Los taxistas de Saltillo no usan el taxímetro. ¿lo harán si deben emitir comprobantes?

El Instituto Municipal del Transporte de Saltillo ha anunciado que buscará incorporar un dispositivo para que los operadores de taxis locales estén obligados a entregar a sus clientes un comprobante por el pago de sus servicios. La medida, en teoría, busca proteger los derechos de los usuarios y asegurar que paguen lo justo.

La idea es buena sin duda y, en principio, debe dársele la bienvenida pues constituye un paso adicional en el proceso de garantizar que el servicio de transporte que se ofrece a través de las concesiones de taxis opere conforme a las normas que regulan su uso.

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Sin embargo, es preciso señalar que antes de forzar la emisión de un comprobante de pago, las autoridades deben garantizarle al usuario que los concesionario utilicen el taxímetro que es el mecanismo mediante el cual se garantiza un cobro justo por el servicio.

Y es que las quejas en contra de los taxistas que, al admitir un pasajero a sus unidades no activan el taxímetro, son múltiples. La pregunta es, desde luego, por qué se trata de una conducta generalizada entre quienes tripulan tales unidades. La respuesta es simple: porque no existe ninguna consecuencia.

Aquí es necesario recordar que el uso del taxímetro es una medida obligatoria implementada por la propia autoridad municipal y que ésta es la única que tiene las herramientas legales para obligar a que el mecanismo se utilice. El problema es que no lo hace.

Podrá decirse que los usuarios afectados por el no uso del taxímetro pueden interponer una queja ante el Instituto Municipal del Transporte y que ello derivará en una sanción en contra del infractor. Pero eso implica trasladar al ciudadano la carga de hacer que una medida oficial opere en los hechos.

Por ello, añadir un mecanismo más al proceso -en este caso el dispositivo para la emisión de comprobantes- no implica mayores certezas para los usuarios, pues si el taxímetro -que activaría la emisión del comprobante- no se pone en marcha, de nada sirve que exista la posibilidad señalada.

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Más aún: desde ahora puede decirse que si no se implementa una estrategia para garantizar el uso del taxímetro en todos y cada uno de los viajes que realice una unidad, los únicos que ganarán en este proceso son quienes comercializan los dispositivos de impresión.

Y es que eso es exactamente lo que ya ocurrió, porque hasta ahora los únicos que han ganado con la obligatoriedad de que los taxis tengan un taxímetro son aquellos que los venden, así como quienes les dan mantenimiento y los ajustan cada vez que hay un cambio en la tarifa.

Los grandes perdedores hasta ahora han sido los usuarios de dicho servicio y no hay ninguna señal en el horizonte que nos indique que algo diferente ocurriría por el hecho de que a los taxímetros se les añada un dispositivo expedidor de comprobantes de pago.

Por ello, los nuevos dispositivos solamente podrán ser bienvenidos cuando la autoridad se comprometa -y cumpla- a que funcionen los primeros que se instalaron en los taxis.