La peor pesadilla para AMLO: Xóchitl Gálvez
Tras el triunfo de Morena en el Estado de México, pareciera que la presidencial de 2024 es un mero trámite. Los líderes de opinión, incluidos los que se oponen abiertamente a López Obrador, así lo han venido señalando.
El asunto se complica más al ver los perfiles que ofrece la oposición como alternativa. Los priistas no levantan, sofocados por la carga negativa de la marca, en las encuestas siguen atados a un dígito. El perredismo prefiere jugar desde la banca como porra. La candidatura correspondería al PAN, ya está anunciado que el blanquiazul habrá de fijar las reglas. En el PAN se discute entre una candidatura rebelde y fresca como la de Lilly Téllez y una figura de la nomenclatura, Santiago Creel.
TE PUEDE INTERESAR: El desplome del PAN en Coahuila: 6.86 por ciento
Lilly es el prototipo de la candidata que se rebela contra el establishment. Critica abiertamente y sin rubor a los poderes establecidos, en particular al Presidente. Ha optado por abanderar como propuesta, un gobierno de “derecha a la europea”, así lo dijo en una entrevista. Se ha mostrado firme en sus convicciones, más a la derecha del PAN, lo que no va bien en una alianza del PAN con el PRI y el PRD. Aunque es de agradecerse que los candidatos se muestren tal cual son, Lilly difícilmente podrá transitar en un acuerdo de la oposición. No parece estar interesada en pactar con los poderes establecidos dentro de los partidos de la alianza, sobre todo porque su rebeldía no parece prender, como prendieron en su momento otras candidaturas que rompían las formas, como la de Fox y López Obrador.
Santiago Creel juega el papel de “caballero”, así lo consideran tanto amigos como adversarios. Creo que tienen razón. Es un buen hombre, actúa de buena fe, lo que en un extremo permite que sus opositores se aprovechen. Encarna el sueño dorado del PRI para 2024. Tal como lograron apanicarlo y secuestrarlo en 2000, siendo secretario de Gobernación de Fox, y con ello estancar y boicotear la transición a la democracia, apuestan hoy a controlar al candidato y al sexenio con el chantaje de virar hacia Morena. Esas jugadas son “la especialidad de la casa”, el chef que prepara ese platillo es Rubén Moreira Valdez.
Pero no todo está dicho, como en tantos otros dramas, semana tras semana empieza a escucharse con más firmeza el nombre de la senadora Xóchitl Gálvez. Estaba apuntada y enfilada a obtener la candidatura opositora en la Ciudad de México, pero pareciera que las circunstancias nacionales, su perfil personal y la poca simpatía que despiertan los perfiles actuales, la convierten en la opción más atractiva para la oposición, y en un serio problema para el discurso polarizante de Morena y sus candidatos: el expriista Ebrard y la exacadémica Sheinbaum.
La historia personal de Xóchitl es impactante. Nació en Tepatepec, en una comunidad indígena de Hidalgo. Su lengua materna es el náhuatl, no el español. Su caminar entre su comunidad de origen y la Facultad de Ingeniería de la UNAM fue harto complicada, como lo es para millones de personas que nacen en condiciones de pobreza y marginación. Ese fue quizá el primer triunfo de Xóchitl, vencer esa adversidad.
Es Ingeniera en Computación por la UNAM con especialidades en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes, sustentabilidad y ahorro de energía. En 1992 fundó su propia empresa especializada en el diseño de edificios inteligentes, entre ellos, algunos edificios emblemáticos de la Ciudad de México.
Fue nombrada “empresaria del año” en dos ocasiones consecutivas. En 1999 obtuvo el reconocimiento al “Compromiso por los Demás” del Centro Mexicano para la Filantropía. El Foro Económico de Davos la nombró, ese mismo año, entre los 100 líderes globales del futuro, siendo la primera mujer mexicana en obtener dicho reconocimiento.
TE PUEDE INTERESAR: El caso Xóchitl Gálvez: ignorar al Poder Judicial
En 1995, dio vida a la Fundación Porvenir, que apoya a niños con problemas de desnutrición en zonas indígenas del país. Así fue como los headhunters de Fox la descubrieron en el año 2000. El presidente Fox la invitó a su gabinete ampliado como titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
La imagen que tengo de ella es la de una mujer luchadora e incansable. La recuerdo caminando por Avenida de las Palmas cargando sus volantes en mano y pidiendo el voto para jefa de la delegación Miguel Hidalgo. Dándola por perdida, los panistas le dejaron esa candidatura, que ganó contra todas las expectativas. En 2018, con un ánimo similar, le dejaron la candidatura al Senado en pleno auge de López Obrador. No creyeron que ganara la primera minoría, pero Xóchitl también lo consiguió.
En las redes sociales menudean los mensajes que animan a Xóchitl a dejar la carrera por la Ciudad de México para que se apunte por la presidencial. Su principal obstáculo serán los caciques que controlan los partidos. Su principal activo: una vida de esfuerzo y éxito. Un mensaje claro, directo, que conecta con el mexicano común. Frente a la polarización imperante que nos receta López Obrador, el mensaje de Xóchitl contrasta en el fondo y en la forma. Pareciera que en su proyecto cabemos todos los mexicanos que queremos un México mejor.
Xóchitl puede unificar a los ciudadanos que se oponen a la 4T. Gracias a su personalidad empieza a despertar la simpatía de millones de mexicanos. Sin duda, sería la peor pesadilla para López Obrador, el auténtico caballo negro de la oposición. Piénselo, Xóchitl vs. Ebrard, Xóchitl vs. Sheinbaum, se lee muy bien y se verá aún mejor. #ÁndaleXóchitl
Encuesta Vanguardia
https://vanguardia.com.mx/binrepository/1152x768/0c60/1152d648/down-right/11604/NLWN/jesus-ramirez-rangel_1-82335_20220425232241.png