Las primeras 4 semanas de Trump han parecido 4 años
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El estilo de Trump es ser despiadado con nuestros aliados, Canadá, México, Panamá, Dinamarca, Europa en general, pero servil con nuestros enemigos
Por Gail Collins y Bret Stephens, The New York Times.
Bret Stephens: Hola, Gail. Puede que te alegre o no oír esto, pero una vez más Donald Trump me da náuseas. Tomó cuatro semanas.
Gail Collins: Bret, ¿de qué nos queda hablar? Salvo por los impuestos y el gasto público y los programas de diversidad y...
Bueno, cuéntame tu trauma con Trump y sospecho que encontraremos puntos en común.
Bret Stephens: Que Vladimir Putin sea invitado a Estados Unidos equivale a que Franklin Roosevelt recibiera a Adolf Hitler en Hyde Park algún tiempo después de que Hitler marchara hacia los Sudetes. El estilo de Trump es ser despiadado con nuestros aliados —Canadá, México, Panamá, Dinamarca, Europa en general— pero servil con nuestros enemigos. La traición que esto representa para Ucrania, que al parecer ahora tendrá que pagarnos en minerales por nuestro tibio apoyo a su derecho a vivir en libertad, será una marca de vergüenza para Estados Unidos durante las próximas décadas.
Gail: No discutimos sobre asuntos exteriores, pero sospecho que si lo hiciéramos, estaría de acuerdo contigo.
Bret: En el ámbito nacional, estoy consternado por la decisión de archivar la causa penal contra Eric Adams, alcalde de Nueva York, aparentemente a cambio de que este cambiara de opinión sobre la política de inmigración. El único resquicio de esperanza es que el episodio ha convertido en una estrella a Danielle Sassoon, la ahora exfiscaal en funciones del Distrito Sur de Nueva York y exsecretaria de Antonin Scalia, quien dimitió por principios sobre el asunto tras solo unas semanas en el puesto. Los seguidores del movimiento MAGA seguramente irán tras ella, pero es un recordatorio, junto con personas como Liz Cheney, de cómo se ve un conservadurismo con principios.
Gail: ¿Crees que es una coincidencia que estas dos excelentes conservadoras con principios sean mujeres?
Bret: Seguro que no. ¿Tienes alguna teoría de por qué?
Gail: Bueno, ahora a menudo las mujeres crecen con las mismas ventajas y expectativas que los hombres. Pero creo que sigue existiendo un sentimiento de... estar un poco separadas del resto para muchas que entran en el duro mundo del trabajo y la política. Los hombres siguen siendo las tres cuartas partes de los miembros del Congreso, y a pesar de los muchos y maravillosos maridos-padres estadounidenses, las mujeres siguen teniendo más responsabilidad en la crianza de los hijos. Al tiempo que ganan, en promedio, salarios más bajos.
Simplemente, a menudo les resulta más difícil luchar por ascender. Por eso, cuando una de ellas adopta una postura especialmente valiente y de principios ante la opinión pública, siempre me siento un poco orgullosa.
Bret: Seguro que su familia se alegra. El problema para el resto de nosotros es que si tenemos otros tres años y 11 meses así, no habrá Estado de derecho en Estados Unidos. Y ese ni siquiera es el peor de mis temores.
Gail: Admiro sinceramente tu capacidad para obsesionarte con Trump en un momento en el que yo lo bloqueo demasiado de mi mente. ¿Crees que su poder proviene de la capacidad de hacer que sus multitudinarios millones de no seguidores sientan la necesidad de irse a casa y esconder la cabeza bajo la almohada?
Bret: La Escila y Caribdis del fenómeno Trump es que lleva a parte de su oposición a la obsesión y el desvarío y a otra parte a la apatía y la impotencia. Navegar entre ambos efectos no es fácil. El truco, creo, es ser capaz de reconocer que no todo lo que hace Trump es malo, estúpido o equivocado —de hecho, a veces incluso tiene razón, como cuando se trata de deshacerse de las monedas de un centavo y los popotes o pajitas de papel—, sin olvidar nunca la cualidad moralmente corrosiva de su ser. Esto es lo que tanto confunde a los demócratas. Tienen que aprender a elegir sus puntos, reírse de Trump en lugar de abuchearlo y desarrollar un conjunto de ideas políticas que respondan a las preocupaciones de la clase media.
Se aceptan sugerencias.
Gail: No conozco a nadie que piense que los demócratas están realmente corriendo con la pelota. Tal vez haciéndola rebotar en los laterales.
Lo que tienen que hacer no es tanto reconocer cuando Trump tiene razón, sobre todo cuando los momentos de razón quedan tan eclipsados por el resplandor de la locura. Se trata de señalar los errores del programa político republicano que está impulsando. Recortes masivos de impuestos que benefician sobre todo a los ricos, aumento del techo de la deuda en 4 billones de dólares, que conducen tanto a una deuda nacional galopante como a recortes radicales en programas, que empiezan con un desplome de los servicios a las personas más necesitadas del planeta. Incluso el viejo estratega de Trump, Steve Bannon, está en contra de los recortes de Medicaid que parecen estar planeando.
¿Estás más o menos de acuerdo con ese programa político?
Bret: Los demócratas no van a ganar siendo los sátrapas parlanchines del negativismo, por tomar prestada una frase.
Gail: Me encanta cuando citas a Spiro Agnew. Perdona, sigue.
