy tienen migajas, 6.86 por ciento el primero, 2.74 por ciento el segundo. Además, se erige como el líder moral indiscutible de una carcacha nacional llamada PRI, con sólo dos gobiernos estatales.

@chuyramirezr

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