¿Estuvieron ‘todes’? El lenguaje inclusivo, un galimatías

Opinión
/ 30 marzo 2023
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El pasado día 9 de marzo, sí, un día posterior al “8M”, “Día Internacional de la Mujer”, el cual se ha tomado y tornado aquí en México como una manera fiera y violenta de protestar por parte de las féminas (y de los hombres y de humanos con diversos sexos) en contra de todo mundo, pero más y de frente en contra de las nulas políticas de protección que garanticen su vida por parte del Gobierno Federal de Andrés Manuel López Obrador, ese día en la edición de “El Guardián”, periódico también de esta casa editora, la “cabeza”, la de ocho columnas del diario fue la siguiente: “Paz y justicia para todes”.

No, no hay errata. O sí, tal vez sí y garrafal. A mi juicio, las mujeres han escogido mal su trinchera desde la cual pelear esta guerra de sexos (ojo: sexo, no género). Algunas que protestaron eran mujeres, otras eran lesbianas, otras eran transgénero, otras eran bisexuales, otras eran mujeres en su momento y hoy ellas quieren que se les considere varones; pero también había varones acompañando a sus mujeres protestando; pero también hombres vestidos de mujeres, hombres que ya no son varones, sino mujeres... en fin, ellos mismos y ellas mismas se han perdido en su definición y son un galimatías. Si están perdidos y perdidas en su esencia, imagine en su ser y esencia.

Llegamos al punto, ¿cómo definir a todo este contingente que protestó voz en cuello y pintó y dejó grafitis en cualquier espacio visual a su paso? Pues sí, eran todas, eran todos, eran... “todes”. “Paz y justicia para todes”. Fue el titular histórico de “El Guardián”. Este invento, un tanto ingenioso, el cual no quiere decir nada (ni gramatical ni legalmente) y menos se entiende si usted lo lee (la grafía puede funcionar un tanto, pero la escritura está subordinada a la oralidad), al parecer (según un puntilloso texto del académico de la Lengua Española Pedro Álvarez de Miranda, en su libro “El Género y la Lengua” de la editorial Turner) nació en la región de Asturias, España. La moda o ingenio es poner la letra “e”.

Cuenta el mismo investigador que esto ha pegado en los sectores juveniles de Argentina y Chile. Pero jamás lo había visto su servidor utilizado en la prensa en este Norte de México, ya en manos de sureños. Es decir, si usted quiere decir que los niños y las niñas y alguien más (vaya usted a saber qué sexo) están aburridos, usted debe de escribir lo siguiente (¡Puf! Esto es un galimatías, eso que buscan las féminas, un “lenguaje inclusivo”): “Les niñes están aburrides”. Pues sí, es la cabeza de “El Guardián”: “Paz y justicia para todes”. El texto fue firmado por la avispada reportera Magdalena Guardiola, pero ignoro de quién de los editores fue dicha idea, innovadora y única en Coahuila, pero en lo personal no comulgo con ella.

Para salvar esto del lenguaje inclusivo (lo que eso signifique y que las mujeres lo expliquen si es que pueden), se han inventado otras cosas: como por ejemplo poner el signo @ en lugar de la “a” o la “o”, es decir, “Paz y justicia para tod@s”. ¿Usted cómo lo lee? Otra ocurrencia es poner la letra “x”, la cual igual sustituye a la letra “a” y “o”. Ahora la cabeza de “El Guardián” hubiese sido: “Paz y justicia para todxs”. ¿Usted, cómo lo lee?

ESQUINA-BAJAN

Fue como siempre en Zacatecas (hoy tierra del narcotráfico y de los ajusticiamientos a plena luz de día, el estado fue tomado por ellos cuando David Monreal, de Morena, tomó juramento del cargo por largos seis años en que habrán de soportar tanta violencia y asesinatos. En la marcha de hace pocas semanas de la Universidad Autónoma de Zacatecas, sus autoridades acusaron de un real “narcoestado”), en una de sus dotadas librerías, donde vi por primera vez en este abnegado México un letrero entre sus libreros anunciando el título de la sección: “Estudios, libros de género”.

Y “género” hoy en día ya no tiene su sentido original: gramatical, lingüístico e incluso como uno de los cinco sentidos predicables de la lógica aristotélica (esto según la “Enciclopedia del Idioma” de Martín Alonso), no: ahora tiene que ver con la voz inglesa y ya luego el neologismo de “Gender” o “Gender studies”. Lo cual ahora tiene una connotación peyorativa al recalar en lo siguiente que usted ha escuchado con hartazgo: “estudios de género”, “violencia de género”, “equidad de género”, “discriminación de género” y un largo etcétera. Género se convirtió en sexo. ¡Puf!

Insisto, las féminas han escogido el lado equivocado de su lucha. No sólo eso, tratar de lograr un lenguaje inclusivo (lo cual es imposible y a nadie importa. En la vida diaria ni ellas lo utilizan) convierte en bisutería el mismo fondo del discurso. En España (2018), la entonces diputada de “Unidos Podemos”, Irene Montero soltó en el Congreso: “Mañana hay un acto... con diferentes portavoces y portavozas del grupo parlamentario confederal”.

¿Eso es todo lo que se busca? ¿Escandalizar y dejar de lado el fondo? ¿Igualdad en el habla de masculino y femenino? Hace poco estaba viendo la tele en una cantina. Estaba un juego de la Liga Femenil de Soccer. Jugaban las “Rayadas de Monterrey” contra “Tijuana”. Y usted lo sabe, son los “Xolos” o los perros del Tijuana. Si los rayados se hicieron rayadas, ¿por qué no las integrantes o “miembras” de Tijuana no se ponen “Las perras de Tijuana”.

LETRAS MINÚSCULAS

En fin, este ya no es mi mundo, regresaré con un tríptico más. Vamos iniciando.

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