Bret: ¡Bill Safire, de hecho!
No van a ganar si intentan resucitar la resistencia, lo que resulta ser engreído e inútil. Y definitivamente no van a ganar a menos que tengan una idea clara de dónde se han equivocado en los últimos años: desviándose demasiado a la izquierda en cuestiones culturales como la transexualidad y la inclusión, viviendo en la negación sobre las crisis de inmigración e inflación, apoyando sin sentido un gasto público desorbitado, engañando al pueblo estadounidense sobre el estado de salud de Joe Biden, metiendo la pata hasta el fondo a nivel de gobierno local y estatal con ideas descabelladas como el plan de despenalización de las drogas duras de Oregón.
Gail: Menudo abanico de temas. Creo que podemos culpar a Joe Biden del desastre de su edad. Lo superó, pero no a tiempo para celebrar unas primarias adecuadas para un nuevo candidato.
El experimento de Oregón con la despenalización de las drogas no funcionó, pero una de las ventajas del gobierno estatal es que permite probar nuevas ideas a menor escala. Son realmente los laboratorios de la democracia estadounidense. Así que, en la medida en que aprendimos algo, en realidad fue un éxito.
Bret: Un éxito catastrófico.
Gail: Aunque es cierto que los demócratas no resolvieron la crisis de la inmigración, sin duda salieron mejor parados que el bando de Trump, con su teoría de ignorar la Constitución y simplemente dejar fuera de la ecuación de la ciudadanía a muchos de los niños que nacen aquí.
Bret: Sí, salvo que los cruces ilegales de fronteras han caído en picado.
Mi consejo a los demócratas es que adopten versiones más inteligentes de las políticas más populares de Trump, como recortar el gasto superfluo y las regulaciones tontas. Que entablen algunas peleas con la extrema izquierda, sobre todo en lo que se refiere a Israel, y sigan el excelente consejo de Rubén Gallego en su entrevista con nuestra colega en la parte de la redacción, Lulu García-Navarro y siéntense con los votantes de Trump, especialmente con quienes han votado por los demócratas. Escúchenlos, para variar, en lugar de intentar avergonzarlos o sermonearlos.
Gail: Fue una gran entrevista. Y nos lleva, una vez más, a la conclusión de que la mayoría de los estadounidenses no tienen intereses especiales; buscan una economía mejor, precios de la vivienda más bajos, calles seguras y oportunidades educativas para sus hijos.
Solo digo que la mejor manera de abordar esos problemas es olvidarse de las estúpidas y codiciosas reducciones de impuestos para los ricos y darle más vida a la economía con un gasto público eficiente específico en servicios como guarderías de calidad, buenas escuelas y asistencia de salud para quien no pueda permitírselo por sí mismo.
Bret: Ojalá pudiera pensar en un solo ejemplo reciente de gobierno eficiente. Las dos palabras van juntas como “perezoso enérgico” y “chihuahua feroz”. Por eso creo que el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk va a seguir siendo bastante popular entre la mayor parte del público, aunque haga mucho daño a las operaciones gubernamentales y destroce las carreras de funcionarios honorables.
Gail: Puede que tengas razón, pero predigo la repulsa popular, tarde o temprano.
Bret: Un lema mejor para los demócratas, creo, es “gobierno eficaz”, que consiste principalmente en prestar los servicios que la gente necesita o espera y no solo en ahorrar dinero, que parece ser el criterio central de la “eficiencia”. Por ejemplo, si Trump sigue con su manía arancelaria, va a perturbar las cadenas de suministro y hacer subir los precios. Si se cierra el Departamento de Educación sin un buen plan para sustituir sus funciones esenciales, sobre todo en lo que se refiere a todo el dinero que se destina a la educación especial, va a trastornar la vida de muchas familias sin un plan alternativo claro. Si Trump le quita el hacha de guerra a la Administración de Alimentos y Medicamentos o Robert Kennedy Jr. sigue insistiendo en la relación ficticia entre las vacunas y el autismo y luego hay más brotes de sarampión como el que se está produciendo en Texas, eso también va a recordarle a la gente el gobierno que necesita.
Ya veremos. ¿Qué te mantiene optimista estos días?
Gail: Bueno, en el frente político me consuela lo que parece ser una ineptitud general entre la minúscula mayoría de los republicanos en el Congreso, especialmente en la Cámara de Representantes. También me tranquilizaré haciendo donativos a algunas organizaciones benéficas que sigo. Siempre es un placer que nos recuerden que, mientras tenemos a un montón de gente repulsiva en la cúspide, hay escuadrones que dedican tranquilamente su tiempo a dar clases a los niños, plantar árboles en el parque, leer a los ciegos... la lista es interminable.
Tu turno.
Bret: No puedo hablar lo bastante bien de la Alianza para la Infancia de Hunts Point, que me presentaron mis queridos amigos Paul Healy y Didier Malaquin. Hunts Point, en el Bronx, es uno de los barrios más pobres de Nueva York; también produce algunos de los jóvenes más inspiradores y ambiciosos que he conocido. La Alianza ayuda a estructurar el tiempo de los chicos, financia sus becas, les presenta a Shakespeare y hace decenas de cosas más para encaminarlos por una senda sólida y ascendente.
Están ocurriendo cosas increíbles en todo el país, al menos fuera de Washington. Merece la pena mantener la fe en que allí también ocurrirán cosas buenas. A la larga. c. 2025 The New York Times Company.