Epidemia de ‘dispersos y aburridos’
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Niños, adolescentes y jóvenes que no son capaces de permanecer sentados por más de 15 minutos escuchando una clase sin tener la necesidad de ver su celular o permanecer atentos en el cine sin ver la pantalla de sus dispositivos electrónicos. Es una nueva generación que tiene grandes problemas para mantener la atención en una actividad por varios minutos. Realicé un pequeño experimento en mis salones de clases de universidad: “Por esta vez, pueden usar sus celulares durante la clase si lo necesitan sin penalización”. Al terminarla pregunté: “¿Cuántos de ustedes vieron o escribieron en su celular al menos una vez durante la clase?”. Me impactó lo que vi en todos mis grupos: 100 por ciento. Y más del 50 por ciento lo usó más de 5 veces. Y la siguiente pregunta: “¿Levanten la mano quién utilizó su celular por una razón muy importante ya sea familiar, salud o compromiso?”. Y la respuesta fue 0 por ciento. Y la pregunta es, ¿por qué no son capaces de mantener su atención por más de 5 minutos? La respuesta no es fácil, pero al preguntarles me respondieron: “Maestro, necesito saber qué pasa en el mundo y con mis amigos. No quiero perderme de nada”. Entonces, por qué no esperar al terminar la actividad para ver las notificaciones. Es muy sencillo, es una generación de inmediatez. Su cerebro se ha adaptado a una sobreestimulación de información y cientos de notificaciones diarias y al no recibirlas en forma inmediata entran en un estado de estrés, ansiedad y depresión. Necesitan estar conectados constantemente, sin importar el lugar o la actividad, para ser felices. En el cine, en la comida, en la escuela, en el trabajo y hasta en el carro están perpetuamente conectados a su celular porque si no entraran, sufrirán problemas emocionales para su salud mental.
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Si tu hijo tiene las siguientes conductas como:
-Se aburre fácilmente.
-Tiene problemas para mantenerse enfocado en una actividad de juego durante más de unos minutos.
-Dificultades para concentrarse en una tarea o tarea durante más de unos minutos.
-Se distrae fácilmente por los ruidos circundantes, actividades y pensamientos internos.
-Cambios constantes entre diferentes tareas y actividades.
-No puede mantener la atención durante la lectura, conferencias o conversaciones más largas.
-Evita activamente, no le gusta o se resiste a participar en tareas que requieren un esfuerzo mental o físico sostenido y el pensamiento (estudiar para un tema que no les interesa, las tareas del hogar).
-Su mente está en otro lugar y tienen problemas para escuchar a alguien, incluso cuando están hablando directamente con ellos.
-Se cansa mentalmente y drena fácilmente.
-Comete “errores descuidados” y no presta atención a los detalles.
-No sigue las instrucciones o no termina el trabajo escolar o las tareas porque se desvían.
Si tu hijo presenta más de 5 síntomas anteriores, entonces nos enfrentamos a una generación dispersa e incapaz de vivir con plenitud la vida. Tu hijo es adicto al mundo digital y no valora las cosas pequeñas de la vida que lo harán feliz como jugar en su cuarto solo, convivir físicamente con sus familiares y amigos, descansar y dormir 8 horas al día, comer en familia, salir a caminar al bosque para disfrutar la naturaleza, leer una novela, meditar unos minutos o practicar un pasatiempo para mantenerse ocupado en sus ratos libres o de aburrimiento. Papás, debemos impedir que nuestros hijos, desde pequeños, se desconecten del mundo real por estar enganchados todo el día solamente a una pantalla. Si tu hijo te dice: “Mamá, estoy aburrido”, no le des un celular. Dile: “¿Estás aburrido? Ponte a barrer, leer, jugar solo o ayudarle a tu padre”. Si nuestro hijo cada momento de sentirse aburrido lo soluciona con un celular o tableta, entonces no nos sorprenda que la familia, escuela, trabajo, pareja y vida le será aburrido.