Las pensiones no se tocan

Opinión
/ 22 abril 2024

“Un gobierno capaz de darte todo lo que quieras, es capaz de quitarte todo lo que tienes” <br /> Thomas Jefferson

Sea solamente un ardid publicitario para desviar la atención de otros temas de la agenda pública, o peor aún, si realmente se tiene esa macabra intención, el tema de lo que el Gobierno desea hacer con las afores ya raya en la locura y en un descaro autoritario de proporciones mayúsculas.

Desafortunadamente, este tipo de iniciativas y propuestas siempre son producto de un elemento que suele constituirse en el común denominador en este tipo de casos. El desconocimiento de la población sobre el tema, del cual de manera trepadora y burda pretende aprovecharse esta administración.

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Se acusa efectivamente de los bajos montos con los cuales, bajo las condiciones actuales, se jubilarían en el futuro los trabajadores. No obstante, no se señala que ello en buena medida es en parte debido a la baja aportación voluntaria a sus cuentas de retiro, y que aun así, esta opción es mil veces mejor a que las administre aquel ente que nada sabe hacer rendir: el Gobierno.

Y es que el tema va mucho más allá de los aspectos finos que ampliamente se han discutido en diferentes medios, en el sentido de que esta iniciativa pretende constituirse en un flagrante abuso hacia los adultos mayores, muchos de los cuales, por sus condiciones, les será imposible −o bien, un auténtico vía crucis en el mejor de los casos− exigir al Gobierno la devolución de sus recursos.

Si lo anteriormente descrito, ya de por sí mismo debería preocuparnos por el descaro y alevosía inherente en la ya mencionada iniciativa, cargada de un marcado desprecio hacia los adultos mayores, el contexto de las finanzas públicas en el que se está dando este debate es lo que más dudas termina dejando.

Como se ha mencionado anteriormente en este mismo espacio, con cifras de la Secretaría de Hacienda, veremos como este año la medida más amplia del déficit fiscal se ubicaría en niveles inusualmente altos, llevando con ello a la deuda pública a representar la mitad del Producto Interno Bruto (PIB).

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El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), así como el Fondo de Estabilización para las Entidades Federativas (FEIEF), dos de los más importantes fondos de los que disponían las finanzas nacionales, ya fueron prácticamente agotados.

El barril sin fondo en términos financieros que representa Pemex, con una deuda que supera los 100 mil millones de dólares, así como una necedad en apostarle a proyectos de infraestructura que obtendrán poca rentabilidad social, son variables que, al incluirlas en la ecuación, lo único que hacen es evidenciar que la confiscación de las pensiones por parte del Gobierno es una apuesta suicida, desde el lado que se le quiera ver.

@guillermo_garza

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